Caminos Cruzados💕

0

LA IMAGEN DE ARRIBA ES LA ULTIMA FOTO DE LOS CHICOS.

Carta: Para el amor de mi vida.

Flavia.

¿No existió un final feliz para nosotros, verdad? Era lo que todos nos decían, lo que todos querían de una manera u otra. Muchos nos dijeron que nuestro amor no estaba destinado, como también que no veían un final de nosotros juntos y mira... ¿Se ha cumplido?

Yo creo que no, yo creo tantas cosas y una de esas fue en nuestro amor que existió. Porque sí existió. Quizás no terminamos casados, ni con unos pequeños diciéndome papá, o con tu rostro a mi lado cada día, quizás ya no he vuelto a escuchar tu voz gritándome por traerte problemas, quizás tu sonrisa no la vuelva a ver jamás y me quede únicamente imaginármelo, pero... ¡Hubo un NOSOTROS!

Un nosotros un tanto complicado, yo lo hacía complicado y colocaba esa pizca de interesante en tu vida. No te gustaban las cosas planeadas, tu vida nunca tuvo un programa de qué harías cada mañana, tampoco planeaste que un muchacho de casacas de cuero que justo en esos momentos pasaba por una "superación" y terminaba una ruptura amorosa se enamoraría de la chica despistada que llevaba un café caliente en pleno verano. Los mejores amores empiezan así, cuando ni siquiera lo esperas. Tú no me esperabas, ni yo a ti. Sin embargo, por cosas de la vida o como es ésta historia por cosas del destino, te cruzaste en mi camino para sacarme de mi agujero y yo me coloqué en el tuyo para demostrarte qué es el verdadero amor. ¿Ambos aprendimos, no?

Conmigo aprendiste a tomar tus decisiones, a pesar que yo siempre me entrometía por cuestiones que tú sabes, mi egoísmo y mi preocupación de que nadie te hiciera daño. Aprendiste a ser valiente y luchar por lo que querías en la vida. Yo aprendí tanto de ti que me faltarían hojas para agradecerte por lo que hoy soy, siempre fuiste tú esa persona que tenía que llegar a mi vida para hacerme un hombre que controlara sus emociones y que no se estancara en una sola cosa.

Bueno... ¿en qué iba? Ah sí, hablaba de ti como en todas las cartas anteriores. Ya voy miles y están guardadas en mi lugar secreto, te cuento que estoy leyendo tu diario... Sé que en este instante, sí estuvieras aquí conmigo, estarías estrangulándome por leer cosas ajenas, acuérdate que mi curiosidad es innata y no tiene límites. Estos escritos, estos raros y locos escritos me hacen sentirte vivo, de una manera que me parecer visualizarte leyéndolo con una sonrisa de oreja a oreja. Extraño tu sonrisa, tú sabías cómo reírte. Extraño tenerte entre mis brazos. Y tuve la oportunidad de que esto no sucediera, pero tú no quisiste quedarte conmigo. Tus ojos me pedían que le concediera el deseo a Austin de tener a su hermano, querías que todos fueran felices anteponiendo nuestra felicidad y digo NUESTRA, porque tú me hacías feliz.

Y pues...yo acepté tu petición con todo el sacrificio del mundo. ¡Me estabas pidiendo a mí, al chico más egoísta del mundo que renunciara al amor de mi vida por otra persona que merecía tener una vida plena y completa! Y claro que tuvo su vida color rosa, luego de tanto sufrimiento es lo mínimo que se merecía. Austin tuvo a su hermano en vida otra vez, él se casó junto con Amil para que después naciera la dulce Charlotte. Me entusiasmaba ser tío, aunque ellos se encontraran lejos de la ciudad. Yo después de tu muerte, me emborraché unas tres veces hasta que reaccioné sabiendo que estaba mal lo que hacía. No necesité a nadie que me recogiera en mitad de la calle por estar metiéndome en peleas, no necesité insultar a nadie por mi desgracia y por no tenerte a mi lado. Claro que en esos días que me tiré una bomba sí gritaba tu nombre por todos los bares, debes comprender que no dejaba de sufrir en las noches donde mi cama se sentía fría, donde nuestra fotografía me hacía sentir que tú no ibas a volver. Tuve que pasar más tiempo con el mundo, tuve que cumplir con la promesa que hicimos antes de tu partida.