Capítulo 18

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N/A:Por cierto, que aviso de que ya van quedando pocos para el final. Espero que os guste :) Y tanto si os gusta como si no, se agradece una review para saber qué os ha parecido :)


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Había pasado una semana y no habían vuelto a tener noticias de Tom. Habían quedado en que él se volvería a poner en contacto con Jim para un segundo encuentro, pero todavía no lo había hecho y esto tenía a Kate algo alterada. Por una parte lo prefería, estaban más tranquilos sin él y las cosas parecían ir volviendo a la normalidad de días atrás, cuando él todavía no había vuelto a sus vidas; sin embargo que no volviese a llamar le hacía dar vueltas en su cabeza una y otra vez, pensando que quizás Tom estuviese pensando en tomar medidas legales al respecto, después de su primer encuentro.

Se levantó temprano esa mañana y se vistió, saliendo del dormitorio sigilosamente para no despertar al escritor. Cuando estaba en la cocina, preparando su desayuno escuchó el sonido de unos piececitos descalzos atravesar el salón. Se giró y vio a su pequeña, sosteniendo su peluche de unicornio entre las manos, con el pijama y el pelo alborotado y unos ojos cargados de sueño.

-Mami - dijo ella, con voz soñolienta, apenas abriendo un poco los ojos para evitar la luz.

Kate se agachó junto a su hija y le besó la frente, al mismo tiempo que le pasaba una mano por sus rizos alborotados.

-Todavía es muy pronto mi amor. Mami se tiene que ir a trabajar, pero ¿qué te parece si te quedas durmiendo un ratito más con papá, hasta que sea la hora de despertar?

Emma asintió, sin desprenderse de su mirada soñolienta y posó sus bracitos alrededor del cuello de Kate. Casi en el mismo instante en el que apoyó su cabecita sobre el hombro de su madre, volvió a quedarse dormida. La Detective se levantó, con ella en brazos y la llevó hasta su dormitorio. Entró sigilosamente para no despertar al escritor y acostó a su hija a su lado, arropándola después y dándole un beso. Se quedó unos instantes observándola, a la escasa luz que las cortinas dejaban traspasar al dormitorio, cómo las luces y sombras delineaban sus pequeños y perfectos labios, su nariz, sus ojos.

-Ey - saludó Rick, con voz ronca.

-Shh, es muy temprano - le dijo ella, acariciando su mejilla.

-¿Ya te vas a trabajar?

-Sí, hay un nuevo caso - susurró ella, inclinándose hacia él y rozando sus labios.

-Te quiero - dijo él, después de separar sus labios de los de ella.

-Y yo a ti escritor - dijo sonriendo antes de salir del dormitorio.

Antes de marcharse a trabajar se sentó en uno de los taburetes de la cocina a terminar de beberse su café. Acercó la taza a sus labios mientras dejaba que su mente viajase a otros asuntos. De pronto abrió los ojos como platos, dejó la taza de café sobre la encimera, casi de un golpe y corrió al cuarto de baño. Se agachó hasta quedar a la altura de uno de los armarios y lo abrió, sacando de allí una caja de tampones. Intentaba recordar hacía cuánto que había tenido su último periodo. Miró su calendario y contó los días. Diez. Llevaba un retraso de diez días y esto no era para nada normal en ella, que siempre era como un reloj.

Intentó encontrar una explicación. Quizás un retraso así era algo normal después del estrés de los últimos días. De lo que sí estaba segura era de que Rick y ella no habían dejado de tomar precauciones, así que era improbable que pudiese estar embarazada. O quizás sí y eso había dejado de funcionar debido al estrés.

Se llevó la mano a la frente, estaba hecha un lío, pero lo mejor sería hacerse la prueba para estar seguros. Esa noche hablaría con Rick, prepararía una cena algo más especial y se lo contaría. De pronto una sonrisa apareció en su rostro, la idea de volver a ser madre no le parecía mala en absoluto y mucho menos si lo compartía con Rick.

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