11 años después
Nina se encontraba con la mirada fija en el suelo de la habitación, esperando que todo fuera una pesadilla y nada más que eso. Cerró los ojos por un momento, los abrió e inspiró hondo. Se suponía que eso le daría fuerza, necesitaba valor para preguntar y... más que nada, para escuchar la respuesta.
–¿Qué dijiste? –Nina habló con voz suave, clavando sus ojos castaños por un instante en el hombre que se encontraba parado frente a ella, de espaldas. Al escucharla, se acercó y se puso a su altura–. ¿Cameron?
–La amo –fue su respuesta. Nina negó, intentando poner en orden sus ideas. Cada vez era peor–. Sí, la amo. Es... no sé cómo explicarlo. Tú eres mi mejor amiga y... –Cameron tomó sus manos entre las suyas– quiero que me apoyes en esto. Como siempre lo has hecho, tú nunca me has abandonado.
Nina sintió que la sangre abandonaba sus mejillas. Un ligero mareo recorrió su cabeza e intentó asentir. Cameron sonrió.
–Sé que es inesperado y, quizás en opinión de algunos, un poco precipitado. Pero, no pude evitarlo. Simplemente... me he enamorado. Irrevocablemente.
Nina tragó con fuerza, intentando eliminar el nudo que se había formado en su garganta. Cameron se casaba. Estaba enamorado... bueno, eso ya lo sabía. O al menos, había creído que él solo pasaba por una etapa y despertaría en cualquier momento.
Eso había creído hacía 6 meses, cuando había caído rendido a los pies de su prima en cuanto los había presentado. Pero no, no había pasado el encantamiento aún. Nina sentía que en cualquier momento el mundo se partiría en dos, demostrándole que solo era una pesadilla.
–Así que... Kristen, ¿eh? –Nina no reconoció su propia voz. Parecía tan hueca y lejana.
–Lo sé. ¿Puedes creerlo? ¡Tú has hecho todo esto posible!
–¿Yo... qué? –negó sin fuerza, intentando una vez más, explicarse–. No, no digas eso.
–Pero es cierto. Si no fuera por ti, jamás la habría conocido. ¿Te imaginas? ¡Ahora seremos familia de verdad!
Nina quiso protestar pero no encontró palabras. ¿Cómo encontraría palabras cuando no podía salir de su asombro? ¡Cameron enamorado de Kristen! No, eso ya lo sabía. ¡Cameron planeaba casarse con Kristen! Pero, aún había esperanza...
–¿No se lo has pedido aún, cierto? –susurró con esperanza.
–De hecho, lo hice. ¡Y me ha dicho que sí!
Se veía tan feliz. A Nina se le rompía el corazón, una grieta más cada vez que él sonreía y hablaba de Kristen. No, no podía ser cierto. Si tan solo la escuchara...
–Quería que tú fueras la primera en saberlo –él se levantó y la llevó con él. La estrechó en sus brazos y volvió a sonreírle–, ¿no es maravilloso?
–Bueno, yo... –Nina se mordió la lengua. No, no podía decirle... pero, tampoco podía no decirle. ¡Él era Cameron! ¡Era su mejor amigo! Y lo quería tanto que dolía.
–Mmm, no te ves feliz –Cameron estrechó sus ojos azules con preocupación–. ¿Te sientes bien?
–Sí, es solo que... estoy sorprendida, creo... –suspiró dudosa. Debía decirle, luego todo sería peor. Tenía que decirle–. Cameron, debemos hablar...
–Me estás asustando, Nina –él se sentó junto a ella. Nina inspiró hondo.
–Yo intenté decírtelo antes, pero no me escuchaste. Cameron, Kristen no es para ti.
–¿Qué? –él la miró con un deje de molestia– ¿cómo puedes decir algo así?
–No, no me malinterpretes. Es solo que... Kristen no es cómo tú crees.
–Nina, ¿de nuevo? –Cameron miró al techo con impaciencia–. Ya lo hemos hablado.
–¿A qué te refieres? –le preguntó sin entender.
–Eres mi mejor amiga, pero eso es todo, Nina. Te quiero mucho, pero no de esa manera.
–¿Qué? ¿Tú crees qué yo...? –abrió los labios con sorpresa.
–Lo hemos pasado antes, ¿recuerdas? –Cameron la miró con tristeza–. No quiero hacerte daño, pero yo no te amo. Al menos, no de esa manera.
–Cameron, tú no lo entiendes –Nina sintió como su corazón se partía aún más. Sus sentimientos no tenían nada que ver en eso. Él estaba en grave peligro, desde el inicio de aquella relación con Kristen. Pero no parecía escucharla. ¿Qué podía hacer para que la escuchara?–. Yo soy tu mejor amiga, ante todo, ¿recuerdas? Jamás te diría algo si no estuviera totalmente segura de que no es lo mejor para ti y...
–Nina, soy feliz –Cameron la interrumpió y ella se silenció de inmediato–. ¿Por qué no puedes ser feliz conmigo?
–Lo lamento, pero...
–Ven –él la estrechó contra su costado–. Abrázame y dime que te alegras mucho por mí.
–Pero...
–Nina –le pidió con un susurro amortiguado contra su cabello. Ella suspiró.
–Me alegro mucho por ti –murmuró con angustia.
–Esa es mi chica –sonrió él, ignorando el tono de su voz. Quería a Nina, pero amaba a Kristen. Y, estaba seguro de lo que estaba haciendo. Era amor, no podía ser nada diferente.
***
–Entonces, ¿vendrás?
Caleb elevó sus ojos azules con frialdad hasta su hermano menor. Se sentía incrédulo ante lo que escuchaba pero se encogió de hombros.
–Es tu vida y tú puedes arruinarla de la manera en que te parezca.
–No la estoy arruinando... –murmuró Cameron, sintiéndose nuevamente como un niño. ¿Por qué Caleb siempre lograba ese sentimiento en él?
–Como digas... –soltó en tono aburrido–. ¿Así que finalmente le pediste que se casara contigo, después de tantos juegos de niños?
–¿A qué te refieres? –preguntó con cansancio. Rara vez entendía lo que Caleb intentaba decir–. ¿Caleb? –le llamó la atención, pues él se había enfrascado nuevamente en las cifras que tenía frente a sí.
–La niña esa... que vivía en la casa de junto. ¿Nina?
–¿Qué? –Cameron lo miró con sorpresa–. ¿Qué tiene que ver...? –Caleb lo miró por un instante, con incredulidad–. No me caso con ella.
–¿Ah no? –había pocas veces en que Cameron había logrado sorprender a Caleb. Esta era una de aquellas raras ocasiones–. Entonces... ¿quién?
–Me caso con Kristen –soltó con orgullo. Caleb pareció atragantarse con el agua que había tomado hacía un momento–. ¿Qué sucede?
–¿Te casas con Kristen? –rió con sequedad Caleb–. Si estás hablando en serio, eres más estúpido de lo que imaginé.
–No sé a qué te refieres –Cameron tensó la mandíbula–. ¿Qué rayos te pasa, Caleb?
–No seas tan idiota, Cameron –Caleb clavó sus ojos con frialdad en él–. Ella no te ama. Solo a tu dinero. Tú no le interesas.
–Tú no lo sabrías. Ni siquiera la conoces.
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Si supieras
RomanceNina recibe una noticia inesperada. Su mejor amigo Cameron, del que ha estado enamorada en silencio durante años, está a punto de casarse. Desesperada, recluta la ayuda de Caleb, el frío hermano mayor de Cameron, quien podría ser la clave para aleja...