Capítulo 12

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Kimberly


Pase toda la noche abrazada a ella, ¿Saben cómo se siente estar en el cielo o el paraíso? Pues yo sí, tenerla entre mis brazos, luego estar entre sus brazos es estar en el paraíso con el amor de tu vida, no cambiaré nada por este hermoso momento, no lo comparo con las noches locas que he tenido con algunas mujeres.

Esta noche me he vuelto loca por una mujer.

Ella tiene mis sentidos, emociones, sentimientos a flote. Algunos el amor los hace volar y libres, yo era una de esas personas, pero esta chica es como un imán que mantiene en el suelo, pegada a ella, sin alzar el vuelo, mantenerme firme. Así es el amor que siento por ella que me mantiene en el suelo sin importar tan alto me sienta junto a ella.

Me despierto primero que ella y la tengo encima de mí. Como una bebé dormida sobre el pecho de su mami, acaricio su cabello y se lo aparto de su mejilla, hace un ruido de gatita y se mueve girando su cara a la derecha, sonrío porque es tierna. Me gusta está etapa que tengo con ella.

Con mi ex pareja no viví esto, ni menos con las que he tenido hace tiempo, lo hacíamos y me iba a media madrugada para no verla despertar, no queriendo que sea algo formal. Con ella todo debe ser formal, quiero que sea formal. Ella definitivamente me ha cambiado y quiero demostrarle que ella es todo para mí.

La abrazo fuerte por su cintura y aprovecho para estirarme un poco, ella no se mueve ni nada y me provoca reír porque parece a un lindo koala. Cierro mis ojos y suelto un suspiro, acaricio su espalda distraídamente. Disfruto este momento, sé que tendremos muchos así pero este es el primero de muchos.

Trataré de no ser como su ex pareja, sé lo doloroso encontrarse con alguien que es igual o hace las mismas cosas que hacia tu ex. Confío en que ella no será como mi ex, ha empezado de una manera diferente a como ella empezó, pondré todo mi empeño para que esto funcione y no pierda su rumbo. Siento la mirada de alguien y sonrío.

—Buenos días — Dice con voz adormilada.

—Buen día princesa — Sonrío a media lado.

—¿Es tarde? — Pregunta y se mueve.

—No lo sé — Murmuro mirando hacia el reloj de mi celular — Las 9:10 a.m — Digo y ella se convierte en un resorte — ¿Qué sucede? — Pregunto sentándome en la cama

—Mamá debió haber entrado y nos vio así — Niego con la cabeza.

—He estado despierta desde las 5 y créeme que nadie se ha asomado por esa puerta — Digo con tranquilidad y acaricio su mejilla — Relájate bebé — Sonríe.

—¿Entonces nadie ha entrado? — Pregunta juguetonamente.

—No — Niego con la cabeza — Pero quizás entre en cualquier momento.

—Cierto — Frunce sus labios y coloca una cara pensativa.

—Iré a buscar mi moto, vendré a buscarte como si no nos hubiésemos visto en toda la noche — No dice nada hasta que reacciona.

—Está bien, pero hazlo rápido y sin hacer ruido — Pensaba que iba a protestar.

Salgo de la cama pero antes le tomo de su rostro para depositar un beso de buenos días, nos reímos cómplices y camino hasta la ventana. Siento un repentino frío recorrer por mi cuerpo, paso mis manos por mis brazos calentándome mientras tomo el valor de salir fuera de la ventana y caer de pie sin ningún golpe.

—¿Amor? — Escucho que me llama y carraspea, volteo a verla — ¿No se te olvida esto? — Levanta mi ropa para que la vea.

—¡Joder! Con razón que tenía frío — Empiezo a reír y me acerco a ella para tomar mi ropa. Me visto rápidamente — Listo — Beso su frente y por ultimo sus labios — Nos vemos dentro de un ratito.

Mi amor detrás de una barraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora