–¿Sí? –susurró Nina, poniéndose de puntillas para alcanzar su oído.
Caleb inspiró hondo y sintió como el aroma de Nina inundaba sus fosas nasales. Estaba tan cerca, casi podía tocarla. Era una tortura. Y él estaba muy dispuesto a que durara por siempre, no podía imaginarla lejos. Nina...
–¿Caleb? –Nina volvió a llamarlo. Cada vez más cerca.
Caleb no pudo resistirlo. Elevó la mano hasta la altura de su rostro, quería besarla. La besaría. Escuchó un ruido que lo trajo de vuelta a la realidad por un segundo, pero eso fue suficiente para entender lo que había estado a punto de hacer. Iba a besar a Nina en frente de todos, en la mitad de la fiesta de compromiso de su hermano y, lo que era peor, lo más probable era que Nina lo apartara con fuerza.
–Yo... debo irme –Caleb se incorporó de golpe y su tono fue controlado–. Tengo una llamada pendiente –explicó y no dio tiempo a que Nina replicara, se alejó.
Caleb atravesó la estancia sin siquiera mirar a su alrededor. No le interesaba saber si alguien había contemplado la escena entre él y Nina. Lo más probable era que no, pues todos debían estar atentos a los novios. ¡¿Qué demonios le había pasado?!
Subió a su auto y cerró la puerta. Apoyó la cabeza en el volante, sujetándolo con fuerza. ¡Era un idiota! Necesitaba irse de aquel lugar, ahí no podía pensar con claridad. Todo se sentía tan dolorosamente real junto a Nina. Era absurdo pero casi podía sentir como el amor que sentía por ella lo desbordaba, sus emociones se desataban y nublaban su juicio. Definitivamente, debía marcharse. Y cuánto antes pudiera hacerlo, sería mejor.
Nina observó a Caleb irse, dudando entre seguirlo o quedarse ahí, en la cena de Cameron y Kristen. Si tan solo pudiera entender lo que había pasado... Por un momento, solo por uno, había sentido que... Bueno, que diferente no era tan malo. Que Caleb era... ¿qué?
–¿Estás bien, Nina? –Cameron sonrió y le pasó una mano por el brazo, en gesto tranquilizador–. ¿Sucede algo?
–No, Cameron. ¿Por qué la pregunta?
–Te he visto con Caleb –respondió él–. Parecían muy...
–¿Muy...? –Nina lo instó a seguir.
–No lo sé –Cameron lucía pensativo–. Es extraño verte a su lado.
–¿Qué tiene de extraño?
–Caleb nunca te ha agradado, Nina –contestó Cameron automáticamente–. ¿Me equivoco?
–Mmm... –Nina se cruzó de brazos–. ¿Dónde está Kristen?
–Creo que ha llegado una amiga suya y está exhibiendo su anillo de compromiso.
–¡Finalmente alguien que la escuche! –exclamó Nina con alivio. Cameron la miró frunciendo el ceño–. Lo siento, Cameron pero nunca he entendido como puedes hablar con ella por tanto tiempo sin huir.
–No seas tan dura con ella, solo no le has dado una oportunidad –Cameron le tomó de los brazos cuando Nina empezaba a protestar–. Una real.
–Lo estoy intentando –murmuró Nina sin fuerza–. Por ti, lo estoy haciendo.
–Gracias, Nina –Cameron depositó un beso en su mejilla antes de alejarse. Nina se llevó la mano a la mejilla, inconscientemente. Era tan raro... no sentía nada. Cariño, por supuesto. Pero no lo que debería sentir, lo que había creído que sentía durante tantos años...
Y, se dio cuenta que solo una vez se había sentido inquieta, diferente. Después de tantos años, el único que la había hecho sentir algo remotamente diferente era él. Caleb.
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Si supieras
RomanceNina recibe una noticia inesperada. Su mejor amigo Cameron, del que ha estado enamorada en silencio durante años, está a punto de casarse. Desesperada, recluta la ayuda de Caleb, el frío hermano mayor de Cameron, quien podría ser la clave para aleja...