Capítulo 2

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-¡Ya he vuelto! -Después de haber estado divagando un rato sobre el suceso, Catherine había llegado a la conclusión de que no era nada, que había sido una simple casualidad.

-¿Qué tal te lo has pasado? -Preguntó su padre saliendo de la cocina con un paño en las manos.

-Bien. -Sonrió Catherine.- Excelente. La verdad es que mientras estábamos tan tranquilas, pues luego me he llevado a mis amigas al descampado y allí hemos visto una estrella fugaz que ha pasado bastante deprisa.

-Vaya, yo no la he visto. -Dijo su hermano saliendo con evidente fastidio del salón.- Y quería verla, ¿a qué hora ha sido?

-Justo a la hora que nací. Mismo minuto, mismo segundo. -Contestó Catherine.

-Eso es imposible. Ni me lo quiero creer. Me estás mintiendo, ¿verdad? -Protestó Jack.

-Que no. -Dijo Catherine a su vez.- Te lo juro por lo que más quieras. En serio. Y me he asustado, pero supongo que no es más que una simple casualidad, así que no nos alteremos.

-Ya. Bueno, lo que tú digas. A mí me parece que me estás mintiendo.

-¡Que no!

-¡Bueno, ya vale! -La madre de Cathernie apareció en ese momento para poner fin a la discusión entre hermanos.

-Yo me subo a dormir ya. -Dijo Catherine.

-Vale Cat. Adiós, Cat. Y no mientas más, que es muy malo para la salud. -Le dijo Jake.

-¡Cierra la boca o esta noche te despertarás por el agua fría! Vete a dormir tú también, que falta te hace.

Catherine subió las escaleras hacia su habitación. Preparó tranquilamente lo que sería la mochila para el día siguiente y se fue a dormir. Un débil resplandor anaranjado iluminó la habitación. Desconcertada, Cat parpadeó varias veces. El resplandor había desaparecido.

Cat resopló y se encogió de hombros. Habría sido un sueño. Demasiado tiempo despierta, ya le estaría empezando a afectar el no dormir.

Dio unas cuantas vueltas en la cama. No podía concentrarse bien en nada. Había estado pensando en la estrella fugaz. Era extraño. Había decidido preguntar si alguien más se había dado cuenta de lo ocurrido. Además, ¿desde cuándo una estrella fugaz brillaba tanto? Lo normal era que fueran unas simples estelas de luz que pasan rápidamente.

Al final acabó quedándose dormida. Soñó con un extraño sitio en el que todo estaba hecho de nubes. Ella misma estaba allí. Miró a su alrededor, desconcertada. Dio unos pasos, y comprobó, asombrada, que el suelo no se rompía. Las nubes eran estables.

De repente un lucero apareció delante de ella. Cat lo miró un rato, largamente, algo sorprendida. Poco a poco, el lucero tomó la forma de un dragón de escamas doradas, recogido sobre sus patas, que la miraba como si ella misma estuviera intimidándolo. Tenía las alas desplegadas.

-Tú me has llamado. -Dijo el dragón.

Al menos, Cat supuso que lo había dicho el dragón. La voz se oía de un sitio indefindo.

-Tú me has llamado. -Repitió.- ¿Qué es lo que quieres?

En ese momento, Cat se despertó sobresaltada. Oyó la voz de su hrmano al otro lado de la puerta.

-¡Cat! ¿Estás despierta? Pues no importa si no lo estás. ¡Levántate, que es tarde! ¡Vas a llegar tarde al instituto! -Dijo Jack.

Catherine saltó de la cama inmediatamente, desesperada. Acababa de mirar la alarma del reloj. No entendía por qué no la había despertado. Estaba programada para avisar todos los días, sin que ella tuviera que ajustarla cada día.

En tiempo récord, 20 minutos, ya había hecho todo. Bajó las escaleras corriendo como una loca. Al pasar por al lado de Jack, le revolvió el pelo con su típica alegría mientras cogía el zumo que su madre le había sacado de la nevera.

Se lanzó a coger las llaves de la cómoda, lanzándole un desafío a su hermano, toda eufórica.

-¡El último que llegue al instituto le hace la cama al otro durante una semana! -Gritó Catherine mientras salía por la puerta como un huracán.

-¡Eso no vale! -Jack salió detrás de ella dando traspiés, mientras intentaba equilibrar la mochila en la espalda y al mismo tiempo evitar que se le cayera todo.

Catherine siguió corriendo por la calle, mientras se reía. Siempre había sido más rápida que Jack. Se giró para mirar a su hermano, que la seguía a una escasa distancia. En ese momento estaba a unos cuantos metros de pasar por un paso de peatones.

Una horrible imagen cruzó su mente como un rayo. Justo en el momento que su hermano pasaba por ahí, el semáforo estaba rojo. Y un coche semidescontrolado de color negro doblaba una curva, atropellándolo. Incluso fue capaz de ver la marca. Más tarde, Catherine hubiera jurado que se trataba de un Audi.

Catherine se dio la vuelta como una flecha, llevándose por delante a su hermano con toda intención.

-¿Pero qué haces? Estaba a punto de alcanzarte... -Dijo Jack, desconcertado y algo molesto.

Cat se dio la vuelta, confundida. Acababa de cruzar el paso de cebra de nuevo para volver y salvar a su hermano de un peligro que aparentemente no existía.

-Jack, tienes que creerme. He visto cómo un coche te atropellaba, era negro, un Audi...

No le dio tiempo a acabar la frase. Justo en ese momento, el coche ya nombrado apareció. La misma escena que acababa de ver Cat se repitió. La única diferencia era que acababa de salvar a su hermano.

-Cat... ¿Cómo lo has sabido? -Preguntó Jack, mirando entre asustado y asombrado el cruce.- El coche era igual...

-No lo sé. -Respondió Catherine, asustada.- No lo sé.


Mirando al Futuro [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora