Capitulo 5

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Me encuentro sentado en el vagón del tren que tomo como es costumbre todos los días, me encuentro temblando de frio, el clima está muy frio y yo olvide mi abrigo en casa, estoy mirando al chico de ojos miel que lleva puesto un abrigo negro que le sienta de maravilla y lo hace verse mil veces más apuesto de lo que es.

Pienso en lo que mis hermanas dijeron, en verdad no pierdo nada con intentar acercarme a él y hablarle talvez así conozca al menos su nombre.

Me encuentro solo y escuchando música al máximo de volumen, Harry no vino porque Louis estaba enfermo y con vómitos y como Harry es un buen novio decidió faltar a clases para cuidar a su novio.

El chico de ojos miel centra su mirada en mí y siento como todos mis planes de hablarle desaparecen, corro mi cara hacia otro lado y me concentro en poner atención a la canción que suena en ese momento.

Sigo temblando por el maldito frio, siento como han pasado los días desde la primera vez que vi al ojimiel y yo como el estúpido que soy no he siquiera intercambiado una palabra con él.

Camino las cuadras necesarias para llegar a mi escuela y al entrar siento como el aire caliente dentro del establecimiento me ahuyenta los temblores que daba mi cuerpo por culpa del frio.

--Liam por dios estas temblando y tienes tus labios morados!—dice Maira mientras me abraza transmitiéndome así su calor corporal.

--Hombre! Que solo me ausento unos minutos y ya me quitas a mi chica—dice Mike acercándose a nosotros—Mierda Liam! Estas blanco y tus labios están morados—Mike se quita su abrigo y se lo entrega a Maira quien lo envuelve a mi alrededor, realmente parecen mis padres.

--¿Puedes decirme porque no traes abrigo?—me dice Maira sonando un poco molesta.

--L-lo o-olvide—el castañeo de mis dientes no me deja hablar claramente.

--Mierda, Liam haber si no te enfermas—me dice Mike rodeándome en un abrazo.

--G-gracias chicos—el frio no me permite decir nada más.

Me dirijo a mi salón de clases, aun llevo el abrigo de Mike que me queda un poco grande pero que no deja de ser totalmente cálido, siempre creo que me saque la lotería al conseguir personas como Maira y Mike de amigos, ellos simplemente son extraordinarios.

Luego de que las clases terminaran y de discutir en vano con Mike por devolverle su abrigo y que el chico se negase diciendo que andaba en coche y por eso no tendría frio de vuelta a casa me encuentro caminando hasta la parada de tren con un abrigo que me queda un tanto grande y estornudando de vez en cuando, creo que después de todo si terminare enfermándome, Mike y Maira me asesinaran si me enfermo.

Al abrir la puerta de mi casa veo una nota sobre el pizarrón, el pizarrón fue idea de mis padres mide algo así como un metro por lado y sirve para básicamente escribir cosas importantes que hay durante el día o para dejar recados y mensajes como es el caso de ahora, encuentro el mensaje que dice

"Liam cariño fuimos todos de compras, hay comida en el horno y chocolate caliente, besos mamá"

Resignado a estar solo subo hasta mi cuarto ya que no tengo apetito como para comer, me acuesto sobre la cama y sin darme cuenta me quedo dormido.



Enamorarse en un trenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora