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Al llegar al apartamento, Andina bajó del auto con rapidez y se adentró a la casa ya abierta.

En todo el camino ella no emitió alguna palabra. Cuando salió de su doble turno, ella no esperaba que Ashton la esperara afuera, pero así fue. Ashton estaba afuera en su auto aún esperando por ella. Supo en ese instante que no estaba muy contento al no irse cuando él lo había dicho. Y por eso con el orgullo alto y el nerviosismo comiéndole por dentro, se dirigió al auto. Ninguno de los dos hablaron, solo arrancó.

Ashton estiró sus dedos antes de bajar del auto y entrar a su apartamento. Recordando que no es muy grande y Michael viviendo en él también.

Vio las cosas de Andina en el sillón y estaba seguro que ella se encontraba en la cocina. Cómo siempre hacía cuando llegaba de trabajar. Echó un mirada al pequeño pasillo y vio las luces del cuarto de Mike apagadas. Perfecto. Pensaba él. Michael no estaba aquí y eso era suficiente para que tuviera tiempo a solas con Andina. Sabía que él llegaría tarde como todas las noches que no estaba en casa. Era obvio que estaba en un bar.

Entonces con tranquilidad y una sonrisa, fue a la cocina para encontrarse a Andina mirando la nevera tratando de escoger que comer. Ella escuchó los pasos de este, pero no se inmutó cuan cerca estaba de ella. Hasta que sintió unas manos en su cintura, apretándola levemente.

- ¡Ashton duele! - trató de quitar sus manos pero fue inevitable.

Sonrío malévolo y aflojó su agarre. Le dio vuelta y ahora ellos estaban ahí, frente a frente y como siempre, ella tan débil e indefensa.

- ¿Porqué no saliste cuando te dije? - sonreía como un cínico mientras hacía la pregunta.

- Ya te dije, mi jefe... - pero él la interrumpió.

- Sh sh sh...calla bonita - puso un dedo en la boca de Andina.

Antes de que ella protestara sintió una de las manos de él por debajo de la camisa, haciéndole estremecer debido al frío toque. La miraba como si fuese su presa. La deseaba y mucho. Con lentitud se inclinó a besarla, y Andina entre abrió los labios, esperando el tan ansioso beso. Pero Ashton no la besó. Sólo se quedó ahí mirándola tiernamente.

Ella estaba confundida y él negó divertido.

- ¿Q-Qué? -

- Si quieres besarme, primero tienes que tentarme... - susurró en su oído.

La verdad él ya estaba muy tentado con tan solo saber que ella lo desea tanto como él a ella, pero quiere verla hacerlo.

Andina estaba como un remolino de emociones. Quería estar con Ashton pero siempre era él el que la satisfacía. Él era el del trabajo, no ella. Y ahora se siente tan estúpida y sin experiencia como una chica virgen. Se siente perdida.

- Um...pero yo, tú - balbuceaba.

Ashton sonrió y cogió sus manos. Se acercó más a ella acorralándola entre la encimera de la cocina y él. Depósito un suave beso en ellas y luego cuando Andina creía todo tierno, él bajo sus manos a su entrepierna. Y claramente tenía algo un poco más duro que de lo normal.

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