23

1.1K 58 0
                                    




- Te deseo tanto... -



A éste punto Andina estaba demasiado incómoda. Aveces Ashton se comportaba de unas maneras inexplicables. ¿Acaso no se avergonzaba de que su amigo estuviese en el departamento?


- Estoy duchándome Ashton, largate - tenía tanto miedo y ni siquiera sabía porqué.


- Estás en mi territorio, ¿quién manda aquí? - alzó una ceja.


Ella inconscientemente quitó una de sus manos, las que le cubrían los senos, y se acomodó uno de sus cabellos mojados atrás de la oreja.


A la vista de Ashton, estaba completamente ciego. Porque ahora lo que sus ojos veían no era nada de alrededor. Sino las pequeñas pero hermosas que tenía enfrente. Su miembro se ponía de poco a poco un poco más dura, y su corazón latía fuertemente. Oh cuánto la deseaba, y mucho...enfrente, vulnerable y desnuda. No había nada más hermoso y perfecto que tener a su pequeña indefensa y lista para él. No era un objeto, claro que no. Era su pequeña, suya y solamente de él.


Entró a la ducha sin importarle los calzoncillos. Y antes de que Andina protestara, con sus grandes manos apretó su cintura pegándola a él. La besó desesperadamente, mordiéndo su labio inferior. Estaba ansioso y necesitados. No le importaba lo que ella pensara de él, a lo mejor pensaba que era un pervertido, enfermo, psicótico. No le importaba, lo único que le importaba era estar junto a ella de todas las formas posibles.


Acorraló las manos de ésta en la pared y bajó sus besos a su cuello, dejando una marca roja y a Andina gimiendo del dolor. Soltó una de sus manos para agarrar su seno izquierdo. Lo apretó y sintió la mano de Andina tratando de alejarlo.


- Ash...para - susurró.

Era obvio que Andina no quería parar, pero sentía verguenza y pena. No deberían de estar haciendo esto, era completamente vergonzoso e incorrecto.

- Ambos sabemos que quieres esto, ambos queremos - dijo entre sus labios.


Ashton apretó más fuerte y Andina gimió. Alzó la pierna de ella insinuándole que las rodeara en la cintura de él.


Su cabeza le decía que no, pero sus sentimientos le decían que sí. Entonces le correspondió el beso. Lo besó desesperadamente,  su lengua recorría cada parte de sus labios. Sintió las manos de él agarrando la parte trasera, apretándolas con fuerza causándole dolor.


- Vamos muñeca, dejame sostenerte - dicho esto, las piernas de Andina estaban alrededor de él.


Ashton maldijo por lo bajo al tener su miembro bastante duro. Necesitaba estar dentro de ella pero ya. Pero necesitaba quitarse su estúpido calzoncillo.


- Agarrate nena - con una mano apretó su trasero y Andina soltó un chillido.


Ash trató de quitarse su calzón con la mano libre, y se deshizo de él con sus pies. Ya por fin desnudo, Andina podía sentir la erección en el medio de sus muslos. Sus mejillas estaban rojas y Ashton tenía la miraba oscura cegado por la lujuria.


- Dime que quieres pequeña...dímelo - susurró en su oído.


- Te quiero a ti daddy -


Y eso fue suficiente para que Ashton comenzara a devorar los labios de ella, de su pequeña.

Nuevamente apretó su trasero con ambas manos haciendo que Andina abriera la boca para así poder explorar más allá de ella.


Ella con sus uñas inconscientemente arañaba su espalda, pero eso a él no le molestaba, incluso lo ponía más excitado. Cuando ya su miembro está demasiado erecto, baja un poco Andina y la recuesta sobre la pared, causándole un poco de frío y al ella encojer los hombros, la besó otra vez.


Mientras el beso seguía, él soltó la cintura de ella sin preocuparse de que cayera, ya que ella tenía las piernas alrededor de él con ayuda de la pared. Y dirigió sus manos a los muslos.


Lentamente, con su mano derecha, se acercó a esa zona. Dónde toda la lujuria estaba ocultándose. Con su dedo índice rozó la campana y Andina se retorció queriendo más.


- Ah... - soltó.


- Pídelo bebé, sólo dime que lo haga - seguía rozando lentamente.


- Hazlo ya, joder - gimió.


Entonces sin rodeos, Ashton introdujo dos dedos en ella. Haciendo que gimiera alto, pues no toleraba que ella dijera groserías. Seguía moviéndolos con rapidez causando demasiada excitación en ella.


- Daddy...más...más - tenía miedo, pero no se aguantó.


Quería a Ashton, lo necesitaba y no podía ocultarlo. Tenía que hacerlo o se volvería loca, estaba demasiado excitada.

Sus caderas se movían por si solas y Ashton estaba demasiado excitado, y no pudo más. Con su miembro buen parado, acercó la entrada de Andina y con lentitud dejó que entrara sola sin presión.

Apretó las manos en su espalda al sentir aquella erección dentro de ella. Movió las caderas insinuándole a Ashton que estaba lista, y a continuación ambos estaban haciendo sexo.

Las gotas de sudor se iban con el agua, y el ruido que ambos creaban era malditamente excitante para ambos.

Cuando Ashton está apunto de venirse, se escucha un ruido en la puerta y ese es Michael anunciando que llegó. No sabe que su amigo está teniendi relaciones con su ahora novia, y tampoco tiene idea del enpasme que le acaba de pasar.

Andina estaba colorada pero demasiada extasiada y no pudo más. Sus caderas empezaron a temblar anunciando que ya estaba por venirse, y así fue.


Ashton al ver el cuerpo de ella rotorcido, se corrió. No pudo más. Ambos con respiraciones pesadas, y pechos subiendo y bajando del cansancio. Las piernas de Andina aún temblaban y Ashton tenía las manos en blanco de tanto apretar el trasero de su chica. Andina después de esto tendría una gran marca de sus manos. Pero ahora mismo tenían que bregar con otra cosa, y so era decirle a Michael que estuvo apunto de arruinar una perfecta escena de amor.

Para Ashton esto no era sólo sexo. Pero sí, definitvamente lo era.











smoothie afiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora