Narra Ann:
Estos días han sido raros, después del increíble fin de semana con Ángel mis padres llamaron para que fuera a casa, y aquí estoy en la puerta esperando a que abran, sí, se me han olvidado las llaves.
- ¿Quién es? - se oye la voz de papá.
- Papá soy yo.
- Voy. - es raro que abra papá debería abrir el criado. - Hola hija.
- Hola papá, ¿qué querías?
- Sientate, tenemos que hablar.
- Vale. - me dirijo hacia el salón y me siento.
- ¿Quieres tomar algo?
- Papá ve al grano.
- Vale. Esta noticia no te va a gustar, tienes que dejar a Ángel.
- ¡¿Qué?! ¡¿Por qué?!
- Otra familia adinerada nos ha pedido tu mano, y es mucho más rica. Sé que eres feliz pero nos pueden hundir en la miseria.
- Papá no puedes pedirme esto.
- Lo sé, sé que soy un jodido estúpido, pero es lo mejor para ti.
- ¡No, lo mejor para mi es Ángel!
- Cielo.. ¿sabes lo que pasaría si salen esos asuntos que ellos saben?
- ¿Nos arruinaríamos?
- No hija, tú te separarías de mi.
- Parece no haberte importado mucho todos estos años.
- Yo.. yo.. yo te quiero pero me cuesta mucho demostrarlo.
- Ya.. ojalá pudiera creerte, si me quisieras no me harías dejar a Ángel, me dejarías seguir con él.
- Me cae genial Ángel pero de verdad, no quiero que te alejes de mi.
- ¿Prefieres que sea infeliz a tu lado antes de ser feliz sin estar a tu lado?
- Bueno.. también estaríamos arruinados.
- ¡La familia de Ángel nos acogerá!
- Nadie acoge a alguien que tiene tan mala reputación, no lo hace.
- Pero qué asuntos son papá.
- Es mejor que no lo sepas.
- ¿Marshall los sabe?
- Sí.
- ¿Y por qué yo no?
- Porque te hará daño.
- ¿Más del que me has hecho tú en toda mi vida?
- He cambiado Ann.
- No lo has hecho, solo sabes hacerme daño. Me voy.
- Mañana tenemos cena. Debes venir.
- De acuerdo.
Siempre igual, no se cansa de destruirme una y otra vez, solo piensa en él y en su dinero. Ni que se preocupará por mi. Ni que me quisiera. Voy a llamar a Ángel.
*tienes dos mensajes nuevos.*
Dan: volverás conmigo pequeña.
Ángel: te quiero mi niña.
De Ann para Dan: vete de mi vida no quiero saber nada de ti.
De Ann para Ángel: te quiero.
Que obsesión tiene Dan de repente conmigo, ¿por qué vuelve? No sabe las noches que me he tirado llorándole como una estúpida para que volviese o con la esperanza de despertar y tenerle a mi lado, pero pasaron los días y me di cuenta de que no iba a volver, que ya solo me quedaba yo, y que por mucho que costase tenía que hacer como si nada pasase. Tenía que hacer mi vida como si él no estuviese fuera de ella.
Y eso es así, por muy dura que sea la perdida tú tienes que seguir. Nada vale llorar si sabes que no va a volver, y a veces, hay que darse cuenta de que no va a hacerlo. Por mucho que duela no todo es lo que era, no todas las promesas se cumplen, ni todas las personas se quedan. A pesar de todo, quien va a estar a tu lado siempre, eres tú. Quien tiene que quererse eres tú, por mucho que cueste.
Recuerdo todo lo felices que éramos, o eso parecía. Después de dejarlo, me di cuenta que realmente yo no era feliz con él. Me di cuenta que él creo mi inseguridad, que él creo mi desastre y que yo lo permití. Empezó haciéndome creer que era menos que él. Empezó a prohibirme cosas y a obligarme a otras. Me prohibía no decirle todo lo que hacia, me prohibía tener amigos, salir con mis amigas, irme fiesta. Me obligaba a escribirle a todas horas, a vestir de determinada forma si estaba con él y un millón de cosas más. Cuando me enteré que me puso los cuernos pensé que no era lo suficiente y que nunca iba a serlo, porque al fin y al cabo era yo.
Y ahora, porque soy yo, me quiero, ¿si no te quieres tú quién lo hará? Las cosas no son eternas y mucho menos las personas.
Mirarme a mi y a Cris, juntas desde hace mil y a la primera me da la puñalada. ¿Para qué confiar en la gente si al final te dejarán por su propio interés?
Nada de lo que ves, es verdad. La gente que sonríe tanto ni es tan buena ni es tan feliz. La gente que escribe suele ser la más rota porque en cada línea van dejando un pedacito de ellos mismos de lo hecho polvos que están. La gente superficial son los que mas complejos tienen y se llenan criticando a alguien para sentirse mejor con ellos mismos, cuando realmente se destrozan.
Esta sociedad crea individuos que nunca llegan a quererse por su estúpido estereotipo de belleza, y lo peor, lo peor es que yo caí en querer parecerme a cualquier estereotipo. No me di cuenta de lo bonita que podía ser yo sola pero he necesitado ayuda, le he necesitado a él. Y espero, que si algún día se va, no se vaya con todo lo que me ha dado porque entonces, yo, yo estaré muerta.
*Día de la cena*
Mis padres se han puesto muy pesados con la tontería de que me arregle para ver a unos amigos suyos. Me han puesto un vestido precioso, no lo niego, pero no es mi estilo. Sé que cuando traen amigos a casa no quieren ni que salga así que supongo que es una encerrona y que me van a presentar a la dichosa familia rica para casarme con el niño de mierda como si yo, no tuviera no voz ni voto. Aún ni se lo he dicho a Ángel, no sé como decírselo, no sé que haré porque no quiero dejarle, quiero estar con él.
- Ann, ¿puedes ir a recibir a los invitados?
- Sí papá.
*abro la puerta.*
- ¡¿Pero tú que haces aquí?! - decimos al unísono.
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Mi desastre favorito.
Romance- Soy un desastre, no sé como sigues aquí aún. - Eres mi desastre favorito Ann y jamás te abandonaré.