La Chica de la Cabellera Dorada

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George era el extremadamente rebelde y curioso hijo del Rey de Artopia, y recién había comenzado su entrenamiento real en el castillo la noche en la que conoció a Rapunzel. Hastiado de las lecciones que consumían sus días enteros, una tarde, después del almuerzo, escapó con su caballo y se adentró en el bosque que bordeaba las inmediaciones del reino. Aunque sólo buscaba poder distraerse un rato y liberarse de los interminables quehaceres, acabó encontrando más que eso: en un claro, a mitad del bosque, había una torre.

Motivado por su incesante curiosidad, se acercó a la imponente estructura. Se trataba de una construcción bastante sólida, hecha con ladrillos de roca negra. Debía medir al menos unos 15 metros de altura y, justo en la parte más alta, había una ventana. Decidido a investigar qué había adentro, se acercó, pero por más que rodeó la torre y palpó las paredes en busca de una entrada, no consiguió puerta alguna ni ninguna otra ventana además de aquella que adornaba la cima. George regresó al castillo con el atardecer, pero la curiosidad acerca de esa misteriosa torre casi no le permitió dormir por la noche. Se preguntaba qué secretos escondería, pues estaba convencido de que nadie construiría una torre tan segura en medio de un bosque deshabitado si no tuviese nada que ocultar. Había algo extraño allí, y él estaba dispuesto a descubrirlo.

Al amanecer repitió el recorrido hacia la torre con la determinación de conseguir la entrada, pero aunque estuvo buscando todo el día e incluso intentó escalarla, tampoco tuvo suerte. Cuando estaba desatando su caballo para marcharse, un ruido lo puso en alerta. Se escondió lo mejor que pudo detrás de unos matorrales y desde allí pudo observar a una mujer acercarse a la torre. Vestía ropas completamente negras, y una capa que se debatía entre volar con el viento o arrastrase por la grama. George la observó atento, esperando que la recién llegada sacara un manojo de llaves o se escabullera por un pasadizo secreto esperando no ser vista. Pero lo que hizo desconcertó totalmente al muchacho.

- ¡Rapunzel, Rapunzel, deja tus trenzas de oro caer!

Eso había sido todo. Un grito. Un grito dirigido a la ventana superior de la torre. George tuvo que contener las ganas de reírse. ¡Que idea tan descabellada! ¿Quién sería esa señora? Definitivamente, era alguien que no estaba en sus cabales. ¿Quién en su sano jucio se detiene al pie de una gran torre y pega un grito al cielo esperando ser escuchada? El chico, aún entre risas, se estaba levantando de su escondite cuando algo increible sucedió y lo hizo tragarse sus palabras y sus pensamientos. De la ventana salió una trenza dorada, justo lo que había pedido la extraña dama en su exclamación. Pero eso no era lo mas sorprendente de todo, ¡la trenza medía casi 15 metros! Abarcaba casi en su totalidad la altura de la torre, lo suficiente para que la mujer que esperaba impaciente abajo la tomara con ambas manos y comenzara a hacer su recorrido hacia arriba escalando. George cayó de espaldas de la impresión. Tuvo que apoyarse en sus manos para poder levantarse y, una vez que la mujer hubo entrado en su totalidad a la torre, el chico montó en su caballo y regresó galopando a toda velocidad hacia el reino.

En los días siguientes, George estuvo volviendo al mismo punto, observando. Quería estar seguro de que lo que había visto era cierto y no un estrago de su imaginación. Pero todo resultó ser verdad: día tras día el fenómeno se repetía. Entonces comenzó a tomar aún mas interés en el asunto. Se percató de que la mujer llevaba todos los días una canasta que se veía bastante pesada, pero cuando se iba la canasta estaba vacía. Notó cual era la hora promedio en la que la mujer iba a la torre, y también midió el tiempo que solía permanecer adentro antes de descender utilizando la misma técnica de la subida. Al cabo de una semana, y luego de que la mujer se hubo marchado después de su visita diaria, tomó el valor suficiente para intentar lo que había estado planeando: subir a la gran torre.

Rapunzel, Trenzas del Destino [2do lugar en el concurso "Crea Tu Mundo"]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora