Pasaron varias semanas en las que simplemente no pude salir de la cabaña, prácticamente solo salía a comer y a usar el baño, Quirón incluso fue a verme y a hablar conmigo varias veces, pero no era tan fácil, había pedido una misión, la había liderado y aunque la misión parecía ridícula habíamos perdido al líder una cabaña y a un hermano.
Superar eso no era posible tan fácilmente, aún en el presente tengo pesadillas...
Me veo nuevamente en la casa de las estatuas de la tía M, ella está de pie con sus vestidos gitanos, árabes o que se yo, su turbante blanco alrededor de su cabeza, ocultando su cabello de serpientes, la tienda se torna oscura y pareciera que la luz de las lámparas en el techo solo nos ilumina a nosotros, puedo ver cuando ella levanta su velo, sus manos parecen delicadas, sus dedos son huesudos con largas uñas pintadas de rojo, su intención es ver a Matt directamente, Lisa se tapa el rostro con sus manos para no ver a los ojos del monstruo, y yo estoy lejos, inmóvil, por más que quiero no puedo moverme, lentamente Medusa sigue levantando su velo y Matt empieza a transformase en piedra, como si fuera cemento de rápido secado, gira su rostro y lo escucho hablar, con una voz que va convirtiéndose en un susurro él me dice:
-Eres muy débil, no pudiste salvarme.
Despierto sobresaltada, asustada y con un vacío en mi interior, desde entonces me dediqué a entrenar y a entrenar desde el amanecer hasta el anochecer y caer con fatiga, esa mala experiencia me hizo más dura, empecé a cargarla contra los semidioses nuevos que llegaban al campamento, por ejemplo a introducir sus cabezas en los inodoros, a desafiarlos a peleas, solo así se volverían fuertes, los monstruos son reales, y asesinaban sin compasión, de cierta manera era también por culpar a Lisa, quien tardó mucho más en recuperarse,creo realmente nunca lo hizo, mientras ella todavía lloraba por Matt, yo me fortalecía, mientras ella seguía con miedo, yo usé ese miedo y me hice de músculos, nunca más en la vida alguien tendría que morir bajo mi mando.
Lastimosamente para Lisa su miedo se convirtió en su perdición, salió un día como si nada del campamento hacia el bosque y nunca más apareció, la buscamos por días, pero sin éxito, ella tan tonta, su miedo mal enfocado, si hubiese entrenado más posiblemente estaría con nosotros aún.
Por otro lado ahora yo tenía una reputación que proteger, y afortunadamente Quirón nunca mencionó mi misión fallida ante nadie, para todos solo soy la bravucona hija de Ares, que ama pelear, que tiene músculos más grandes que otros chicos y que hace sufrir a los semidioses nuevos, bueno, por lo menos así era hasta que apareció el gamberro ese, el hijo de Poseidón, Percy Jackson.
Según me han contado, todo comenzó cuando unos años más tarde, después de la misión donde perdimos a Matt, no sé como, pero el señor D y Quirón habían logrado conseguir que un buen grupo de semidioses pudiésemos ir a la ciudad de Nueva York, al edificio del Empire State y subir hasta el Monte Olimpo.
Todos andaban entusiasmados y yo no pude negarme, como capitana de la cabaña de Ares era casi una obligación que yo estuviese ahí, Argos nos llevó en un pequeño autobús que se había rentado para la visita, subimos al piso seiscientos por grupos pequeños y entramos a la morada de los dioses, no sé mucho de arquitectura, pero es muy impresionante.
Estuvimos buena parte de la tarde, después del almuerzo, incluso estuvimos en el salón donde los dioses se reúnen, como era una ocasión especial discutían ciertos asuntos, estuvimos presentes unos minutos y fue una gran experiencia ver a mi padre sentado en su trono, en una ocasión me vio e hizo una señal de aprobación, de alguna manera pude sentir que estaba orgulloso de mi.
Antes del atardecer nos despidieron y nos dieron el permiso de ir por la ciudad, pero debíamos volver al campamento, yo no tenía ningún interés en ver la ciudad, decidí ir con Quirón de regreso al campamento.
Cuando Argos estaba a punto de partir un trueno retumbó con bastante fuerza en el cielo que hizo que todos nos quedásemos quietos, de pronto apareció ante nosotros Hermes, el mensajero de Zeus, vestía una armadura griega completa, un peto de oro le cubría el pecho, un escudo también de oro en su otra mano, su caduceo colgaba de un costado de su cintura y sostenía una espada en la otra mano.
Todo él brillaba y el enojo era claro en su cara.
Quirón se adelantó y le preguntó que pasaba
-Uno de tus semidioses ha robado el rayo de Zeus, ¡estoy aquí para incinerarlo!
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Hija de Ares, salvadora del Olimpo
FanfictionCuando todos me ven, me temen, huyen de mi, y realmente yo he creado esa fama, mi padre es Ares, dios de la guerra, ¿ qué más se podría esperar? He tenido que ser dura para sobrevivir, he atestiguado sucesos que me han enseñado a ser así... Yo estuv...