Capítulo 24: Eres mío

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-Tok tok- se escucha en la puerta de la habitación y Drake se levanta de la cama, mientras Kaled sigue durmiendo. El abre la puerta con tranquilidad, hasta que un rostro conocido aparece ante sus ojos.

― Hola Drake ― dice la chica de cabello color chocolate y ojos grises con una sonrisa hermosa.

El mitad dragón mueve la cabeza para volver de sus pensamientos y luego fruncir el ceño.

― Dos, no uses el rostro de mi hembra, para confundirme ― refiriéndose a Leilan.

― Ja, ja, ja ― ríe fuerte ― es que me divierte mucho ― saca una sonrisa psicópata ― además... ― posa un dedo en el labio ― está muerta, puedo usarlo, nadie tiene este rostro.

― ¡Pues no lo hagas delante de mí! ― le cierra la puerta en la cara. Suspira y comienza a respirar agitado. Vuelve a mover su cabeza para evitar pensamientos tristes, se acerca a Kaled y se sienta al lado de él ― oye pequeño, tú tienes suerte... puedes dormir tranquilo ― sonríe y se vuelve a recostar.

<< Espero que Dos, no se haya dado cuenta... >> piensa mientras mira el techo.

El nombrado, camina feliz con una sonrisa alegre por los pasillos de la posada. Canta mientras da pequeños saltitos.

― Salta, salta, salta pequeña langosta, que... ― levanta la vista y ve llegar a Serena por la entrada ― ¡Señorita hibrido! ― la llama.

― ¿Disculpa? ― ella la mira confusa.

― Quiero decir... Serena ― mueve las caderas, juega con su cabello y continua ― Kaled está a buen recaudo ― hace una risita ― ¿Te acompaño?

― ¿Por qué tanta confianza? ― entrecierra los ojos ― ¿Y cómo sabes que mi hijo se llama Kaled?

― Ay ¿No es obvio? ― levanta las manos y cambia de forma, dejando de ser Leilan ― porque yo estuve en el parto ― Dos se había convertido en Yasmira.

― ¡Tú! ― Serena se sorprende ― de... ¿Desde cuándo?

― Que yo recuerde... mate a la doctora loba, el mismo día que el querido Alfa marcado, me hizo desangrar ― pone cara de sorpresa ― ¡Dios, casi muero! ― comienza unas cuantas carcajadas ― aunque debo decir que fue divertido.

― Estás loco...

― Sí... me lo dicen mucho ― muestra sus dientes y levanta su dedo índice ― sobre todo mis victimas ― vuelve a cambiar a la forma de Leilan.

Serena lo mira extrañada.

― Eres raro...

― ¿Qué? ¿Lo dices por mi orientación sexual? Que discriminativa ― hace puchero.

― ¿Eh? Yo no hablaba de eso, tú puedes hacer lo que tú quieras con tu cuerpo, pero me parece de muy mal gusto engañar a las personas cambiando tu rostro y fisionomía ― explica.

Dos saca una carcajada.

― Que divertido.

― Bueno ¿Me vas a dejar pasar o te tengo que golpear? ― levanta el puño.

― No, es más, te voy a acompañar ― se gira y vuelve a caminar hasta la habitación donde está Drake.

Serena camina detrás, seria y despacio, vigilando cada movimiento de ese ser tan particular y peligroso. Toca la puerta...

― Dos, te dije que... ― Drake abre la puerta bruscamente pero se detiene al ver a Serena ― ¡Dios, que curvas! ― se le escapa de la boca, libido encendido.

Huye de tu destino (sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora