De vuelta en casa de Lydia, se sentaron sobre la cama de ella y volvieron a revisar los archivos para ver si en alguno de ellos había alguna información sobre una posible hija de Marley Walls. Nada; en ningún sitio encontraron ningún dato sobre un bebé.
Stiles alzó la vista del montón de informes que estaba leyendo y miró a Lydia, que traía su habitual cara de concentración. Sonrió para sí y decidió que se merecían un descanso. Así pues, arrancó una hoja de una libreta que tenía cerca y arrugó el papel hasta hacer una pequeña bola de él.
Antes de que Lydia se diera cuenta, Stiles le tiró la pelotita a la cara. Le dio directamente en la frente y el chico no pudo reprimir la carcajada que le salió de manera natural. Fue cuando ella alzó la vista y le lanzó una mirada asesina que Stiles rompió a reír de verdad.
-¿Me acabas de atacar con un trozo de papel? -inquirió Lydia.
Stiles pudo ver que ella también quería reír, pero se esforzaba por contenerse y parecer enfadada.
-No lo sé, quizás...
Lydia no se lo pensó. Alcanzó la bola de papel que había caído a su lado y se la lanzó de vuelta a Stiles, dándole en el ojo. El chico la miró un momento, divertido por la situació, y sonrió un poco a la vez que negaba con la cabeza.
-Acabas de desatar la guerra, Martin -dijo.
Un segundo después, le había vuelto a arrojar la bola de papel a Lydia, pero ni siquiera le dio tiempo a reaccionar. Rápidamente, Stiles se incorporó hacia delante sobre la cama, hacia Lydia, y la cogió por los brazos para empujarla de espaldas sobre el colchón.
Vio fugazmente la cara sorprendida de Lydia cuando se sentó sobre su abdomen y empezó a hacerle cosquillas por todo el cuerpo. En seguida, la que había sido una expresión de sorpresa se tornó en una mezcla de angustia y diversión en el rostro de Lydia. Tenía los ojos cerrados con fuerza y reía entre gritos mientras intentaba detener a Stiles con los brazos para que cesaran las cosquillas. Por supuesto, no lo consiguió.
Stiles veía las lágrimas que le caían a Lydia a causa de la risa y se atrevió a acercar peligrosamente su rostro al de ella.
-¡Para! -pidió Lydia entre risas. -¡Por favor, para!
-¿Qué me das a cambio? -Stiles se hizo de rogar mientras seguía con las cosquillas, aunque las había suavizado para que al menos pudiera hablar.
-¡Lo que tu quieras! -respondió Lydia, todavía sin parar de reír.
Una sonrisa se formó en el rostro de Stiles.
-Quiero un beso -sentenció a la vez que cesaban las cosquillas y se enderezaba en el sitio.
En esa posición; Lydia tumbada boca arriba sobre la cama y Stiles sentado sobre su abdomen con los brazos de ella atrapados entre sus manos, cualquiera hubiera dicho que se iban a besar en ese mismo instante.
Lydia había dejado de reír y ahora miraba a Stiles directamente a los ojos, como si estuviera sopesando qué decirle.
-Stiles, yo... -empezó ella. -No puedo darte eso, lo siento.
Lydia se retorció bajo él, lo que fue suficiente para que Stiles, dolido por su respuesta, se retirara de encima de ella. La chica se incorporó y se sentó sobre el borde de la cama, con las piernas colgando y dándole la espalda a Stiles.
No sabía por qué le había pedido justamente eso a Lydia de entre todas las cosas, seguramente porque era lo que más deseaba en esos momentos. Pero debería haber sabido que la respuesta iba a ser negativa. Stiles se reprendió por haberlo dicho en voz alta, pues la última vez que habían estado a punto de besarse ella se había apartado. Y, por si eso no fuera suficiente, la otra noche le había advertido de que no debía sentir nada por ella, aunque hubiera sido prácticamente en sueños. ¡¿Por qué le había pedido ahora un beso?!
-Yo soy el que lo siente -dijo Stiles al sentarse a su lado. -Creía que tú también querías.
Lydia giró la cabeza y le dirigió una mirada un poco apenada, pero Stiles no llegó a verla porque mantuvo su vista fija en el suelo.
-Será mejor que me vaya -continuó Stiles. -Hace bastante tiempo que no paso por casa.
Stiles se levantó y se dirigió hacia la puerta de la habitación. Justo después de cruzarla escuchó cómo Lydia suspiraba y se dejaba caer sobre su cama. La verdad es que era una chica muy extraña, pero a Stiles le gustaba tal y como era. A pesar de que no comprendía muy bien qué pasaba por su cabeza, no cambiaría ni un solo detalle de Lydia.
Durante el camino hacia su casa no dejó de pensar en ella. Aunque de vez en cuando se recordaba que no debía permitirse verla como algo más que una amiga, su mente no podía evitarlo.
Ya llevaba más de una hora tirado en el sofá del comedor cuando escuchó un coche aparcar en el camino de la entrada. Había estado escribiendo un poco en una de sus libretas, así que apartó todo y se giró hacia la ventana esperando ver el coche de policía de su padre. Sin embargo, no era el Sheriff.
Vio a Lydia salir del asiento del conductor y dirigirse hacia la puerta de la casa, por lo que él se acercó a la entrada y abrió justo antes de que a ella le diera tiempo a tocar el timbre.
-Pensaba que eras mi padre -dijo Stiles con una tímida sonrisa.
Todavía tenía muy reciente el incidente del no-beso en casa de su amiga, así que le sorprendió verla aparecer en su casa.
-No soy el Sheriff -rió ella, -pero como si lo fuera. He tenido una idea para seguir con nuestra investigación.
Stiles alzó las cejas y la miró expectante, a la espera de que continuara.
-A pesar de que va en contra de mis principios morales, creo que lo mejor será que busquemos la ficha médica de la víctima en el hospital de Beacon Hills.
El rostro de Stiles se iluminó un momento debido al interés que Lydia estaba mostrando en el caso. Aun así, no respondió lo que ella hubiera esperado.
-No lo sé, Lydia, a lo mejor estamos siguiendo una pista absurda y Marley Walls sí que murió de causa natural...
Lydia frunció el ceño y puso los brazos en jarras.
-¿Me estás diciendo que te vas a rendir ahora que hemos descubierto la existencia de un bebé misterioso?
Stiles iba a contestar, pero Lydia todavía no había acabado de hablar.
-Esa no es la actitud de un detective, Stilinski. No puedes robar un archivo de la comisaría del pueblo y dejarlo de lado a la primera de cambio. Vamos a resolver este caso y vamos a resolverlo juntos, ¿me has oído?
Las palabras de la chica resonaron en la cabeza de Stiles. De repente, echó a andar hacia el coche de Lydia, dejándola en el porche de su casa tras él.
Cuando llegó a la puerta del copiloto se detuvo y la miró. Ella todavía estaba parada ante la puerta de casa de Stiles.
-¿Entonces vamos al hospital, has dicho? -preguntó Stiles.
Una sonrisa apareció en el rostro de Lydia, que se encaminó junto a él y entró en el coche.
-Por cierto, yo no robo -apuntó Stiles una vez estuvieron de camino hacia el hospital. -Yo tomo prestado.
A/N
Hola!! Muchas gracias por seguir leyendo, espero de verdad que os esté gustando la historia.
Sé que el momento que estáis esperando está tardando en llegar... pero os prometo que no va a tardar mucho más.
Los dos próximos capítulos van a ser muy agdkavfisdb en cuanto a Stydia como tal :3
Gracias otra vez por vuestro apoyo.
Love ya.
-Hel
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Safe and sound || Stydia
FanfictionUn día cualquiera de verano, a Stiles le ocurre algo que cambia su forma de ver la vida: consigue salir vivo de un tiroteo. Poco después conoce a Lydia, una extraña chica que poco a poco se hará su amiga y le ayudará a superar los problemas que está...