Capítulo 16

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El móvil sonó y Stiles alzó la cabeza de la libreta donde estaba escribiendo para cogerlo. Tenía un mensaje de Lydia, que le preguntaba si le apetecía ir al autocine esa tarde. Stiles contestó que sí y en seguida se levantó de la cama para arreglarse.

Guardó la libreta en su sitio en la estantería y se puso una camiseta y unos vaqueros antes de salir por la puerta de casa hacia su Jeep. Al entrar y cerrar la puerta tras de sí, le dio la vuelta a la llave para comprobar que no funcionaba. Mierda, pensó. Para variar, el coche se había averiado y ni siquiera arrancaba.

Stiles le pegó un golpe al volante y, maldiciendo por lo bajo, salió del coche para dirigirse a pie a casa de Lydia.

Al abrirle le puerta, la chica lo saludó con un beso corto en los labios y le hizo pasar mientras se acababa de arreglar.

-Mi Jeep se ha averiado -dijo Stiles una vez sentado en la cama.

Lydia, que estaba sentada ante el tocador acabándose de maquillar, se dio la vuelta para mirarle a la cara. Alzó las cejas con expresión divertida.

-Creo que tu Jeep está en sus últimas ya -comentó volviendo a encarar el espejo. -Cuando fui a tu casa lo vi aparcado en el camino de entrada y casi pude ver cómo se le caían las piezas una a una.

Stiles se levantó de la cama y se aproximó a donde estaba Lydia. Bajó su cabeza a la altura de la de la chica y acercó su boca a su oreja, notando cómo ella se estremecía ante su proximidad. No pudo evitar sonreír un poco.

-Nunca abandonaré a ese Jeep -le susurró apartándole el pelo con una mano.

Solo se apartó unos centímetros de ella, lo suficiente como para que Lydia girara su cabeza en dirección a la de Stiles y se quedara mirando sus labios. El chico abrió mínimamente la boca y Lydia ya se había lanzado a besarle, como Stiles se había imaginado que haría.

Stiles puso sus manos en la cintura de Lydia y se incorporó del todo, obligándola a ella a levantarse de la silla de delante del tocador. La atrajo más hacia sí, intentando eliminar cualquier espacio entre ambos mientras seguían besándose.

Las manos de Lydia se deslizaron por debajo de la camiseta de Stiles y las dejó apoyadas sobre su vientre. Como siempre, el chico notó cómo la sensación de calidez era mayor allá donde Lydia tocaba su cuerpo.

Con un suave empujón, Lydia tiró a Stiles sobre su cama y ella cayó detrás, de modo que quedaron él boca abajo y ella encima. Lydia dejó escapar una risita en la boca de Stiles cuando él le acarició la parte baja de la espalda, su mano muy cerca del borde de su falda.

Lydia bajó desde los labios de Stiles hasta su cuello dejando un rastro de besos, y el chico estaba seguro de que habría seguido por su clavícula si no hubiera llevado la camiseta puesta. Algunos mechones de pelo le rozaban las mejillas y tuvo que reír un poco debido a las cosquillas que le hacían. Lydia alzó la cabeza y lo miró a los ojos.

-¿De qué te ríes?

Stiles negó con la cabeza mientras le pasaba un dedo por los labios.

-De nada, solo que tu pelo me hacía cosquillas -le explicó. -Pero podemos seguir con lo que estábamos haciendo.

Lydia puso los ojos en blanco y se acercó para rozarle los labios fugazmente antes de incorporarse de la cama y lanzarle una mirada a Stiles una vez estuvo de pie.

-En otro momento. Ahora nos tenemos que ir o no llegaremos a la película.

Stiles soltó un bufido, pero aceptó la mano que le tendía Lydia para ayudarle a levantarse.

Finalmente cogieron el coche de Lydia y llegaron al autocine media hora después. Iban a proyectar dos películas, así que se decidieron por Inside Out, ya que Lydia confesó que no la había visto.

Los primeros veinte minutos eran los favoritos de Stiles, así que no se perdió detalle durante el principio de la proyección. Al cabo de un rato, sin embargo, su atención se dirigió hacia la chica que estaba sentada a su lado, con la vista completamente fija en la pantalla.

Quería que Lydia viera la peli, pero sobre todo quería besarla, así que se acercó a ella y le rozó la mejilla con la nariz para que se girara. Cuando lo hizo, Stiles unió rápidamente sus labios en un beso. Lydia subió la mano y le acarició suavemente la mandíbula. Sonrió un segundo antes de devolver su atención a la pantalla, dejando a Stiles con la cabeza inclinada hacia ella.

En esa posición, sus labios estaban peligrosamente cerca del cuello de Lydia, y Stiles no creyó que fuera justo para nadie desperdiciar esa bonita ocasión de poder besarlo. Así pues, empezó a recorrerle el cuello a base de pequeños besos hasta llegar a su oreja.

La mano de Lydia, que hasta entonces había estado sobre su propio regazo, se deslizó hasta la rodilla de Stiles. El chico notaba que de vez en cuando hacía un poco de presión sobre él, además de que su cuerpo se había tensado cuando los besos habían llegado a la oreja.

Stiles supo que Lydia había perdido toda la concentración cuando escuchó un leve gemido por parte de ella. Rápidamente, la chica giró la cabeza y se lanzó a sus labios a la vez que le pasaba los brazos alrededor del cuello. Como siempre, besar a Lydia era una sensación increíble; como saborear tu helado favorito en un caluroso día de verano.

Al estar en un autocine, no habían salido del coche de Lydia, por lo que tampoco estaban completamente pegados el uno al otro. Así pues, sin romper el beso, Stiles tiró de ella para sentarla sobre su regazo y que la sesión de besos no llegara a su fin. Al menos por ahora.

-Stiles -susurró Lydia entre besos, -no me estoy enterando de nada de la peli.

-Luego te la cuento yo, no te preocupes...

-Pero...

Stiles no le dejó acabar la frase; le cubrió la cara con ambas manos y la atrajo hacia sí en un beso suave, prácticamente una caricia. Tenía el labio superior de Lydia entre los suyos, pero no tardó en deslizar su boca hacia abajo para morderle el inferior. Ella suspiró cuando sus bocas se separaron, aunque sus frentes de quedaron apoyadas la una sobre la otra.

-Me gustas mucho, ¿sabes? -dijo Stiles tras unos segundos en silencio en los que solo se escuchaba la película de fondo.

Llevó un dedo a la mejilla de la chica y lo deslizó a lo largo de su cara mientras notaba su corazón latiendo en su pecho. En esos momentos iba a un ritmo normal, pero podía jurar que lo había sentido acelerarse cuando las plabras habían salido de su boca.

-Tú a mí también, Stiles -contestó ella al fin. -Y eso me aterra.

Antes de que Stiles pudiera decir nada más, Lydia ya le estaba besando de nuevo.

Safe and sound || StydiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora