Capítulo 6

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- Eso es. – le dijo él animándola a que se dejara tocar por él, que lo dejara tocar a su máximo esplendor. – Te gustará. - se colocó de rodillas, la mejor posición que podía tener, tenía tanto por hacer en su apetecible clítoris.
La imagen era tan fuerte que con solo verla aferrada a la pared y a punto de gritar se estremecía más y más, con muchas más ganas de hacérselo en ese mismo instante, ya tenía los labios húmedos y podía percibir que la feminidad de Julie también lo estaba. La abrió de piernas, Julie ya no ponía resistencia ¿Y cómo lo iba a hacer? Si le gustaba tanto lo que sentía, tanto que pensó que moriría. Meneó las caderas, entregándole más a Max.
-Grita todo lo que quieras preciosa, estamos en París así que nadie sabe nuestro idioma jajaja-la miró pícaro mordiéndole uno de los muslos, para luego pasar su lengua por uno de ellos, de arriba hacia abajo, wow que buen olor percibía allá abajo. Se acercó a su abertura, entre los dos labios genitales, le satisfacía tanto ver eso, sus labios besaron delicadamente la feminidad de Julie.

- Mmh. . . - susurró ella poseída por él. Max la besó de nuevo, ahora con más intensidad.

- Te gustará - dijo él. – Más Cuando pase mi lengua por ahí -Julie soltó un pequeño gemido ahogado, Max había introducido su lengua en ella, en todo su esplendor, una oleada de placer se expandió por todo su cuerpo.

- ¡Ahh!- gritó ella. Max volvió a bombearla con la lengua tan intensa como podía deseando tanto que su pene ocupara el lugar de su lengua.

- ¿Te gusta?, dímelo, dime que te gusta.

- Si, Dios,me encanta. . . - le respondió ella.
La cabeza de Max no dejaba de moverse, al compás de su lengua y acoplándose con los intensos gemidos de ella, si se la comía una vez más, eyacularía sin siquiera haber terminado, cuanto poder tenía aquella mujer, sus pantalones reventarían necesitaba coger, bueno cogerla, era más que un simple deseo, era algo que su propio cuerpo le obligaba a hacer.

- Necesito cogerte- le pidió subiendo entre besos hasta su rostro.

Se miraron.
En un momento interminable los ojos cafés de Max atraparon a los oscuros de Julie. El deseo seguía ahí, pero en cambio, de pronto hubo algo más fuerte, algo que le invadió el cuerpo y la mente. Julie sostuvo la mirada, lo único que reflejaba era miedo, temor, aunque también había disfrutado del momento, sabía que Max la tenía en sus manos y que podía hacer lo que quisiera con ella pero no quería abusar de ella, eso no de nuevo. . .

Se le separó, pequeños recuerdos invadieron su mente, recuerdos que le dolían muchísimo así que prefería masturbarse por su propia cuenta. Se metió al baño de la habitación, mientras Julie aprovechaba en arreglarse la ropa interior más avergonzada que nunca y en medio del silencio lo escuchó con la respiración agitada desde el baño.

Si no había terminado de follarla sería por algo, pues él había prometido jamás volver a abusar de una mujer.

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