Hija de Ares, salvadora del Olimpo

La entrada

Después que hubieron subido a bordo, les di un pequeño tour por la nave, después de todo, se convirtieron en mis huéspedes al entrar a mi embarcación y las antiguas leyes me ataban a ser una buena anfitriona, así que incluso los invité a cenar en el camarote del capitán, que ya era decir demasiado.

-Tántalo los ha expulsado para toda la eternidad- les conté, - y según me contaron, el señor D agregó que, si se les ocurre asomarse otra vez por el campamento, los convertirá en ardillas y luego los atropellará con su deportivo, el cual ni siquiera sabía que tenía.

-¿Han sido ellos los que te han dado este barco? -preguntó Jackson.

-Por supuesto que no, este barco me lo dio mi padre, junto a toda la tripulación que ves -respondí.

-¿Ares?-  el Gamberro ese, me preguntó como si no supiera quien es mi padre, así que le hice una mirada de odio puro y respondí:

-¿Qué?, ¿crees que tu papi es el único con potencia naval?, pues no, niño tonto, verás mi padre tiene a su disposición bastantes navíos y los espíritus del bando derrotado de cada guerra le deben tributo a Ares. Es la maldición por haber sido vencidos. Mi padre me ha dado un transporte naval y éstos tipos harán cualquier cosa que yo les diga, así saldarán su deuda y podrán entrar al reino de Hades. ¿No es así, capitán?

El capitán permanecía detrás de nosotros, inmóvil, a la espera de mis órdenes, entonces sus ojos verdes de fantasma se clavaron en mis invitados y se dirigió a mi:

-Si eso significa poner fin a esta guerra infernal, y lograr por fin la paz, haremos lo que sea, destruiremos a quien sea.

Luego de eso, la chica, Annabeth explicó que Luke Castellan, el semidiós que se había aliado a Cronos el año pasado, otro perdedor, también andaba en busca del vellocino, y tenía a su disposición un barco lleno de monstruos, esa última parte me entusiasmó bastante.

Me levanté de mi lugar y exclamé airosa: -¡Perfecto! Lo volaré por los aires, lo sacaré del mar a cañonazos—.

-No lo entiendes -replicó Annabeth-. Tenemos que unir nuestras fuerzas, deja que te ayudemos.

-¡No! -di un puñetazo a la mesa y casi grité-. ¡Esta misión es mía, listilla!. Por fin logro ser yo la heroína, y ustedes dos no van a privarme de una oportunidad así.

Ellos quisieron iniciar una discusión para provocarme a romper las reglas de hospitalidad, así que antes que me hicieran enfadar y hacer que cayeran por la borda, mandé al capitán que los llevara al lugar que les había asignado para que durmiesen.

Afortunadamente por ellos, se quedaron ahí y no intentaron nada estúpido, al amanecer, escuché las alarmas del barco, la bendición de Poseidón todavía tenía efecto y habíamos recorrido una larga distancia en poco tiempo, nos encontrábamos en la entrada del mar monstruos, según tenía entendido, el poder de los dioses disminuía en ese lugar, por lo que supuse que nuestra nave no duraría mucho más.

Y efectivamente, fue como entrar a un lugar diferente, el ambiente se tornó hostil, el mar nos hacía dar tumbos, el viento se arremolinaba como un presagio de mala suerte, sabía que nos acercábamos al lugar donde Caribdis y Escila guardaban la entrada exacta al mar de los monstruos, Annabeth y Jackson intentaron disuadirme a buscar otra ruta, la que usó Jason en la antigüedad, pero entonces grité:

-¡Hacia Caribdis!

Lastimosamente, parecía que la bendición de Poseidón estaba perdiendo su efecto y el barco empezó a fallar, el capitán me informó que empezaba a surgir el fuego desde las calderas, a pesar de todo el esfuerzo el barco no resistiría si teníamos un incendio, de alguna manera, el cíclope que viajaba con Jackson se ofreció para reparar el daño, cuando tuvimos al monstruo a distancia de tiro, le disparamos balas de bronce celestial, pero solo tenía tres cañones y Caribdis era muy grande como para causarle mucho daño, el cíclope logró darnos tiempo con la maquinaria, pero entonces Escila empezó a raptar a mis confederados, realmente ya no había mucho que poder hacer, tratamos de abandonar el barco en los salvavidas, para agregar Escila atrapó a Jackson, el barco explotó y se hizo el caos.