Capítulo 3: Alas de sufrimiento

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El chico de ahora ojos rojos se acerca a Drake.

― Parece que no soy tan fácil de matar, fenómeno.

Él sonríe.

― Que divertido, ahora puedo quemarte bajo el sol ― refiriéndose a que es un vampiro.

Charles se pone en medio.

― Bueno, bueno ¿Nos calmamos? ― luego mira al rubio ― Tad, me alegra que estés de vuelta ― felicita a su amigo ― pero no está bien que provoques a Drake, sabes perfectamente que...

― No va a matarme ― lo interrumpe y luego mira a Drake ― el superior no lo permitiría ― sonríe.

Él frunce el ceño y se le acerca amenazante, pero antes de que saque sus garras, una voz conocida se escucha.

― Cachorro de dragón, eso no se hace.

Drake gira la vista.

― Superior... ― al verlo su expresión típica cambia, su presencia lo hacía retroceder.

― Sígueme ― ignora a todos y ordena.

Drake no responde, solo queda callado y camina detrás de él. El superior con un aspecto, no tan amenazante, vestimenta negra y siempre usando anteojos de sol, no aparentaba miedo, pero el que lo conocía sabía que no se podía jugar con él, en realidad era peligroso.

Llegan a una habitación y este marca una contraseña en un tablero para que se abra una puerta magnética. Al abrirse y entrar, hay una sala enorme con una gigantesca dragona en el fondo de ese lugar. Enganchada por grandes cadenas y sin poderse mover, tenía diferentes artefactos de laboratorio puestos en ella.

― Mamá... ― Drake pronuncia en un susurro casi imperceptible, en su expresión se nota preocupación, una cara que pocas veces hace.

― Debo decir... ― comienza a hablar "superior" ― que tu madre es mucho más bonita en esta forma que en su aspecto humano... ¡Como amo a los dragones! ― sonríe.

Frunce el ceño sin mirarlo.

― ¿Por qué me has traído aquí?

― Para que recuerdes quien eres y que eres, mi pequeño cachorro de dragón ― saca un arma de su bolsillo.

― ¿Qué haces? ― se sorprende.

― Lo sé, eres un hibrido, tu padre te vendió a mí a un muy buen precio, los humanos son así, turbios ― apunta a la dragona que esta sedada.

Drake se alarma.

― De... detente ― se pone nervioso y su respiración se agita.

Baja el arma.

― Creo que nos estamos entendiendo ― sonríe ― te diré algo... me encanta tu naturaleza salvaje pero yo también tengo mis limites, tolero que mates a mis hombres, no me importan. Pero que no hagas un trabajo bien, no me gusta para nada ― mueve la cabeza de lado a lado ― no me gusta Drake, quiero que entiendas tu situación, no quiero que mates a la chica, quiero que me la traigas y quiero que escuches todo lo que tenga que decir ― levanta nuevamente el arma ― mírame cuando te hablo ― dispara y la dragona despierta por el dolor.

― ¡No la lastimes! ― le grita preocupado.

― Tranquilo, no se va a morir por un disparo y bájame el tono de voz, que no soy cualquier persona ― lo amenaza y la ira de Drake se detiene.

Huye de tu destino (sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora