•El destino a través del tiempo.• |Gohan|

• 01 •

El ying y el yang: En toda oscuridad ha luz, y en toda luz hay oscuridad. Así como en el bien hay mal y en el mal hay bien.

Toda mi vida se basaría en esa simple definición, donde hay felicidad, también debe haber sufrimiento.

Esa es mi vida. Ese es mi mundo.

— Despierta!

Abro los ojos de golpe. Toda la información se comienza a restaurar al instante.

Nombre: Núm. 15.

Edad: 17.

Creador: Dr. Gero.

Misión: No hay información.

Familiares: No hay información.

Datos completados.

Parpadeo un par de veces antes de mirar a Núm.17.

—Levántate, perezosa.

17 se retira de ahí con rapidez. Siempre está así de molesto. Suelto un suspiro antes de incorporarme del frío piso y seguirlos a ambos entre bostezos.

—Vaya, hasta que te despiertas. — 18 me mira mal. — Quiero ir a una nueva tienda de ropa, así que vamos.

Una vez más prefiero guardar silencio y seguirlos a ambos. Hacerlos enojar solo empeoraría las cosas. Ya lo hice una vez antes en mi pasado, recién cuando fui despertada. Creían que tendría la misma sed de venganza que ellos y los ayudaría a matar al Dr. Gero. Pero la verdad es que al despertarme, interrumpieron mi proceso para perfeccionarme, por lo que no alcancé a tomar una misión.

Hasta ahora lo único que han hecho es llevarme con ellos, pero la diferencia es que yo no ataco, yo no les hablo, yo no hago nada.

—¡Vamos aquí! — dice 18 emocionada. Llegamos a una tienda de ropa humilde, 18 comenzó a probarse diferentes tipos de combinaciones.

—Eres extraña. —dice 17 a mi lado. — ¿No quieres algo de ropa? Digo, es gratis.

Niego con la cabeza.

—¿No hay nada que te guste? ¿Nada que quieras?

Vuelvo a negar con la cabeza. 17 suelta un suspiro, desanimado.

—Bien.

Después de unos minutos, 18 sale con una gran cantidad de ropa en sus manos.

—¡Número 15! ¡Ayúdame!

Me apresuro a alcanzar a 18 y tomar la ropa en mis manos. Era demasiada y ella no usaría toda, solamente era la satisfacción de robarle a los pobres.

—Ni se te ocurra tirarla. —me amenaza 18. Caminamos ambas hasta el automóvil y ahí dejo toda la ropa.
Núm. 17 levanta su dedo índice y lanza un poder que destruye la tienda. La explosión solo mueve mis rizos blancos.

—¡17! ¡No hagas eso! ¡Las tiendas de ropa son mi debilidad! —Se queja Núm. 18.

Núm. 17 se ríe.

—No lo volveré a hacer, lo prometo.

Núm. 17 estaba por subirse al automóvil, sin embargo un individuo aterrizó frente a los tres.

Mi corazón comenzó a latir con rapidez. Yo lo conozco, no es la primera vez que intenta enfrentarse a ellos, él era el único que no les tenía miedo. Era valiente y fuerte.

—¿Otra vez tú? —se queja Núm. 17 con enfado.

—Esta vez no se escaparán. —dice el chico de cabello corto.