Capítulo 7

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Citlalli


Hoy me desperté con la intención de llamar a Renata para terminar en definitiva con ella. Ya nada es lo mismo, todo es tan confuso. A veces soy su novia y otras no. Necesito una relación estable y constante, no que sea una de a momentos. Ella no tiene tiempo para mí.


Me levanto de la cama para arreglarme y bajar a desayunar. Me tardo un poco en el baño pensando bien cómo debo actuar y que le diré a Renata. Debo terminar con ella si quiero tener algo con Kimberly. Sé que la conozco hace poco y no sé absolutamente nada de ella pero siento algo tan diferente y fuerte por ella.

Salgo del baño y me visto para bajar a desayunar. Llego a la cocina y me preparo algo para desayunar, termino de hacer el desayuno y me sirvo. En cada bocado el recuerdo de Kimberly invade mi mente, una sonrisa se apodera de mis labios, es inevitable no sonreír cuando pienso en ella.

Renata perdió la oportunidad de tenerme. Ella prefirió estar lejos de mí y ahora no me tiene y es lo que tanto ella quería. No he llorado como debe ser porque entiendo que es cosas de trabajo, no la puedo poner a elegir entre el trabajo y yo, sé que elegirá el trabajo sobre cualquier cosa pero tome una decisión por las dos.

Termino de comer y lavo el plato que ensucié. Subo de nuevo a mi cuarto para llamar a Renata. Me siento en la cama, tomo mi celular. Me detengo en el último minuto para pensar en lo que le diré, lo más probable es que se lo diga rápido. Pulso la tecla llamar y empieza a sonar.

No contesta la primera la llamada, suelto aire para volverlo a tomar y marcar de nuevo. Pasa lo mismo, resoplo, ella no contesta mis llamadas ni mis mensajes pero esta vez es tan importante que seguiré insistiendo hasta que se digne a responder el teléfono para hablar conmigo. Lo intento por última vez.

—¿Qué quieres estoy ocupada? — Responde

—Quería saber cómo estás — Pregunto con timidez.

—¿Para esto me llamas? Pensé que es para algo importante.

—Y... para decirte que terminamos — Suelto de repente.

—¿Qué? ¿Cómo...? — Cuelgo antes de que siga hablando.

Me tiro hacia atrás sobre la cama y empiezo a llorar. ¿Un año de relación así y todavía lloro? Me siento en la cama para limpiarme las lágrimas, me recalque una y otra vez que hice lo mejor que pude. La relación no se trata de uno sino de dos, para eso somos una pareja, reconstruimos juntas una relación.

Necesito salir y distraerme un poco, no quiero hundirme más. Salgo del cuarto y me siento a ver un poco de tv para distraerme, lo logro por unos segundos hasta que pasa una caricatura que a Renata le gusta. Resoplo y apago la tv.

Cierro los ojos por un segundo y el rostro de Kimberly se ilumina en mi mente. Sonrío porque sé que es con ella que debo estar. Me hace sentir cómoda, segura, tiene tiempo para mí, hasta hace cosas locas por mí. Recordando cosas locas, frunzo el ceño en comprensión de lo que sucedió anoche en mi cuarto.

Subo de nuevo a mi cuarto pero esta vez corriendo para checar que mi ventana... está abierta y eso, solo eso significa que no fue un sueño lo que viví anoche, sino que... ¿Kimberly vino a verme anoche? ¡Vino a verme! Se arriesgó bastante el subir por la ventana.

La primera vez que lo hice, tuve un golpe muy fuerte en mis brazos, después de tanta práctica sé cómo subir y bajar por mi tercera puerta. Abro mis ojos al comprender el riesgo que corrió tan solo para venir a verme, de una u otra manera eso me hace sentir feliz y alegre, de que sea importante para alguien.

Mi amor detrás de una barraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora