sᴇɪs

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Punto de vista de Haru

La imagen de la espalda de Gou aún no se podía­a borrar de mi mente. Ya sabía que ella de por sí­ ya era atractiva, pero nunca me imaginé que ese suceso me iba a dejar en shock.

Me costaba trabajo mirarla sin recordar eso, y al hacerlo sentía mis como mis mejillas se poní­an rojas con sólo escuchar su voz pronunciando mi nombre. Sin embargo, ella no me había preguntado nada, lo cual indicaba que estaba disimulando de manera perfectamente convincente.

−Entonces, ¿Adónde podrí­amos sentarnos?− preguntó.

Tragué saliva, −Creo que en frente del arrollo podrí­amos ver mejor las flores de loto.

Quería quedarme aquí porque me enteré que Makoto estaba llevando a sus hermanos al parque de diversiones, y ciertamente no quiero que él vea a Gou.

No me gustaba la forma en el que le hablaba, como la miraba, nada... ¡nada!

¿Estoy celoso?

Sacudí mi cabeza para descartar el pensamiento. Makoto había sido mi mejor amigo toda la vida, creí­ que una chica no podrí­a causar rivalidad entre nosotros, esa idea siempre se habí­a hecho demasiado distante para mí. Pero supongo que con Gou Matsouka... todo es diferente.

Al darme cuenta, ella ya estaba sentada mirando como el sol brillaba en el agua.

Si fuera el "yo normal" probablemente ya me hubiera quitado el pantalón y saltado en el arroyo. Pero eso no quiero en este momento... sólo quiero estar con ella.

Me sentía su lado, −¿Quieres comer algo?− pregunté con seriedad para no tartamudear.

−Tal vez más tarde. Pero gracias, Haruka-senpai− me sonrió antes de volver su mirada al frente.

Llámame Haru...

Miré su rostro iluminado, no era secreto que los Matsouka son una familia de genes atractivos. Rin y su padre comparten ese aspecto de una manera impresionante, al igual que Gou. Sus hermosos ojos rojizos brillaban con el sol anaranjado, y su cabello lacio se veía más sedoso que de costumbre. Quiero olerlo, y tocarlo.

−Es muy hermoso, ¿no crees?− soltó.

−¿Eh?

−La vista− pausó, −Si es así de hermosa a esta hora me pregunto cómo se verá a la hora del atardecer.

No pude evitar una pequeña sonrisa ante ese comentario tan cursi. Levanté mi mano y la posesioné en su cabeza antes de despeinarla ligeramente.

Ella me miré con confusión.

No pude resistirlo más. Mi cabeza se estaba inclinando hacia la suya, y mis labios se estaban moviendo a una posición más cómoda para tocar los suyos.

−¿Ha-Haruka-senpai...?

Estábamos a penas a milímetros, hasta que sentí­ un impacto en mi cabeza.

−¡Lo sentimos, Nii-chan!

La pelota púrpura de antes me habí­a golpeado en la cabeza, y los niños me estaban mirando desde una colina, riéndose sin más.

Ella hizo un gesto de sorpresa, −¿Estás bien?

Me rocé la cabeza, −Maldición... malditos mocosos− murmuré para que ella no me escuchara.

Ella no lo pudo evitar, y solté una carcajada. Sinceramente, la risa más linda que jamás había escuchado.

La pequeña de la vez anterior se me acercó desde la colina.

El Encuentro Secreto ∘ [harugou]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora