Capítulo 42

292 25 7
                                    

Kimberly

Traje a Citlalli hasta aquí conmigo porque tengo un mes que no la veo ni siquiera la he tocado, eso para mí es estar en abstinencia, estoy procurando no hacer nada desastroso ni menos que todo esto le recuerde a su ex novia, que por cierto está muy feliz con Isabelle. Mamá estuvo hablando conmigo por la razón de que dejaba que Isabelle estuviera en casa y es que, ella le estaba ayudando a olvidarme, se encontró con Renata una noche en el bar, ese encuentro hizo "click" entre las dos y ahora están felices las dos.

Antes de salir con mi novia, me encontré con Renata e Isabelle que iban de camino al cine, las saludé, al fin de cuentas no estaban planeando nuestra separación y eso me alegra más que la idea de que estén juntas, todos merecemos ser felices, en algún tiempo determinado, no importa cuánto daño has hecho o si fuiste la que salió dañada, siempre en cualquier momento de tu vida, tienes que ser feliz.

A veces la felicidad no consta de tener una persona a tu lado, algunas veces trata de que seas feliz contigo mismo, que te sientas cómoda como vistes, caminas, tu físico, eso también es felicidad, con la naturaleza, dejar de estar de mal humor todo el tiempo, empezar a ver desde otra perspectiva la vida, tener varios puntos de vista ante un problema y no estancarte en uno. Es saber cómo ayudar a los demás si tú estás peor que ellos. Todo depende de ti mismo.

Con Citlalli he tenido una especie de lucha, porque ella está acostumbrada a una rutina que le gusta seguir al pie de la letra, odia los cambios, esa también puede ser una causa de tristeza y depresión para algunas personas, que quieren hacer algo más allá de los limites pero por miedo al cambio, por miedo a lo desconocido no lo hacen, prefieren estar así que ser felices por su cuenta.

Anoche vinos una película y le gustó, nos fuimos a dormir después de hablar sobre la protagonista. Me he despertado primero que ella por lo que me levante con cuidado para ir a preparar el desayuno sin que ella se dé cuenta, camino hasta el guarda ropa y escojo una camisa de botones y me la coloco, no es mía, es del hermano de mi amiga, me subo las mangas para no ensuciar la camisa, no me gusta lavar la ropa para eso se encarga la lavadora.

Busco para hacer unos waffles, es lo más fácil para hacer, muevo todo con cuidado para no hacer ruido, aquí suena todo más fuerte por estar en silencio y retirado. Comienzo a cantar bajo para no despertar a la bella durmiente, mientras se hacen los waffles lavo los platos que voy ensuciando, no me gusta dejar todo sucio para luego y tendré pereza de limpiar una vez que salga de aquí.

Termino de hacer el desayuno, me asomo por la puerta para ver que Citlalli sigue dormida, voy al baño a darme una pequeña ducha y muy rápida, no quiero que despierte y no me pueda ver por ningún lado de la cabaña. Salgo y me seco, me coloco la misma camisa y voy hacia la cocina para tomar el desayuno y llevarlo al cuarto para comer viendo la tv, cuando vuelvo, Citlalli está sentada en la cama bostezando.

-Buen día - La saludo con una sonrisa.

-Buen día - Bosteza y se tira a la cama.

-Eres demasiado dormilona - Confieso.

-Lo siento... - Se frota sus ojos con sus manos - Es que... no me gusta despertar temprano los fines de semana.

-A nadie, cariño - Me inclino y le doy un beso en la frente - Porque no te vas a dar una pequeña y refrescante ducha y yo te espero aquí con el desayuno - Asiente y se va al baño.

La veo entrar al baño y ahora es me doy cuenta que ella durmió desnuda anoche conmigo y no pude meterle mano, niego con la cabeza decepcionada conmigo misma, pero esta noche no se salva, necesito urgentemente tocarla y sentirla mía de nuevo. Me gusta su cuerpo aunque ahora ella va al gym, es algo bueno para mantenerse dura, pero no quiero que lo haga para adelgazar, aunque es inevitable no hacerlo porque de seguro le mandan dietas y otras cosas ahí.

Mi amor detrás de una barraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora