Imposiblemente posible [Príncipe Harry fanfic]

Capitulo 33

Mi papá corrió hasta nuestro apartamento en pánico y llamó al chofer desde la línea para empleados. Él y el chofer me ayudaron a entrar al auto y mientras tanto mi padre se contactó con Harry para decirle que estábamos en el hospital. Yo quería con todas mis fuerzas una cesárea pero los médicos decidieron que sería mejor el parto natural y después de 6.30hs nació nuestra bebé: Georgiana Alice Mary, Georgiana había sido mi nombre preferido de mujer desde que leí Jane Eyre cuando tenía 15 y Kate y Will no se molestaron (de hecho adoraron) la idea de que llamáramos a nuestra bebé Georgiana, Alice era la versión inglesa del segundo nombre de mi madre y Mary era uno de los nombres de Elizabeth, por lo que pensamos que sería un bonito homenaje.

Estuve un día entero en el que mis padres, Carlos, Camilla, William, Kate y los niños nos acompañaron a lo largo de la jornada. La calle estaba repleta de fotógrafos, como cada vez que nace un nuevo príncipe o princesa británico.

El palacio ya había anunciado, el nombre, el sexo, el peso y su título nobiliario SAR la Princesa Georgiana Alice Mary de Sussex.

Por la mañana temprano al día siguiente mi clásico batallón entró en la habitación y me alistó. Un bonito vestido rosa de cuello en V sin mangas de tipo skaterdress con la tela rayada asimétricamente, unos pequeños aretes en forma de corazón de Michael Kors, reloj nude con pequeños diamantes de Ted Baker, dos pequeños collares de Michael Kors que hacían juego con los aretes y sandalias de cuña de color nude también. Mi cabello con un moño muy elegante dándole el cierre al outfit.

Al salir saludamos y posamos sonrientes para las fotos. Primero yo sostuve a Georgiana y luego Harry, quien se veía radiante con su pequeña hija.

Periodista: ¿Qué puedes decir de Georgiana?

Harry: Que nos ha demostrado que tiene buenos pulmones –Y todos reímos-

Yo: ¡Es pelirroja! ¡Gracias Dios! –Dije emocionada y todos rieron- Solo queda que tenga los ojos azules de su padre y no los verdes de su madre para que yo sea la madre más feliz del mundo –Y volvimos a reír-

Al volver al apartamento Carlos había llevado a Philip quien estaba loco por conocer a Georgiana, se tomó cientos de fotos con ella... se me llenaban los ojos de lagrimas al verlos.

Dos semanas después de aquel mágico encuentro Philip nos dejó. Nos dejó mientras estaba sentado solo en el jardín del Balmoral, un viejo vicio que él tenía. Adoraba sentarse a comer solo en el jardín, esta vez no estaba comiendo claro, pero estaba solo consigo mismo, o tal vez en ese momento ya estaba acompañado por su tío y mejor amigo, Lord Mountbatten y Elizabeth, sólo él lo sabe.

Yo solo sé que durante el funeral estuve destrozada, que no podía parar de llorar y que sobre todo el dolor que estaba sufriendo la prensa se dedicó a criticarme y decir que había estado sobreactuando mi pesar ¡Qué saben ellos de lo mucho que adoraba yo a Philip!