-Ven aquí -dijo Stiles tirando de Lydia para besarla.
Acababa de llegar a casa de la chica, y ambos se habían dirigido al salón para sentarse en el sofá. Los brazos de Stiles alrededor de la cintura de Lydia la atraían hacia sí y, con ella encima, se tumbó en el sofá, pecho con pecho. Lydia apoyó la barbilla bajo el hombro de Stiles y le miró a la cara. Le puso una mano a la altura del corazón y la dejó ahí, como si quisiera sentir cada uno de sus latidos.
Lydia le explicó que aquella mañana había ido a la oficina de correos a enviarle unas cartas a su madre y que, ya que la comisaría no quedaba lejos de allí, había entrado para dejarle a la policía un sobre que contenía la foto de Marley Walls y su bebé. El día anterior pensaron que sería buena idea que lo entregara ella sola porque así no la vincularían con el hijo del Sheriff, y nadie haría muchas preguntas al respecto. Había dejado el sobre de forma anónima, así que ninguno de los dos tenía por qué ser relacionado con el caso.
-Me tienes que acabar de contar la película de ayer -pidió la chica un rato después, sonriendo.
Stiles suspiró recordando por qué Lydia no se había enterado de prácticamente nada de la película en el autocine y revivió la sensación de los labios de la chica sobre los suyos. La sonrisa le llegó hasta los ojos.
Así pues, mientras le acariciaba el pelo, empezó a contarle el resto de la película. Lydia escuchaba atentamente, aunque acabó por cerrar los ojos y apoyar la mejilla contra el pecho de Stiles. Él sabía que no se había dormido porque su mano se había deslizado hasta su cuello y le acariciaba con sus finos dedos mientras hablaba.
De repente, el timbre de la casa interrumpió a Stiles. Lydia abrió los ojos de golpe y, poniendo las manos a ambos lados del cuello del chico, alzó un poco la cabeza. Miró hacia la puerta como si así pudiera averiguar quién había llamado, y Stiles pudo ver que tenía un ligero brillo de preocupación en los ojos. Se preguntó por qué.
-Espera aquí -le dijo antes de darle un corto beso en los labios y levantarse del sofá.
Cuando desapareció de su vista, Stiles se incorporó y se quedó sentado en el sofá, esperándola, como ella le había pedido. Desde ahí pudo escuchar cómo la puerta principal se abría y cómo Lydia emitía un chillido ahogado. Pensando que algo iba mal, Stiles ya estaba dispuesto a levantarse para ver qué ocurría, pero entonces escuchó la risa de Lydia y un grito que era más bien de emoción.
-¡Allison! -la oyó decir.
Stiles hizo memoria. El nombre de Allison le quería sonar, sabía que Lydia lo había mencionado más de una vez en alguna de sus conversaciones. Teniendo en cuenta que la chica no conocía a prácticamente nadie más que a él en el pueblo, Stiles recordó que era el nombre de su mejor amiga de su anterior ciudad.
No sabía si levantarse o si quedarse donde estaba, como Lydia había dicho, pero al final optó por salir a saludar. Llegó al marco de la puerta y, apoyándose contra este, vio con una sonrisa a Lydia abrazada fuertemente a la famosa Allison. Era una chica de pelo muy oscuro, casi negro, y alta, bastante más que Lydia. Desde donde estaba, Lydia le daba la espalda, así que no podía verle la cara, aunque se imaginaba la sonrisa que debía estar iluminándole el rostro.
Un momento después, las chicas se separaron del abrazo y Allison miró al frente, hacia donde estaba Stiles. En seguida le sonrió y Stiles se puso derecho, aclarándose la garganta antes de extender el brazo para estrecharle la mano. Lydia los condujo de vuelta al salón e hizo las presentaciones.
-Stiles, esta es Allison, mi mejor amiga -dijo sonriéndole a su amiga, claramente contenta de que le hubiera hecho una visita. -Allison, este es Stiles... mi único amigo aquí.
Stiles se sorprendió un poco ante la elección de palabras de Lydia. No es que hubiera esperado que lo presentara como su novio, ya que sin duda en ningún momento habían etiquetado su relación, pero tampoco esperaba ser solo "su único amigo aquí". Vio cómo Lydia había apretado los labios, así que quizás ni ella misma sabía cómo llamar a lo que fuera que existiera entre ellos dos. Allison alzó las cejas y miró a su amiga detenidamente para después hacer lo mismo con Stiles y en seguida volver a mirar a Lydia.
-Tu único amigo aquí -repitió. -Ya, claro.
Lydia se sonrojó y Stiles no pudo ahogar una pequeña carcajada. Aunque Lydia no se hubiese explicado del todo bien, Allison sabía leer entre líneas. Sin embargo, Stiles pudo apreciar la mirada que le lanzó la morena a Lydia, aunque no duró más de un segundo. Estaba cargada de un reproche implícito, como si no fuera correcto que Lydia y Stiles pudieran tener algo, por pequeño que fuera. La mirada desapareció tan pronto como había llegado y Allison volvió a sonreír, dejando a Stiles con la duda de si se lo habría imaginado.
Allison le contó a Lydia cómo le iba, y lo mismo hizo Lydia. Con algunas intervenciones por parte de Stiles, le explicaron cómo se habían conocido y cómo se habían vuelto amigos tan rápidamente. Fue imposible no admitir que existía algo entre ellos, aunque a Stiles le pareció que Lydia se mostraba un tanto tímida al respecto. Aun así, la chica alargó la mano y entrelazó sus dedos con los de Stiles mientras hablaban, como si estuviera buscando seguridad.
-Te echo mucho de menos, Ly -dijo Allison en un momento de la conversación.
Stiles notó que Lydia se tensaba y que su mano le apretó ligeramente más cuando Allison confesó eso. Cuando miró a la chica, se percató de que sus ojos se habían llenado de lágrimas que se esforzaba por contener. Respiró profundamente antes de hablar.
-Yo tambien, Ally -le dijo casi en un susurro.
Siguieron hablando durante varias horas, Allison en uno de los sillones y Stiles y Lydia pegados el uno al otro en el sofá. De repente, Allison le pidió a Lydia si podía hablar un momento a solas con ella.
-Si queréis puedo irme a casa, entiendo que tendréis muchas cosas de las que hablar -dijo Stiles sin saber muy bien qué hacer.
Lydia se giró rápidamente hacia él.
-No, tranquilo -le acarició la palma de la mano. -Quédate, por favor. En seguida volvemos.
La chica le regaló su mejor sonrisa y le dio un beso antes de agarrar a Allison de la mano y dirigirse escaleras arriba hacia su cuarto.
Stiles se quedó sentado en el sofá, con las manos unidas bajo su barbilla, esperando. Allison era una chica muy simpática; siempre con una sonrisa y dispuesta a escuchar lo que tanto su amiga como él le estuvieran contando. Entendía por qué era la mejor amiga de Lydia, ya que parecían comprenderse a la perfección. Sin embargo, Stiles no podía evitar sentir una extraña sensación en el cuerpo que le decía que había algo en todo aquello que no encajaba.
Sabía que no debía, pero la curiosidad pudo más que la razón, así que se levantó y, en silencio, subió las escaleras en la misma dirección que las chicas. No es que no confiara en ellas juntas, pero claramente estaba pasando algo, y sentía que ese algo tenía que ver con él.
Cuando llegó a la puerta del cuarto de Lydia, se quedó parado ante ella y acercó la oreja. No pudo escuchar del todo bien lo que decían, porque ya de por sí estaban hablando en voz baja, pero sí que captó algunas frases.
-Le vas a hacer daño, Ly -decía Allison.
Stiles frunció el ceño.
-¿Estás segura de que no es mala idea estar con él? -otra vez, esa era Allison.
-Ya lo sé, Ally, y lo intenté evitar, pero al final acabamos besándonos...
Stiles recordó la frase de Lydia, "No deberías sentir nada por mí", y volvió a no entender nada.
-No me gusta no estar con él, es como si lo necesitara a mi lado -Lydia sonaba triste, pero a la vez segura de sus palabras.
-Ya sabes lo que hay y cómo es la situación. Y también sabes cuál es mi opinión respecto a todo esto: deberías cortar por lo sano antes de que todo empeore. Acabaréis sufriendo, y ni tú ni él lo merecéis.
Stiles ya había escuchado bastante. Igual de sigiloso como había subido volvió a bajar y se sentó en el sofá como si no se hubiera movido de ahí. Unos minutos después, las chicas se reunieron con él y los tres pusieron una peli, aunque la mente de Stiles estaba lejos de poder concentrarse en ella.
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Safe and sound || Stydia
FanfictionUn día cualquiera de verano, a Stiles le ocurre algo que cambia su forma de ver la vida: consigue salir vivo de un tiroteo. Poco después conoce a Lydia, una extraña chica que poco a poco se hará su amiga y le ayudará a superar los problemas que está...