*un año más tarde*
No sé que hora es, no sé donde estoy, estoy demasiado borracha para pensar. Desde que él se fue yo no volví a ser yo, salía todos los días, bebía y llegaba a casa porque Seth venía a buscarme, yo no era capaz ni de andar a ciertas horas de la noche. Me intenté suicidar, no lo conseguí, ya sabéis, no hago nada bien en mi vida. Me ingresaron unos meses por mis cortes profundos acabé aceptando que él se separó de mi y que no volvería.
*llamada entrante*
- Hola Seth.
- ¿Cómo sabes quién soy?
- Eres el único que se preocupa por mi.
-¿Dónde estás?
- En el bar en el que estuvo Ángel antes de morir.
- Voy a por ti, no te muevas.
- Vale.Seth llevaba conmigo cada día desde que murió Ángel. No os negaré que hemos follado y que me gusta Seth pero me acuerdo cada día de Ángel y sigo igual de enamorada, Seth lo sabe y lo respeta. Debo muchísimo a Seth sin él quien sabe donde estaría. Quería intentar algo con él pero hay una parte que ya no está conmigo y me siento insuficiente para él. Me enteré de que escondía mi padre, no me enfadé, me dio igual, en mi cabeza solo existía una cosa.
Hoy iba a decirle a Seth que me iba. No podía seguir aquí, estas cuatro paredes agobian y han agobiado siempre. Quería huir, huir del pasado para no quedarme anclada a él. No podía pasarme la vida llorando por una persona a la que no le gustaba verme así, una persona que ya se ha llevado una parte muy grande de mi pero me quedaba otra, y esa debía salir a adelante.
- Ann.
- Seth.
- ¿Nos vamos?
- Espera.. quiero decirte algo.
- ¿El qué?
- Me voy.
- Sí, nos vamos a casa.
- Me voy de la ciudad en una semana.
Narra Seth:Y no, no la volví a ver, en una semana se fue, en una semana se fue y nunca pudo leer esta historia donde digo todo lo que sentía por ella. Porque tenía que sacar todo esto de dentro porque me arrepiento de no haberla seguido. Nunca supe nada de ella. Nunca supe como olvidarla. Nunca supe si aún seguía viva. Desapareció. Siempre me quedó un que hubiese pasado si. Siempre quedó ella. Siempre quedó mi vida desmoronándose porque ya no estaba. Aunque yo sabía que se iría algún día, algo me lo decía.
Sé que esta historia no tiene final feliz y quien sabe si algún día tendrá final porque en mi corazón sigue ella. En mis letras sigue ella. En mi cuarto siguen todas las fotos que ella colgó, todos sus regalos, todas nuestras noches de dormir juntos mientras ella lloraba en mi pecho. Nunca había dormido sin pesadillas hasta que llegó ella. Mi historia era similar a la suya, no sabía si eso era bueno o malo. No sabía si era como yo, me di cuenta que no. Me di cuenta que a pesar de todo ella sonreía a pesar de todo, yo simplemente bebía y follaba con desconocidas que a la mañana siguiente no recordaba ni su nombre.
Mi vida no había sido de las peores pero todo empezó cuando a mi abuelo le diagnosticaron cáncer, todo en mi empezó a cambiar. Sólo tenía 12 años, mi abuelo era como mi padre, me crié con él, mis padres nunca estuvieron. Empecé el instituto y los chicos se metían conmigo mientras yo estaba perdiendo poco a poco a mi abuelo. Cuando el murió, yo no quería estar aquí más. Quería morir. Y lo intenté. Nunca funcionaba. La gente empezó a tenerme miedo cuando me puse fuerte, cuando crecí, me tenían como un loco, un loco que no tenía miedo a nada ni a nadie. Maduré deprisa. No me importaba la gente, la cogí asco. La gente la clasificaba en dos grupos: aquellos que me eran útiles y los que no. Era frío, nunca me enamoré, hasta ahora.Enamorarse para mi era como una patada en el culo. Empezabas a acostumbrarte a una persona, a su risa, a su voz, a sus manías y de repente un día se acabó el amor, la magia y se lleva todo lo que en su día te dio, te deja vacío por dentro. Vacío me siento. Se ha ido y no volverá, yo lo sé. ¿Y ahora qué? ¿Ahora qué hago? Ya no quiero enamorarme más. Ya no quiero vivir. Pero tengo que seguir con mi vida. Tengo que pasar página, curarme mis heridas como siempre y tal vez, sólo tal vez, algún día seré feliz mientras tanto solo queda esperar a la muerte haciendo algo que te guste. Y por eso estoy escribiendo esto. Estoy cerrando libro para quemarlo y reconstruirme, como si te hubieran roto en mil pedazos con un cañón y tuvieras que coger tus pedazos y juntarlos como si de un puzzle se tratase. Es la única manera en la que sobrevivo escribiéndola y espero que no me haya leído porque si me ha leído y no ha vuelto, dios, me volvería loco. Aún más. Así que si me preguntáis como estoy, estoy reconstruyéndome. Estoy intentando olvidarla con cada una de estas palabras. Con cada poema. Con cada libro. Y si vuelve me hará el hombre más feliz pero seamos realistas, no fuimos, no somos y no seremos. Hay que aceptar el destino. Las segundas partes nunca son buenas y la nuestra no creo que lo fuera. Así que me despido diciendo que la quiero, que mierdas, la amo. Me vuelven loco las noches sin ella, no tocar sus labios, no tocarla a ella nunca más me sobrepasa pero sobreviviré como han hecho todos los que se han enamorado y no los han correspondido. Si la veis pedidla que vuelva, que vuelva a mis brazos antes de que mi propia existencia me coma. No sé cuanto aguantaré sin ella ni si algún día la olvidaré pero de momento la historia debe ser acabada y quemada.
Ángel, ella era nuestro desastre favorito.
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Mi desastre favorito.
Romance- Soy un desastre, no sé como sigues aquí aún. - Eres mi desastre favorito Ann y jamás te abandonaré.