CAPÍTULO 25: Y es extraño todo lo que tenemos en común

65 11 0
                                        

YA NO QUIERO ESTAR CONTIGO.

Viernes 14 de Noviembre.

Peter vino muy temprano a mi casa y conversó con mis padres, yo me levanté en pijama y con ojeras.

- Mi amor-dijo al verme bajar las escaleras, aun no podía visualizar a nadie.

- Hola, ¡Buenos días!-saludé a todos.

- Hija, dice Peter que habían quedado irse del pueblo en dos meses para ya vivir allá un buen tiempo, tienes que alistar todo-dijo muy entusiasmado papá.

- Am, sí-dije recordando, pero yo ya no quería y menos irme a un lugar con alguien con el cual sentía que no podría vivir mi vida entera.

- ¿Y esas ojeras?-preguntó Peter, dándome caricias en el rostro.

- Am no sé-mentí, las tenías por la noche de ayer con Austin.

- Será porque se quedó hasta tarde contigo-dijo papá, supuestamente le había dicho que había estado con él y ahora estaba entre decir la verdad o huir.

Vi que su rostro cambió, lo jalé del brazo hacia mi habitación y lo senté.

- ¿Por qué le has dicho a tu papá que estabas conmigo, cuando no es así?¿Dónde estabas?-preguntó muy furioso, si se controlaba era porque estaban mis padres.

- ...-me quedé muda, había llegado el momento de soltarlo todo.

- Quiero...Terminar contigo-lo dije casi temblando, sabía cómo era él.

- ¿Cómo? ¡Nos vamos a ir a vivir juntos lejos de aquí! Ya vi nuestro hogar, no me puedes decir esto, te necesito-me dijo Peter parándose.

- Yo no te amo, jamás lo he hecho-respondí y todo se me juntaba, las piernas como gelatina, las manos sudorosas.

- ¿Con quién estabas?-preguntó de nuevo.

- Con el amor de mi vida-respondí y brillaron mis ojos.

- ¿Austin?-dijo su nombre y mi corazón lo paralizó, hasta él sabía que yo lo consideraba el hombre de mi vida.

- Sí, lo amo y el a mí, estamos saliendo-dije tragando saliva.

- Sé feliz mientras puedas, adiós-dijo Peter, pero no se iba a quedar tan tranquilo, nadie se burlaba de él, absolutamente nadie.

Claramente llamé a los minutos que se fue a Austin, le conté su reacción y no era de esperar que se enojara, me sentía aliviada y libre.

- Ahora sí, no dejaremos que nada, ni nadie nos separe-dije desde el teléfono y colgué ya tenía un final para mi obra, mañana era uno de esos días importantes donde concursaría y hablaría sobre lo que trata mi libro, mi ángel de la guardia estará ahí, acompañándome y dándome ánimos, que nervios.

(...)

- ¿Cuándo llegarán a estar Sebastián y Flavia?- decía un niño.

- Cuando el destino deje de existir- respondió Rosa.

- Pero...el destino no se puede cambiar- preguntó aún confundido el niño.

- Es verdad, no podemos cambiarlo, pero ellos sí- le respondió amablemente.

- ¿Cómo?-preguntó con incertidumbre.

- El destino lo cambian ellos, es claro que están destinados a terminar juntos, pero si uno desea ya no estar con esa persona más en su vida se tiene que dirigir a Hados- Rosa, sabía mucho del destino, a pesar que su misión era volver a juntar a las otras partes.

Caminos Cruzados💕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora