Cat siguió la luz con la mirada hasta que empezó a marearse. En parte debido a las vueltas que estaba dando y en parte a mirar tan fijamente un punto de luz en medio de la oscuridad.
-¿Qué quieres? -Las palabras salieron de su boca involuntariamente.
La luz no contestó. Parecía querer mostrarle un camino que quizá no estuviera ahí, o simplemente Catherine era demasiado ciega como para verlo.
Entonces recordó una vez, antes de que naciese su hermano, en la que su padre le había hablado después de haber tenido una pesadilla.
-Cat, puedes contarme lo que quieras. -Le había dicho su padre.- No olvides que a lo largo de la vida tendrás problemas.
-Papá... Eso que dices da miedo. -Ella se había apoyado en él y se había encogido.
-No te preocupes. Estaremos aquí, tu futuro hermano, yo y mamá.
-¿Me lo prometes?
-Te lo prometo. -Su padre le dirigió una mirada tranquilizadora. Después de aquello.
Entonces, Catherine se levantó, aun sabiendo que todos estarían dormidos, ya que hacía rato que debería estar durmiendo. Los deberes le habían llevado más tiempo del que quería.
Se dirigió a la puerta con decisión para salir y hablar con su padre, cuando la luz naranja se le puso en medio de nuevo.
-¿Qué quieres? -Cat la miró furibunda.- Creo que piensas que debería tenerte miedo, pero sinceramente, no te tengo el más mínimo. De hecho, empiezas a resultarme molesta.
La luz pareció molestarse. Se movió ligeramente y le dio un pequeño golpe a Catherine en la frente. A la chica le sorprendió el tacto frío que tenía, en contraste con lo cálida que parecía la esfera naranja.
-¿Estás aquí por algo en especial, o...?
Catherine aguardó a una respuesta que no llegó nunca. Al final suspiró frustrada. Estaba claro que la lucecita no iba a decirle nada.
-¿Es que no sabes hablar?
Cat miró el reloj distraídamente. Las manecillas marcaban las 23:59. La luz no iba a dejarle salir de la habitación, eso había quedado más que demostrado.
Optó por sentarse un rato al borde de la cama. No estaba especialmente intranquila, ya que la luz no daba señales de querer matarla. Pero por otro lado, la primera vez que había visto el resplandor naranja había sido cuando los sucesos extraños de las premoniciones y los poderes psíquicos habían empezado.
En ese momento, una canción empezó a taladrar los oídos de Catherine. No era una melodía demasiado ruidosa, pero sonaba a tal potencia que la chica tuvo que taparse los oídos.
-¿Esto tiene que ver contigo? -Catherine estaba en el suelo, mirando la luz, que se movía de un lado a otro, terriblemente inquieta.
Y entonces, para su sorpresa, la luz empezó a brillar con más intensidad. La melodía se apagó por arte de magia, y el resplandor naranja iluminó una vez más la habitación, esta vez con más potencia que la primera vez.
Catherine miró asombrada a la mujer que se encontraba en su habitación. La molesta pero entrañable luz naranja estaba a su lado.
Era una mujer no especialmente alta, pero de figura perfecta. Iba vestida como si fuera una maga, y sus ojos eran de un verde esmeralda intenso. Apenas tenía unas pocas pecas a los lados de la nariz. Su mentón era bastante marcado.
Lo que más llamó la atención a Catherine fue el pelo que tenía, exactamente del mismo color caramelo que lo tenía ella, y un pequeño detalle al que había ido a parar por accidente.
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Mirando al Futuro [Pausada]
FantasyLa noche en que Catherine cumple sus 15 años, montones de sucesos paranormales ocurren. Un extraño don para ver el futuro sumado a habilidades psíquicas la acompañarán a partir de entonces. Y no sólo eso, sino que nació para ganarse el respeto del D...