Capítulo 4

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Kimberly

Hace unas horas la prima de mi mejor amiga estaba perdida, me preocupe tanto que dejé la barra para tan solo buscarla. Sabía que ella estaba allí mirando como hacia los malabares con las bebidas y vasos pero de un momento a otro no sentí más su mirada y su atención sobre mí.

Alexandrin y yo estábamos preocupadas por lo que le pudo haberle pasado, no estaba segura como pasó el trago del tequila luego de unos minutos. Le dije eso a Alexandrin, creo que me iba a matar porque se alteró demasiado para luego decirme que su prima no ha tomado alcohol nunca en su vida. Me asusté tanto que pensé lo peor.

Estoy aquí en la cama mirando el techo pensando si esa chica está o no está bien.

La chica de la sonrisa hermosa, pienso sonriendo sola en mi cuarto.

Veo la hora en mi celular y es las 9:35 a.m. no he podido dormir desde que llegué a casa que fue a las 5 de la madrugada. Tengo una desesperación tan grande de saber si está bien o no, un susto o vacío en la boca de mi estómago se hace más grande e imposible de aplacar.

Cierro mis ojos y doy un pequeño suspiro para dejar de pensar en esa chica pero es imposible, es como si ella me hubiera marcado, mi necesidad de saber de ella es tan grande y algo nuevo.

¿Qué me has hecho? pregunto a la nada. Sonrío como una boba enamorada tan solo pensar en ella

— ¿Kimberly? — Escucho que mamá me llama. Resoplo y me levanto de la cama de mala gana.

— ¿Qué sucede? — Pregunto bostezando.

— ¡Ayúdame con la comida! — Grita y yo estoy detrás de ella.

— ¿Qué quieres que prepare? — Digo con suavidad y lentitud pero de igual manera se sobre salta.

— ¡Coño! ¡Nojoda! — Se agarra el pecho

— Es malo de dice groserías, mamá — Me río por la cara de susto que tiene.

— No es gracioso — Suelta aire y se gira para ir a la nevera a buscar las cosas de la comida.

— ¿Qué vas a preparar tan temprano? — Me quejo.

— Es para tu abuela — Suspiro de cansancio y ella me mira frotándome los ojos — ¿Qué sucede? Casi nunca te veo así después de una larga noche.

— Nada, solo... Estoy más cansada — Tomo el cuchillo para empezar a cortar las verduras.

¿Habrás llegado bien a casa la chica de la sonrisa hermosa?

Mis pensamientos vuelan alrededor de esa chica desconocida, sé que me dijo su nombre pero es que no recuerdo bien como se llama. Sé que tiene un nombre celestial. Al rebanar una cebolla me corto mi dedo índice pero no me fijo sino hasta que veo la sangre derramada sobre la tabla de madera. Inmediatamente voy a lavarme la mano. Mamá se me acerca y me mira detenidamente.

— Ve a dormir, lo haré sola — Dice al rato que me he cortado.

Sonrío y me voy al cuarto nuevamente entre bostezos, así puedo pensar mejor en la chica de la sonrisa hermosa. Llego al cuarto y me tiro en la cama, justo cuando iba a quedarme dormida siento que vibra mi celular con un mensaje de Alexandrin. Corro para leer el mensaje.

Alexa <3: Reunión en mi casa a las 5 de la tarde. Te espero, no faltes.

¡Maldita perra! Dime sobre tu prima. Le escribo de vuelta.

Kim <3: ¿Encontraste a tu prima?

Espero no haber sonado tan interesada.

Alexa <3: ¡Mi amor! Sí, la perra esa se fue antes de la tres de la madrugada a la casa, por eso nunca la encontramos y no me dijo nada.

Mi amor detrás de una barraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora