Ya no hay nada que ocultar y una comida familiar

477 25 8
                                    

Waaa perdonen me por tardarme tanto u.u eh tenido mucho trabajo en la escuela y apenas salí de vacaciones de la misma, intentare actualizar todas las historias pero en fin, espero sea de su agrado la historia.

-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Rin al escucharme pronunciar su nombre me miro expectante era como si ella de igual forma quisiera decirme algo aunque no se atrevía por temor a una reacción negativa de mi parte.

—Señor Sesshomaru... —me miro directo a los ojos. En sus ojos se veía gran seguridad y determinación— Tengo que decirle algo... —respiro profundamente y una vez que exhaló estaba decidida a proseguir— Yo...

Pose mi mano sobre sus labios impidiéndole el habla —Calla —Le dije con una voz suave. Ella no dejaba de mirarme a los ojos —Rin... te amo —le dije sin más, sin rodeos. No quería alargas más esto pero ahora solo me restaba esperar la respuesta de ella.

Mi joven protegida estaba muda, no sabía ni cómo reaccionar ni qué decir. Solo se quedo ahí con su mirada fija en mí con un gran rubor en las mejillas lo que a mi causaba un poco de gracia; pero este no era momento para esto, lo único que me importaba ahora era la respuesta de ella.

—Je, je, ¿usted anda de bromas verdad? —rio levemente bajando un poco la mirada apartando la de mí y alejándose un poco— No tiene por qué decir lo que yo quiero oír para hacerme sentir feliz, con el simple hecho de poder vivir aquí con usted me basta...

Eso me causo gran enojo. No entendía porque ella creía que yo mentía. Mi mirada calmada cambio a ser una muy dura logrando causar un poco de miedo en ella. Luego de eso camine a donde ella acercándome lentamente.

—Bueno... yo... —Pareciese que ante mi mirada ella había quedado hipnotizada pues no era capaz de caminar, ni siquiera de moverse. En su voz se escuchaba la duda y al detectar eso me dispuse en eliminar todo rastro de ese sentimiento.

Al llegar a donde ella pose mi mano alrededor de su cintura juntándola a mí mientras que con mi otra mano tome su barbilla haciéndola mirarme a los ojos. Me quede así unos minutos observándola, al cabo de unos segundos me fui acercando poco a poco lentamente a sus labios hasta sentirlos rozar con los míos. Cuando ya no pude aguantar más la bese sin más. Por fin podía saborear esos labios que desde hace un tiempo anhelaba poder sentir junto a los míos.

Rin no podía creer esa acción de mi parte pero no dudo mucho antes de corresponder a aquel beso que duro varios segundos que para nosotros fue como el pasar de largas horas.

Después de un rato nos separamos y yo la mire a los ojos — ¿Esto te deja en claro todo? —le pregunte esperando una mejor reacción que anteriormente con mi declaración.

—Si —­Rin asintió muy emocionada con lágrimas en los ojos lo que me desconcertó.

—No veo el por qué del llanto —dije con una voz baja mientras limpiaba aquellas lagrimas que recorrían las mejillas de ella.

—Son de felicidad... —sonrió ampliamente antes de saltar a mí rodeando mi cuello con sus brazos dándome un abrazo— yo también lo amo... Sesshomaru-sama —me dijo en voz baja— desde que entendí lo que era el amor —confeso ocultando su rostro en mi hombro. Yo me quede sin palabras ante lo dicho por ella. Solo permanecía quieto cargándola hasta que ella se separo de mí dejándome ver nuevamente su rostro una vez las lagrimas cesaron regalándome una gran sonrisa de esas que me encantaba ver en ella.

—Lo amo —repitió causando sonriera abiertamente, algo que nunca antes ella había visto de mí parte pero al presenciarlo se emociono mucho.

Por primera vez después de siglos podía decir que estaba realmente feliz. Jamás había experimentado lo que estaba viviendo ahora. Este sentimiento que iba creciendo más y más por ella era muy placentero causando me retara mentalmente por haberlo rechazado y negado por tanto siglos, pero ahora eso ya no importaba porque lo que sucedía en este momento era algo que no estaba dispuesto a dejar ir.

Sentimientos ocultos: un trágico amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora