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- Que película más mierda, no puedo creer que haya gastado 20 dólares en eso -

Ashton azotó la puerta de su habitación y Andina lo fulminó con la mirada.

- Podías elegir, pero tú mismo dijiste " Lo que tú quieras " - ella trató de imitar su voz, que claramente le salió horrible y estaba algo avergonzada, pero no le importó.

La risa a carcajadas de Ashton se escuchaba por todo el hotel si queremos ser exagerados. Se sentó en el mini sillón y ella se sirvió agua en la cocina. Recordando que es muy pequeña debido a que es una habitación de hotel.

- Ashton ... -


- Si? - paso su mano por su cabello y suspiró cansado.

- ¿Desde cuándo te hospedas aquí? - se sentó a su lado.

Él no esperaba esa pregunta, y claramente no le iba a contestar. Algo en su interior y los recuerdos lo invadieron por completo, y quería deshacerse de ellos.

- Liberarme un poco supongo... - alzó los hombros.


- ¿Liberarte de qué? - sonrió inocentemente.

Era claro que Andina no presentía lo mal que ésta conversación le estaba haciendo a Ashton. Pero él solo se limitó a mentir.

- Oye ahora que me acuerdo...abrieron el bar ese de las malteadas - trató de sonar desprevenido.

Andina saltó del sillón y comenzó a dar vueltas. Ashton se quedó anonado y empezó a reír.

- Me gusta tu risa - dice ella.


- ¿Qué cosas dices? - negó con la cabeza.


- ¿Te gustan los batidos? -

- No tanto cómo a ti - y sonrió.








...










Despúes de prácticamente una hora esperando en la inmensa fila de aquél bar, alfín era el turno de Ashton y Andina. Ella estaba sonriente y enseñaba todos sus dientes. Él la miraba enternesido y negaba a si mismo. Algo en él causaba esa chica, diferente a un 'pasar el tiempo' él quería que ésto no terminara rápido, pero se reprochaba mentalmente ya que esas cosas no las debería estár pensando.

Andina fue la primera en estar alfrente del cajero y éste le sonrió amablemente.



- ¿Qué desea?  - dijo el cajero mientras bregaba con la caja registradora enfrente de él/

- Un smoothie de nutella y wiscrim por encima - chilló al sentir como Ashton la pelliscaba en su brazo.

Andina se voltió enfada a ver a Ashton y èste desde su altura  la miraba burlón.

- ¿¡Porqué rayos hiciste eso?! - se sobó el brazo.


- Es wipe-cream querida - ella rodó los ojos.


- Okey señor perfecto, yo lo digo como se me de la gana - refunfuño.

- Andina...no me hagas enojar - canturreó él.

- P-Pero...tú empezaste! -


- Avanza - la ignoró.


Andina se giro nuevamente y espero a que el chico de alfrente le diera su batido. Pagó y salieron de ahí. Por supuesto con la trompa de Andina y Ashton enternecido por la actitud infantil de ella. Como quería llegar a la habitación para tenerla toda suya y quitarle toda su inocencia, otra vez. Si es que eso era posible.












...








Ya sentados en el sofá. Andina se encontraba en la falda de Ashton que prácticamente él la obligó a sentarse.

- Ash...nunca me cuentas cosas sobre ti -

Andina le preocupaba la idea de que él ya sabía varias cosas sobre ella. Sin embargo, ella no sabía nada sobre él.

Ashton la miró fijo y negó con la cabeza.

- No creo que sea muy importante, mi vida es aburrida - sonrió. La sonrisa más triste que pueda haber.


- Oh vamos, estoy segura que hay algo de divertido en ella, por lo que te conosco... - sonrió y sus mejillas se tornaron rojas.


Ashton carcajeó y besó su cachete. Sus ojos casi salen de órbita cuando de momento Andina se da vuelta, prácticamente sentada en su falda, frente a él.

Las manos de Andina recorrían debajo de aquella camisa, haciéndolo estremecer. Llevó sus labios a los de él y luego a su cuello. Ashton echó la cabeza hacia atrás disfrutando la sensación. Algo ahí abajo empezaba a despertar con gran velocidad.

Ashton posó sus manos en su cintura y la apreto más a su intimidad. Agarro su nalga y a ésta se le encendieron las mejillas. Andina trató de besar sus labios nuevamente pero Ash en un momento rápido se encontraba encima de ella.


- No tomes mi puesto gatita... - su voz estaba llena de lujuria.


- L-Lo siento... - miro hacia el lado avergonzada. Para Ashton eso era lo más caliente del maldito mundo.


Andina alzó su cuerpo lo suficiente para que él le quitara la camisa. Él hizo lo mismo y al ver su sostén, sonrió. Tenía pequeñas flores esparcidas. Se agachó lo suficiente y mordió el lóbulo de su oreja. Sus dedos exploraron el abdomen de ella y sin querer sus caderas comenzaron a moverse por si solas. Las hormonas estaban increíblemente altas. La tensión sexual estaba en ambos.

Cuando de momento un ruido en la sala los detiene.


- ¿Estás bromeando? - se levantó enojado y sacó su celular del bolsillo.

Andina no sabía que hacer. ¿Esperar? ¿Irse? Ésto fue muy incómodo para ella. Sin embargo, Ashton lo veía completamente normal.


- Michael, no soy tu puta, por dios, enserio que me llamas solo para preguntarme dónde está tu puta  camisa? Probablemente aquella tipa del bar te la haya robado - rodó los ojos.

Andina escuchaba atentamente algo incomoda por la situación en la que se encontraban. ¿Quièn era Michael?

Mientras ella sentada en el sillón con el corazón latiendole a mil, y Ashton alfrente caminando de lado a lado con un bulto en sus pantalones. Las mejillas de Andina estaban algo rosadas, pues le ponía feliz que eso lo haya causado ella. Carlotta le había dicho que es muy fácil hacer a un hombre correrse, pero hacerlo poner duro era lo difícil. Andina no entendía como podía hacerlo sentir así...pues ella apenas intentaba y era la primera vez que se atrevía a sobrepasarse del nivel bajo en el que ella está en el tema del 'sexo'.


smoothie afiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora