15. ♪Dura realidad♪

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― ¿Ángel? ―su propio susurro, hizo que James despertara del ligero trance en el que se encontraba sumido procesando la ola de sentimientos que había traído consigo, tras escuchar su voz al otro lado de la puerta

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― ¿Ángel? ―su propio susurro, hizo que James despertara del ligero trance en el que se encontraba sumido procesando la ola de sentimientos que había traído consigo, tras escuchar su voz al otro lado de la puerta. Se recompuso al instante en que escuchó la puerta cerrarse a sus espaldas y se percató de que su ángel se marchaba.

No podía marcharse, ahora que la había encontrado.

Cerró los ojos con fuerza, odiando la situación en la que lo había encontrado mientras la culpa y la desazón, no tardó en abrirse paso aprisionando su pecho, hasta el grado de que para sí respirar fuese difícil.

Se precipitó a los pasillos con la sola idea en mente de encontrarla no previendo encontrarse, con la soledad irradiando el lugar y ni el más ligero rastro de ella. La decepción lo golpeó, provocando que de su garganta saliera un bufido exasperado.

― ¡Hey! ―exclamó un Will a la lejanía, caminando a reencontrarse con James. ― Estábamos buscándote, ya es hora. ―le informó refiriéndose a la entrevista que en pocos minutos llevarían a cabo en compañía de las fans.

James asintió, notando a su vez por el rabillo del ojo que Coraline salía ajustando su ropa mientras se acercaba a ellos. Notó el comprendimiento en la mirada de Will, quien no hizo más que levantar las cejas en su dirección incriminadoramente.

Will conocía perfectamente las jugadas de Coraline, cuando veía sus ojos solo podía ver el interés y la enfermiza obsesión que sentía hacia su amigo, la cual con el tiempo incrementaba cada vez más sin que este fuera consiente del todo. Nunca le agradó, y aún entonces seguía sin gustarle.

Por más que fuera el polvo rápido que ayudaba a su amigo a salir del apuro, todo en ella irradiaba desconfianza. Era como una mala plaga, que a pesar de todo lo que habían pasado y los innumerables conflictos que habían surgido por su culpa en continuas ocasiones, aun continuara siendo parte del equipo del staff de la banda.

Notó como esta se inclinaba fogosamente y depositaba un suave beso en la comisura del labio de su amigo, para entonces hacer su recorrido hasta la salida. James no la evitó y tampoco reaccionó, lo cual provocó que frunciera el ceño aún más.

— ¿En qué demonios estabas pensando? —le espetó Will, en cuanto se aseguró de que Coraline ya no se encontraba a la vista. — ¿Coraline? —casi escupió con repulsión.

—Ese es el problema, no lo estaba. Ver a esa chica a metros del escenario, revolvió todos mis pensamientos. —confesó un James, llevando sus manos hasta su cabello.

—Por supuesto que lo hizo, pero no debiste caer en las redes de Coraline otra vez. —lo regañó Will, alentándolo a que empezaran a caminar.

—Ella nos vio —confesó James, deteniéndose al haz de la puerta que los induciría a encontrarse con las fans —estoy seguro de que es Sarah, es imposible olvidar esa mirada.

Alma Perdida ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora