Capítulo 26

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Kimberly


Desde que fui a recogerla a la casa ella ha permanecido callada y algo extraña, creo que algo sucedió entre ella y su madre porque su rostro está algo devastador y se nota lo mucho que ha llorado y lo triste que se siente al respecto, no pregunto ni digo nada porque no quiero incomodarla más de lo que ya está. Acelero un poco para llegar rápido y poder hablar con ella antes de que empiece mi turno. Siento sus brazos rodear mi cintura y me aprieta fuerte recargando su mejilla sobre mi espalda, se pega más a mí y me siento digna de tenerla conmigo.


Llegamos al bar, estaciono la moto, espero que ella baje para hacerlo yo. En vez de llevarla a la puerta principal, la introduzco al almacén donde estaremos solas y hablaremos de todo lo que ha pasado, le diré que Isabelle apareció cenando y que quiere conquistarme nuevamente y como se volvió loca mi mamá al dejarla, principalmente, entrar a la casa.

—Tengo algo que decirte — Comienza ella con el rostro entristecido, asiento para que continúe y ella suspira — Mamá... — Agarra aire y veo como su pecho se infla — Le dije a mamá de que estoy enamorada de una chica — Cierra los ojos esperando mi reacción.

Me siento perdida entre un punto, el de partida y el de llegada ¿Cómo sucedió? Esa es la verdadera pregunta o el punto de inicio y el de culminación de todo lo que me acaba de decir sin más detalles. Habíamos decidido hacerlo juntas y me siento un poco desplazada por eso, pero creo que su mamá la provoco en un momento que tuvo que explotar, porque, a pesar de que conozco poco a Citlalli, sé que ella no tendría el valor de decirlo sin mí o sin alguien de confianza.

—Bebé... — Digo avanzando para envolverla en mis brazos, al instante que la toco, ella empieza a llorar, sus brazos se mueven incontrolablemente, siento como mi ser se destruye al sentirla así, mal, triste. No me gusta escucharla llorar, es algo que trato de evitar al cien porque sé lo sensible que es. Acaricio su espalda — Shh — Susurro a su oído, besando el costado de su cabeza.

Poco a poco se va calmando. Pasa al menos treinta minutos para que ella deje de llorar por completo. Sonrío porque está en silencio, sé que está pensando en todo lo ocurrido de hoy con su mamá, de seguro fue el peor momento de su vida. Ahora tengo ese deseo desenfrenado de haber querido estar ahí, pero hay cosas que cada quien debe pasar solos para poder aprender a controlarse o conocerse a sí mismo.

—Hay algo más — Dice con miedo y temor. Frunzo el ceño tratando de buscar otro momento incomodo o algo horrible que ella tuviera que pasar sola, pero nada, no logro encontrar alguien o algo de tal magnitud para que ella tenga miedo. Pienso en Alexandrin pero tengo tiempo sin saber de ella o no creo que ella sea un problema en estos momentos, quizás lo sea pero algo mínimo.

—¿Qué es? — Pregunto tranquilizándome para que no sea algo mayor ni malo.

—Renata — Dice. Con solo escuchar ese nombre me pongo tensa.

Renata.

Cierro mis ojos sacando conclusiones de que habría pasado entre ellas, imágenes y momentos llegan a mi mente, de seguro se besaron, ella le declaró su amor a Citlalli, de seguro ella siente muy en el fondo algo por ella, de seguro me dirá que al verla se dio cuenta de que quiere continuar con ella, que quizás está confundida y que le dé tiempo para pensar.

Quiero decirle que está bien, que podremos superar eso, que hay soluciones menos dolorosas y mejores si solo hablamos y explicamos lo que sucede. Quiero decirle que no hay problema que aparezca su ex que siempre saldremos adelante con el amor que sentimos

—Isabelle apareció en mi casa a la hora de la cena — Digo lo contrario a lo que quería decir.

—¿Cómo que en tu casa? — Pregunta separándose.

Mi amor detrás de una barraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora