—¿Qué? ¡No! ¡Claro que no! —Dipper había dejado de intentar deshacerse del demonio y ahora solo estaba con los brazos cruzados, enfurruñado.
—¿Sabes acaso que iba a pedirte, memo?
—No necesito saberlo, será algo en lo que yo acabe mal, muy mal —dijo entre dientes.
—¡Pero es algo que te beneficia, y mucho! —de repente, Bill se veía extremadamente alegre—. Si haces el trato, saldrás vivito y coleando de esta habitación. Si no, bueno...
—¡Vale, vale! —le interrumpió Dipper—. Lo capto, ¿que tengo que hacer?
—Fácil, solo tienes que prestarme tu cuerpo un rato, tú mientras cuidas de mi recipiente.
Dipper no estaba nada conforme con el trato, no le apetecía que se volviera a meterse en su cuerpo. La ultima vez que lo había hecho había acabado con unos cuantos huesos rotos, pero tampoco se atrevió a replicarle. Justo después de volver a su cuerpo aquel día, se había dado cuenta de que tenia algunos recuerdos que no eran suyos, pertenecían a Bill. En ellos no había nada interesante sobre El Autor -que había acabado siendo su tío Ford, el cual aún no había visto aquel día-, ni tampoco desvelaban alguno de los misterios de Gravity Falls. Solo eran pensamientos retorcidos del demonio que lo perturbaron durante noches. Pero tampoco podía negarse. No tenía opción.
—De acuerdo — Dipper miraba a otro lado mientras se imaginaba el estado en el que Bill le devolvería el cuerpo.
El demonio arrastró al chico hasta el cuartos donde dormían y se metieron en el el armario que había justo a la izquierda al entrar.
—¿Que hacemos aquí? —murmuró Dipper, molesto.
—Tendré que dejar esto en alguna parte —dijo señalando su cuerpo— Entonces, ¿trato?
El demonio extendió su mano. Habían pequeñas llamas azules, como siempre, pero estas apenas daban para iluminar el estrecho y oscuro armario en el que se encontraban. Mientras, en los ojos del castaño se reflejaba perfectamente el arrepentimiento, pero no podía hacer nada contra él.
Estrechó su mano y, como la última vez, arrancó su alma del cuerpo mientras se desplomaba. Con una sonrisa, Bill salió del cadáver pero en vez de salir en su típica forma de triangulo, se apareció como una esfera de humo dorada brillante que dejaba un rastro detrás de ella. Esto hizo sospechar al muchacho sobre la condición física de Bill y si de verdad estaban él y su familia en peligro. Poco a poco, el alma iba atando los pocos cabos que tenía: el mal estar al despertar, amenazas constantes... ¿Y si...? No, no podía ser, ¿cierto? Sin perder el tiempo, la esfera se metió en el cuerpo de Dipper. Apenas unos pocos minutos más tarde, los ojos se abrieron, dejando ver las pupilas verticales negras. El alma del antiguo dueño del cuerpo miraba indignado como el demonio se ponía de pie.
—Wow, menudo cambio —comentó Bill con una sonrisa enfermiza en la cara mientras abría y cerraba las manos—. Aunque tu cuerpo sigue tan debilucho como lo recordaba, Pino —rió.
—¿Y para que exactamente querías mi cuerpo, Cipher?
—No es de tu incumbencia —se había vuelto extremadamente serio en aquellos instantes. No le iba a contar que, bueno, le sería más fácil recuperar energía en un cuerpo vivo. Si se quedaba mucho tiempo fuera de algún recipiente, posiblemente desaparecería, sin dejar rastro.
—¡Claro que es de mi inc-!
—Shh... No queremos que las cosas se descubran antes de tiempo, ¿verdad? Si no obtienes las respuestas tú mismo, entonces no lo veo la gracia. Tómate tu tiempo para intentar averiguarlo, total, tienes mucho tiempo —rió otra vez Bill antes de salir del armario, dejando tras de si al alma de Dipper y su antiguo cuerpo.
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Fall •BillDip•
FanfictionY todo pasó aquel otoño. Cuando las hojas cayeron y el suelo se tiñó de colores rojizos. Cuando las hojas cayeron y los dos volvieron. Cuando las hojas cayeron y se reencontraron. Primera parte de la saga: Cipher mistakes.