CAPÍTULO 37: DOMINIQUE

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MEMORIA

Caminaba acompaña de Amelia por el gran bosque, festejando nuestro encuentro con nuestros brujos en la alta montaña, había un gran festín cerca del pueblo. Llevamos una eternidad, esperando ese gran día donde se nos otorgaría en los próximos días ciertos obsequios valiosos, no sabíamos que nos tocaría a nosotras así que la emoción era más poderosa.

Hados, un brujo muy poderoso al igual que yo nos esperaba en su gran casa donde muchos habitantes del pueblo se encontraban celebrando. Las horas transcurrieron y Amelia fue a conversar con otros brujos hacia un lado, dejándome sola, así que me dirigí al exterior con mi gran vestido que caía hasta el suelo. Y sentí una presencia extraña fuera de la casa, algo espeluznante y atrayente, era un hombre común como los demás, su mirada podría volver loca a cualquiera, se mostró modesto y respetuoso ante mí, aunque al principio me confundió con alguien.

- ¿Camil?- se acercó Calixto hacia mí.

- Uhm, no, soy Katherine- respondí al ver que estábamos solos, había caminado más de lo debido y la naturaleza estaba más fuerte que nunca.

- Oh, lo siento, creí... ¡Te confundí con otra persona!- exclamó este intrigante hombre, sintiéndose extraño.

La noche negra, el bosque en silencio como si deseara escuchar nuestras palabras y todo se tornó en los dos

- Soy Calixto- se presentó haciendo reverencia ante mí.

- No quiero faltarte el respeto Calixto... pero que te acerques sin conocerte es espeluznante y también que estés en el mismo lugar que yo.

- Al decir <<espeluznante>> sobre mi presencia ya es faltarme el respeto, dulce dama.

- No lo había visto de esa manera, lo lamento. ¿Calixto? ¿Es la primera vez que te veo?

- Sí, la primera de las tantas veces que nos volveremos a encontrar.

- ¿Perdón? Estoy saliendo con un brujo llamado Dionisio y me parece que me estás faltando al respeto.

- No es mi intención dama- fijo los ojos pardos más bellos que vi en mis días- Y disculpe si me entrometo, pero... ¿Qué haces usted en medio de la nada? Eso sí es espeluznante- esto último hizo reír a Katherine.

- Pensar en la vida, el futuro, mi brujo lo tiene todo programado para nosotros.

- ¿Y tú quieres eso?

- No sé a veces que quiero. Me gustaría saberlo, y a veces siento que me falta algo.

- Soy brujo también, puedo decirte lo que te falta.

- Disculpen, ¿desean servirse?- dice un jovencito con una bandeja llena de copas.

Y ambos, se sirven de unas copas, mientras aún mantienen una tranquila conversación.

- ¿Eres un brujo misterioso que tiene todas las respuestas?... ¿Y puedes decirme lo que me falta? ¡Sorpréndeme! – le sonríe al apuesto caballero que tiene al frente, desde el primer instante hubo conexión en ambos, una fuerte química y coquetería.

- ¡Ha! Hm, digamos que quieres un amor distinto, no el de siempre.

- Entonces, Calixto dime... ¿Qué amor quiero yo?

- Quieres un amor que te consuma, adrenalina, gusto, pasión. Quieres peligro acompañado del amor y una pizca de aventura.- se acercó a ella a pasa lento, mientras ella pestañeaba sin saber que decir, había acertado y estaba sorprendida.

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