Capítulo 3

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"Declaran desaparecida a Julie Annie Tyler Lee, hija del empresario Richard Lee, desde ayer por la noche después de no encontrarla en su residencia en Las Vegas. La policía aún está buscando testigos, pero las únicas personas que habían viajado con ella también están desaparecidas..."

El somnífero había hecho efecto en ella desde que habían partido de Las Vegas, no específicamente en un avión de primera clase sino más bien en una agencia de la que ella jamás había oído hablar, con amenazas, algunos gritos y llantos, Max había logrado que Julie no hablara en todo el viaje.

Que carácter tenía esa mujer, siempre discutía tanto con él como podía, cada vez que tenía la oportunidad, ¿Acaso no sentía ni un poco de miedo con él? , era diferente, muy diferente a cualquier otra.

Max la tomó del brazo, después de ocho horas de viaje, era la primera vez que la tocaba así que la sostuvo fuertemente, Julie solo cedió.

Él metió las llaves del departamento en la cerradura y procedió a abrirlo.

- ¿Te gusta? – le preguntó a ella, refiriéndose al departamento.

- No. – le respondió ella seca y con un hilo de voz así que de inmediato se adentra más al pequeño cuarto que Max había conseguido para los dos.

- ¿Pensabas que iba a comprarme una suite solo para tenerte a ti? – la vio entrar. Delicadamente posó sus ojos en las caderas de ella, sin que Julie lo notara del todo, relamió los labios ahora al observar su culo, y si, tal vez pensar un poco todo lo que haría con él.

Cerró la puerta, solo él sabía cómo asegurarla por si Julie quisiera escapar:

-Dos candados

-Tres y después se hicieron cuatro

-Una barra de seguridad

-Y otra amenaza. – creo que no tengo que volver a repetirte lo que te pasaría si intentas salir ¿no?

Julie ni siquiera le respondió, su cuerpo empezaba a debilitarse así que ahora más que nunca deseada dormir. El somnífero de Max le había hecho efecto o tal vez solo deseaba llorar un poco en algún lugar lejano, sin que él pudiera verla.

- Necesito dormir- le confesó ella, Max solo la miró de reojo

Claro, no es que realmente le importara lo que ella necesitaba, su trabajo era solo tenerla y exprimir todo el dinero que pudiera conseguir de ella, pero de alguna u otra manera quiso atenderla.

- No hay lugar. – le dijo él. Por primera vez se atrevía a mirarla a los ojos, él también lo hizo. – esto no es un hotel nena.

- No necesito una cama, solo necesito dormir. – le dijo ella, ahora con la voz debilitada. ¿Qué mierda le pasaba? De pronto se sentía peor que nunca como descompuesta, lo último que le faltaba en ese momento era enfermarse.

Max escuchó sus últimas palabras así que se adentra a la única habitación que había en ese pequeño departamento y entrecerró la puerta para que Julie no pudiera observar lo que hacía allá adentro, sacó un par de sábanas y una manta gruesa para luego ponerlas en el piso.

- Duerme aquí. – le dijo él. Ella lo escuchó y fue hasta la habitación en donde Max estaba.


- Gracias - susurró ella, sorprendida ya que no se esperaba ese gesto de él.

Él asintió.

- Julie- murmuró él y a ella le dio un pequeño escalofrío al escuchar su nombre entre sus labios, tanto que llegó a erizar la piel. – No causes problemas ¿sí? No quiero tenerlos contigo. – le dijo, antes de cerrar la puerta de la habitación.

Con todo esto no había llegado a preguntarle su nombre, ¿Cómo es que se llamaba? Aún no lo sabía pero después de todo no había resultado tan mal, observó lo que había hecho por ella para que pudiera dormir y le dieron ganas de llamarlo y preguntarle su nombre, se rió de ella misma al escuchar sus propias fantasías.

¿Qué dirían sus amigas de algo como eso? , volvió a reírse.

Ahora se concentró en su ropa, no se la cambiaba desde ayer así que volteó a mirar la puerta de la habitación, completamente cerrada, no perdería nada si se cambiaba ahí mismo así que se quitó la ropa que traía desde ayer y se adentra en el baño que había en la habitación, colocándola sobre el lavadero. Se quitó los tacones, deseosa por descansar por fin salió del baño, después de haber lavado como pudo su ropa y dejándola secar y al cabo de eso se acostó sobre las sábanas que había en el piso.

Pero que buena estaba, con todo en su lugar, y si empezaba por las piernas pararía en un lugar prohibido que su lengua moría por probar ¿qué pasaría si se la comía ahora? Max intentó aguantarse las ganas, miraba todo desde la puerta ¿es que acaso era un plan para excitarlo cómo nunca en su vida?

Relamió los labios, ahora mirándole los senos, deseó tanto lamerlos ahora mismo hasta hacerla gritar tan fuerte como podía, era su única petición, hacérselo, meter su pene entre esas piernas deliciosas, hacerla gozar hasta escucharle pedir más y más.

". . .Cierra la puerta coño. . . "se dijo a sí mismo, dándose cuenta de la enorme erección que ahora adornaba sus pantalones con solo mirarla tendida sobre esas sábanas, mierda que Diosa.

". . .Entra y cógela. . ." le dijo su subconsciente muy dentro de él, Max solo cerró y abrió los ojos rápidamente, necesitaba irse de ese lugar antes de que pudiera terminar irreconocible con ella, cogiéndola con todas las fuerzas de sus caderas, así que cerró la puerta sigilosamente.

Estaba excitado y con la vista más nublada que nunca, necesitaba coger, coger con alguien, ahora mismo y no se aguantaría las ganas.

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