ᴠᴇɪɴᴛɪsᴇɪs

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Haru abrió la puerta rápidamente, y ahí fue cuando reveló la piscina de práctica de Samezuka.

—¿Qué?— pregunté algo confusa, —¿Qué hacemos aquí?

Él me miró algo preocupado por mi reacción, a tal punto de incluso sonrojarse al respecto, —S-Sé que no era exactamente la sorpresa que te esperabas— dijo serio, —Pero... siempre he pensado que este lugar se ve muy lindo de noche...

En ese instante me sentí como la peor persona del mundo. Se me olvida constantemente que mi novio es un chico hidrofílico, y me hace sentir algo culpable en no respetárselo a veces... quiero pagarle de alguna manera...

—P-Perdóname— dije haciendo una reverencia algo brusca, —No es que me moleste esto... es sólo que... esto... estaba sorprendida y algo aturdida... no me lo esperaba.

Soltó una media sonrisa, —No te disculpes por eso. A la próxima te llevaré al lugar que tú me pidas.

Eso... no me hace sentir mejor realmente.

—¡No es necesario!— respondí, haciendo que él se sobresaltara, —Nunca me has visto nadar, ¿verdad?

—Le escuché a Nagisa que tu no sabes nadar...

¡Maldito!

Sentí como me sonrojaba, y de sólo pensar que él me estaba mirando hacía que mis mejillas se calentaran aún más.

Sentí como se acercó a mi oreja, —Rin... ¿acaso Rin nunca te enseñó?

Negué con la cabeza, incapaz de mirarlo a la cara, —Bueno... sí, pero fracasó en el intento...

Me tomó por la cintura, obligándome a mirarlo directamente en sus órbitas azules, —Estoy dispuesto a ayudarte.

—N-No lo sé, Haru... no aprendo rápido... y la verdad es que tu sabes que mi estado físico no es el mejor— dije apartando la vista, no siendo capaz de verle a los ojos.

Sentí como tomó mi barbilla, obligándome a girar mi cabeza, —Oye... si pude más o menos enseñarle a Rei... no veo por qué a ti no...

Apreté los labios y asentí con la cabeza.

Acto seguido, Haru me alzó al estilo princesa, dejándome con un grito ahogado en mi garganta.

Noté como se acercaba cada vez más al borde de la piscina, y tuve un déjà vu casi inmediato.

—¡H-Haru! ¡No estarás pensando en...!

—Si lo sobreviviste una vez, una segunda no te matará— dijo con seriedad.

—¡No por favor! ¡No tengo ropa para llegar a casa más tarde!

Haru se quedó callado unos segundos antes de ponerme nuevamente en el piso. No pude evitar mirarlo algo confundida.

—Tienes razón... lo mejor es que tu uniforme no se moje.

Lo miré preocupada pensando que probablemente se había molestado conmigo por eso. Ya iba a tomarlo por la camisa, pero él fue más rápido y me tomó por la cintura, juntando nuestros labios.

Le seguí el beso, que poco a poco se fue haciendo más profundo, su lengua y la mía peleaban por dominación... la de Haru tenía una gran ventaja, obviamente.

Haru me apoyó contra una columna, manteniendo una de sus manos en mi cintura con firmeza, y la otra contra la pared, para tener más estabilidad.

El Encuentro Secreto ∘ [harugou]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora