Habían vagado durante un rato considerable. Judith había dicho que Jack se encontraba en otro lugar, pero no había dado muchas más explicaciones. Catherine estaba preocupada por el estado de salud de su hermano, pero al menos confiaba en que habiéndose escondido con ayuda de Judith estaría a salvo.
Sam tampoco ayudaba mucho a calmar los nervios. No paraba de resoplar y quejarse por todo. Lo único que hasta el momento había ayudado a la tranquilidad era la calidez de la mano de Alex, que sujetaba la suya.
-Por aquí. -Judith torció una esquina sin mirar a ver si los demás la seguían.
Catherine apresuró el paso para no perderla de vista. La calle en la que se adentraban no tenía muy buena reputación. A nadie le gustaba adentrarse por ahí de noche, ya que decían que había todo tipo de criminales, tanto traficantes como ladrones.
-No te preocupes. -Alex captó la mirada preocupada de Cat y le sonrió.- Si alguien viene a por ti te protegeré.
-Oh, el príncipe azul protegerá a su princesa hasta la muerte... -Sam juntó las manos cerca de su cuello, poniendo una voz aguda, claramente parodiando a Alex.
-¿De verdad crees que eres gracioso? Porque tienes menos gracia incluso que tacto. -Catherine lo fulminó con la mirada.
-¿Y tú no sabes lo que es una broma?
Antes de que Cat pudiera replicar, Alex sujetó su mano con más fuerza y apresuró el paso para alejarse de Sam.
-¿De verdad tenemos que llevarlo con nosotros? -Catherine miró a Sam y luego dirigió una mirada suplicante a Alex.
-No queda otro remedio... Además, su don es algo diferente al tuyo, pero a la vez es muy parecido. Él también es importante, aunque sea un idiota. -Alex sonrió a modo de disculpa.
-¿Diferente? ¿A qué te refieres?
-Bueno... Verás, él nació con otro tipo de...
-¡Chicos! Ya hemos llegado.
Judith se había detenido a las puertas de un edificio que no daba muy buena espina. La luz del Sol apenas entraba en la calle, lo que hacía ver el lugar más lúgubre incluso de lo que realmente era. A simple vista parecía una antigua fábrica, lo más probable una de galletas. Un viejo cartel mohoso reposaba a punto de caerse encima del umbral de la puerta. "PINER". Ese era el nombre que se hallaba escrito en el cartel.
Parte del techo estaba derrumbado. Catherine arrugó la nariz al mirar las paredes, con varios ladrillos destrozados y los cristales de las ventanas rotos. Una rata salió de dentro del edificio y ella se estremeció.
-Vamos dentro. -Judith entró como si nada.
-¿Es en serio? -Sam torció el gesto con desagrado.
Después de cruzar la puerta de entrada, el aspecto cambió completamente. La apariencia desastrosa era solamente externa. Por dentro se veía extrañamente normal, aunque lujoso. Parecía la entrada de esos hoteles tan caros en los que sólo la gente famosa entra. Según las propias palabras de Cat, un hotel para pijos.
Catherine soltó una exclamación de sorpresa. Sam frunció el ceño y Alex soltó la mano de Cat para echar un vistazo a su alrededor, completamente sorprendido.
-¡Judith! ¿Qué es este sitio?
-Es la Sede de los Guardianes, pero... -Arrugó la frente.- Algo no va bien.
Judith se puso en tensión. Desenfundó una pequeña hacha de su cinturón y se preparó para atacar.
-¿Ocurre algo? -Catherine se acercó a ella con cautela pero con tono firme.
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Mirando al Futuro [Pausada]
FantasíaLa noche en que Catherine cumple sus 15 años, montones de sucesos paranormales ocurren. Un extraño don para ver el futuro sumado a habilidades psíquicas la acompañarán a partir de entonces. Y no sólo eso, sino que nació para ganarse el respeto del D...