Capítulo 5

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Citlalli

Después de la llamada de mi prima me fui a preparar para la reunión, sé que ella me necesita porque no sabe cocinar o más bien no ama cocinar como yo, es por eso que cada vez está en la casa comiendo. Subo a mi cuarto para buscar algo muy lindo que ponerme, quiero verme bonita, no sé porque o más bien sí sé, es porque cuando Kimberly me vea quiero que se quede con la boca abierta.

Nunca me he tomado la molestia de vestirme lindo para Renata, creo que es porque casi no la veo ni paso tiempo con ella o es porque ya no siento nada por ella. Quizás sea eso. Sacudo mi cabeza para sacarme esas ideas locas de allí y me enfoco en lo que debo ponerme para la reunión de hoy.

Decidí ponerme un vestido con estampado de flores y unas sandalias bajas con mi cabello recogido en una coleta y me maquillo poco, nada extravagante porque se supone que es una reunión y es ligero todo. Alexandrin me envía un mensaje diciendo que en menos de cinco minutos está frente a mi casa esperando para irnos a la reunión. Niego con la cabeza.

Lo que hace el interés.

Me miro por última vez en el espejo y sonrío para mí misma. Escucho un mensaje de Alexandrin y tomo mi bolso con las cosas que necesito. Bajo hasta la sala y me despido de mi madre y de mi hermano, me hacen preguntas para donde voy pero no les respondo porque salgo rápido, al cerrar la puerta veo a Alxandrin que ya está esperándome.

— ¡Wow! Te ves muy bien — Dice en forma de saludo — Es más hasta creo que te arreglaste más de lo necesario, ¡¡¡Es una simple reunión!!! A menos que... — Se queda pensativa y luego reacciona — ¡Oh Dios! ¡¿Te arreglaste así por qué Kimberly irá cierto!? — Me ruborizo y me pongo nerviosa al instante.

— ¿Qué? ¡Cómo crees! Para nada — Respondo a la defensiva y con nerviosismo — Sólo que fue lo primero que vi y quise usar — Empezamos a caminar — Aparte hace mucho calor, ¿Qué tú no tienes?

— ¡Aja claro! ¡Mucho calor! Sólo te recuerdo que tienes novia — Adopta la pose de una psicóloga.

— ¡Sí! Ya lo sé ¿Ok? — Resoplo — No me lo tienes que recordar a cada segundo.

Me da una mirada matadora pero no dice nada. De camino a su casa fue en silencio, no tenía ánimos de hablar, mi prima a veces se propone a arruinarle el día a cualquier persona y lo logra pero no permitiré que ella arruine esta tarde, sé que tengo novia pero ella no está presente así que no cuenta. Entro a la casa donde se escucha la música alta y hay bebidas por doquier.

Saludo a todos los que están aquí, empezamos a platicar y bromear por todo lo que veíamos, conforme pasa el tiempo empieza a llegar más personas y Alexandrin se pone a platicar con ellos. Mientras más llegaban se iban ubicando atrás de la casa ya que en la sala no cabía ni un alma.

Yo a este punto de la hora ya estaba aburrida, ayudé en la comida y las bebidas. Estoy desesperada porque la persona que quería ver no llega, me miro y empiezo a decepcionarme. ¡No debí haberme arreglado tanto para alguien que apenas conocí en menos de 24 horas! ¡Genial! ¡Me arregle por nada y por nadie!

Suspiro cansada y aburrida, miro mi celular y son las 5:15 p.m. no veo que Kimberly atraviese esa puerta. Entro a la casa con el pretexto de ir al baño sin informarle a mi prima. Estoy viendo mi celular para ver de nuevo la hora sin percatarme de mirar al frente confiada de que nadie está ahí dentro pero siento que alguien choca contra mí.

¡GENIAL! Mi día no podría ser mejor.

Me pide disculpa pero su voz me suena conocida y cuando le respondo alzó la cabeza y mi rubor apareció de nuevo, es ella.

Mi amor detrás de una barraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora