Rapunzel supo que algo andaba mal desde el instante en el que abrió los ojos. En primer lugar, no estaba en su habitación. Las paredes que la rodeaban no estaban revestidas del precioso tapiz rosado que ella misma había escogido, ni podía ver ninguno de sus muebles. En su lugar, se encontraba en lo que parecía ser una cabaña bastante vieja y descuidada. Había una mezcla de aromas nauseabundos en el aire y el sitio daba la impresión de que un sinfín de sucesos oscuros habían ocurrido allí. Y en segundo lugar, sentía una ligereza que nunca antes había conocido.
Se incorporó con dificultad y casi pasa por alto el hecho de que ya no estaba inmovilizada mágicamente. Tampoco podía encontrar a Gothel. Su nueva posición le brindaba una vista más amplia del lugar en el que estaba. Se encontraba sentada en una camilla hecha con hojas secas entretejidas, y a los pies de esta retosaban tres velones apagados a medio consumir. Un poco más allá divisó una repisa con frascos y botellas de diferentes formas y tamaños. En la pared de fondo había una alacena de madera pulida, lo único que parecía pulcro en aquel asilo de putrefacción, pero no alcanzaba a diferenciar su contenido.
- Aquí fue donde naciste – le habló una voz tomándola por sorpresa. Rapunzel se volteó y encontró a Gothel parada frente a una cortina. – Tu madre estaba en esa misma cama. Maya y yo te extrajimos de su vientre después de que muriera.
- ¿La tía Maya? ¿Qué fue de ella? No fue a visitarme más desde que yo tenía unos cinco o seis años.
- A todos nos llega la muerte... Tu madre era muy joven, me pareció que no pasaba los 22 años de edad. Es lamentable que muchachas bonitas mueran de esa manera.
- ¿La tía Maya murió? , ¿¡por qué nunca me dijiste nada!?
- Como dije, a todos nos llega la muerte – respondió la bruja con un tono de voz más fuerte que el que había estado usando hasta entonces. Fijó su mirada en el rostro consternado de Rapunzel. – Y es justamente eso lo que planeo evitar.
Gothel caminó hasta donde estaba Rapunzel y la tomó por la muñeca. La chica intentó forcejear, pero era inútil, el agarre de la mujer era firme. A Rapunzel no le gustaba nada el brillo que había aparecido en los ojos de su madre. No había conocido a muchas personas en el mundo, pero estaba segura de que ese era el mismo brillo que aparecía en los ojos de quien está a punto de cometer un crimen atroz y se siente orgulloso por ello. Para su sorpresa, lo único que la bruja hizo fue ponerla de pie. Después de eso la soltó y fue hasta la repisa de botellas que la chica vió antes.
- Durante años busqué algo que la detuviera – volvió a hablar la mujer mientras examinaba las botellas, apartando unas de otras. – Un hechizo, una pócima, un ritual, cualquier cosa. Pero no logré conseguir nada.
- Espera, ¿hechizos?, ¿pócimas? ¿Estás hablando en serio?
- Pensé que mis libros eran inútiles, obsoletos. Así que conseguí otros, y otros, y otros más aparte de aquellos. Absolutamente nada – ahora se había ido a una estantería llena de gruesos libros cubiertos de polvo. – En ninguno me daban la solución para detenerla.
- ¿Detener qué?
- La muerte – le contestó imprimiéndole fuerza a su voz a la vez que volteaba a verla. – Estos libros que ves aquí están llenos de recetas infalibles para matar a una persona. Y ya todas me las sé de memoria. Es tan sencillo que hasta un niño podría seguir las instrucciones. ¿Pero crees que alguna vez alguien se dignó a escribir los pasos a seguir para garantizarle a una persona la vida eterna?
- ¿No? – respondió la chica dudosa.
- No... – sonrió. – O tal vez sí. – ahora Gothel sacaba del estante un pequeño cuaderno de notas negro en un estado deplorable. Por encima se podía ver que le faltaban páginas, y que las pocas que mantenía adheridas al débil lomo estaban amarillentas y raídas. – Tal vez alguien lo hizo. Tal vez alguien estaba tan demente como para poner sus propios experimentos por escrito y dejar un legado lo suficientemente temible e importante como para las generaciones del futuro quisieran destruírlo.
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Rapunzel, Trenzas del Destino [2do lugar en el concurso "Crea Tu Mundo"]
FantasyLa vida de Rapunzel gira en torno a dos grandes secretos, uno de ellos tan grande que ni ella misma lo conoce. Mientras la joven de 15 años distribuye sus días entre el aburrimiento dentro de la torre donde ha permanecido cautiva desde su nacimiento...