-¿Cómo que que el vaso lo movías tú? -Se rió May.- Eso es imposible.
-May, no te rías. Además, ¡tú siempre eres la primera en decir que nada es imposible! -Protestó Catherine.
-Pero es que suena tan... No sé, raro. Qué quieres que te diga... -Comentó Judith.- No es que no quiera creerte, es que...
-Es que no os fiáis de mí, ¿verdad? -Preguntó Catherine empezando a ponerse furiosa.- ¡Vamos, responded!
-Cat, por favor, no es eso. No te enfades... -Empezó Beth.
-Iros al infierno. -Murmuró Catherine marchándose de allí.
Estuvo el resto de la mañana enfadada, y por más que sus amigas intentaron hablar con ella, esta se negó a dirigirles siquiera la palabra. Estaba convencida de que había sido ella, porque una explicación lógica a lo sucedido no había.
Al acabar las clases, Catherine se dirigió a buscar a su hermano Jack para volver a casa. Con suerte él sí que la creería. Si él pensaba que la premonición había sido correcta, ¿por qué no se iba a creer lo de los poderes psíquicos?
Catherine se entretuvo un rato con su móvil, y cuando se quiso dar cuenta, le habían llegado montones de mensajes de sus amigas pidiéndole perdón, aunque ninguna mencionaba que ya la creyeran. Ella lo ignoró todo. En el fondo era muy rencorosa.
-Hola. ¿Qué tal? -Jack estaba delante de ella. No lo había oído llegar.
-Bien. ¿Nos vamos a casa? Tengo algo que contarte.
Por el camino, Cat le contó todo lo que le había pasado durante el día. Jack la escuchó con seriedad sin decir nada durante un rato.
-¿Qué piensas? ¿Crees que he sido yo o no?
-Pues... Es difícil de creer. Las premoniciones pueden haber sido como un "Déja vu", pero los poderes psíquicos ya son otra cosa. ¿Crees que puedes hacerlo de nuevo?
-No estoy segura...
-Inténtalo. No perdemos nada por probar. Mira esa piedra de ahí. Intenta levantarla.
Catherine extendió un brazo hacia la piedra. Se intentó concentrar en hacer levitar el objeto, pero empezó a darse cuenta de que no podía. Por lo que fuera, no sentía la misma energía que había sentido con el vaso del agua.
Puso todo su empeño en intentarlo, pero por lo que fuera, ya no era capaz de concentrarse de la misma manera que lo había hecho en la clase. Bajó los ojos, avergonzada, sin mirar a su hermano. Ahora sí que había quedado como una loca.
-Jack, ya no puedo hacerlo. Igual, después de todo, no lo he hecho yo. Seguramente se habrás alineado los planetas un momento y...
-No te preocupes. Nos pasa a todos.
Catherine miró son sorpresa a su hermano. ¿Acababa de decir "a todos"?
-Quiero decir, que un día así lo podemos tener todos. No te creas que es que tengo poderes ni nada por el estilo... -Tartamudeó Jack.
-Oye, enano. ¿Me ocultas algo? -Preguntó Catherine.
-Qué va... -Dijo él, retrocediendo.- Te aseguro que era una broma...
-Más te vale correr. -Dijo Catherine empezando a sonreír.
-¡Ay! -Gritó Jack corriendo calle abajo.
Catherine lo persiguió entre risas. Ya había recuperado la alegría. Quizá después de todo todavía fuera una persona normal... Al llegar a casa, Jack entró medio gritando a subir a su habitación.
-¿Habéis discutido o algo? -Preguntó su madre sin ni siquiera levantar la mirada.
-No. -Respondió Cat arrojando la mochila al suelo.- Sólo nos divertimos un rato.
-¿Y no crees que eres un poco mayor para divertirte persiguiendo a tu hermano? -Respondió Martha cortando la comida que tenía en la mesa.
-No, ¿por qué? -Dijo Catherine algo sorprendida.
-Bueno, tienes 15 años y...
-¡No! Yo no quiero ser mayor. -Protestó ella.- Todavía me siento joven. No me quiero volver una amargada.
-¿Insinúas que tu padre y yo somos unos amargados? -Preguntó la madre de Catherine con una sonrisa.
-No, es que... No sé. Ser adulto parece aburrido. -Finalizó Catherine, dejándose caer abatida sobre una silla.
-Cariño, ser mayor no es eso. Es hacerte más responsable, y ser diferente. Hallar tu lugar en el mundo. -Dijo su madre con ternura, sentándose a su lado.
-Espero que tengas razón...
-Las madres siempre tenemos razón. ¿O no es eso lo que tú decías siempre de pequeña?
Catherine rió de buena gana. Un rato más tarde se reunió con sus padres y su hermano para comer. Finalizado el momento, Cat subió a su habitación para acabar los deberes.
Una vez más, volvió a ver la luz naranja que había iluminado su habitación aquel día. Pero ahora parecía más real. Se dio la vuelta, asombrada, y no sin cierto temor. Pero no había nada. Simplemente, se había llenado todo de aquella misteriosa aura.
De repente, la luz pareció estabilizarse. El resplandor disminuyó. Catherine miró a su alrededor una última vez y suspiró. Pero aun no se había acabado. Una esfera del mismo color de la luz apareció de la nada.
Parecía estar viva. Probablemente lo estuviera, ya que empezó a dar vueltas sobre sí misma.
Cat empezaba a preguntarse cosas.
A lo mejor, después de todo, las cosas eran como ella creía.
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Mirando al Futuro [Pausada]
FantasyLa noche en que Catherine cumple sus 15 años, montones de sucesos paranormales ocurren. Un extraño don para ver el futuro sumado a habilidades psíquicas la acompañarán a partir de entonces. Y no sólo eso, sino que nació para ganarse el respeto del D...