Harry: ¡La han dejado de cama pobre! –Se burló al ver mi cara de cansancio mientras me abrazaba-
Yo: Vale, pero lo he disfrutado –Respondí palmeando su espalda- Que opinan niños si estos dos príncipes hacen el mural con las fotos –Propuse tomando la gran pila de imágenes que había retratado a lo largo del día-
Al unísono los niños contestaron que sí entre risas a pesar de que Seeiso y Harry hacían muecas de que respondieran negativamente.
Yo: Necesito dos voluntarios, una dama y un caballero –Y los niños comenzaron a saltar desesperados para que yo los escogiese-
Quería ver más allá de las dos primeras filas, había decenas y decenas de niños y adolescentes, no quería caer en el pecado de las estrellas de rock y su "no vemos más allá de la segunda fila", por lo que vi a una pequeña niña, que levantaba su mano con timidez y tenía una sonrisa angelical y supe que ella debía ser la dama.
Para que los no tan niños no se vieran frustrados escogí a un joven alto y delgado que saltaba enérgicamente, de unos 15 años aproximadamente.
Ambos pasaron al frente, la niña con timidez y el jovencito con la victoria dibujada en su rostro. Ella cortó la gran pila por la mitad y yo tomé cada una para dársela a cada joven. Les indiqué como tomarlas para no mancharlas y luego de preguntar sus nombres (Tafari el joven, y Siara la pequeña).
Les indiqué que formáramos una ronda mientras los envolvía con mis brazos en sus hombros, cuan arenga a equipo de futbol y dije en voz baja.
Yo: Siara, tú le entregas las fotos a Harry ¿vale? –Y ella asintió tímidamente con un suave movimiento de cabeza- Tafari, tu se las entregas a Seeiso ¿entendido?
Tafari: ¡Entendido! –Dijo con efervescencia y alegría-
Los coloqué a cada uno de mis lados y con mis manos en sus hombros los anuncié:
Yo: Altezas Reales –Refiriéndome a Seeiso y Harry- a través de este humilde acto, los jóvenes del centro Mamohato y yo le haremos entrega de estas fotografías que hemos tomado durante la jornada de este día.
Tafari y Siara caminaron felices hasta ellos y ambos fueron recibidos con cálidos abrazos por sus respectivos príncipes y Harry me envió una mirada de aprobación y orgullo inminente mientras yo les pedía a los niños que me enseñaran el lugar para que Seeiso y Harry pudiesen trabajar.
De la mano de Tafari y Siara, guiada por las decenas y decenas de niños y algunos voluntarios recorrí todo el centro.
África de noche era tan bella, no era difícil entender porque Harry estaba tan profundamente enamorado de ella y admiraba todo lo que provenía de esta mítica tierra. Pero nada se comparaba con las luces de mi Buenos Aires en la noche, mi corazón adoraba a Argentina y mi alma estaba anclada allí.
Después del recorrido de casi dos horas regresamos y ambos habían acabado con el mural, confieso que hicieron un gran trabajo. Harry y yo nos despedimos y fuimos a nuestro chalet en medio de la montaña en el hotel Maliba Mountain Lodge con nuestra propia servidumbre que por orden mía (a diferencia de la servidumbre inglesa que me ignoraba abiertamente y solo respondía a las ordenes de los miembros de la familia) prepararon la bañera y la gran cama. Tal vez la cama no era tan grande, pero yo me encontraba en un estado tan deplorable que seguramente la veía distorsionada.
También me encargué de la cena, no quería comer nada extraño la primer noche, y menos aún sabiendo que al otro día por la mañana teníamos audiencia con el Rey, por lo que ordené dos grandes filetes con diferentes tipos de ensaladas de las que yo misma había elegido cuidadosamente sus ingredientes.
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Imposiblemente posible [Príncipe Harry fanfic]
FanfictionMi vida era la vida de una típica "nena bien" de una ciudad pequeña en Argentina. Buenas notas a lo largo de toda la escuela secundaria, un novio popular y encantandor, gran grupo de amigas, una familia encantadora y una carrera prometedora en una c...