Maldita Muñeca 2

Capítulo 26

Sabía que para lograr deshacerme de esta muñeca necesitaba de Julia y Susi, pero sabía que ellas iban a inventar miles de excusas haciéndose valer del hecho de que la muñeca era prácticamente indestructible, no podía quebrarla, no podía quemarla, no podía hacerla picadillos y ¿Entonces? ¿Que podía hacer? Esto era demasiado.

Mientras conducía no sabía que camino tomar, debía ir a un lugar específico para acabar con este monstruo, acelere mi marcha y conduje hasta la carretera, pensaba en mi pobre hija acostada en esa cama de hospital y las lágrimas brotaban como cascadas, me estaban nublando la vista y los sentidos, ¿Por qué? ¿Por qué a mi? ¿Por qué a nuestra familia? ¿Que hizo Julia y Susi para merecer esto? ¿Por que este demonio nos persigue y quiere acabar precisamente con nosotros? ¿Por qué? ¡Por queeeeeeeee!

Me estaba quebrando en pedazos, quería gritar y lloraba como chiquillo, trate de tranquilizarme porque debía estar en mis 5 sentidos para lograr esta misión tan importante.

Ya me había calmado un poco y mientras pensaba en un plan escuché a la muñeca decir mamá, la miré aterrado y ella estaba mirándome, su cabeza había girado y sus ojos de vidrio me veían hasta el alma, la miré aterrado, su mirada estaba controlandome, no podía dejar de verla hasta que un fuerte sonido me hizo reaccionar, era la bocina de un enorme camión que se dirigía directamente hacía mi, no se como había ido a parar al carril contrario, aquel enorme camión venía a una velocidad extraordinaria, logré maniobrar el auto pero el camión me dio justo en el medio y me salí del camino, la adrenalina recorría mi cuerpo y trataba de esquivar los arbustos y los árboles pero perdí el control y fui a golpearme directamente con un enorme auto, luego todo se oscureció...

Desperté y no sabía que había pasado, trate de levantarme pero me dolía mucho el cuello, toque mi sien y sentí un extraño líquido brotarme al mirarlo en mi mano supe que era sangre, miré el parabrisas un poco quebrado y algunos vidrios como astillas me habían lastimado, veía el humo salir del motor y traté de reaccionar tanto como pude, el sol se estaba ocultando lo que sígnicaba que llevaba mucho tiempo ahí inconsciente. Recordé a la muñeca y al mirar al lado del pasajero supe que ya no estaba, la busqué en el suelo y no estaba, traté de salir y fue difícil, un dolor indescriptible me impedía caminar, sentía los huesos rotos como si me hubieran atropellado, el auto estaba en mal estado, el árbol había destrozado gran parte de la parte delantera.

Busqué a la muñeca en los alrededores pero no estaba, me interné en el bosque caminando a mi paso haciendo un esfuerzo descomunal, no habían nada más que árboles gigantes y hojas por doquier en el suelo, las aves daban sus últimos cantos del día pero aquél canto se asemejaba a un agudo y perturbador sonido. Caminaba sin sentido buscando a la muñeca, esta vez no se me iba a escapar, no ahora que ya la tenía conmigo.

Caminé un poco nada más pero me di cuenta de que me había perdido, el sol me estaba abandonando y la oscuridad de aquel bosque estaba dominando los terrenos, no sabía ni como regresar, estaba mal herido y debía encontrar a esa muñeca.

Seguí caminando y sin importarme a donde, sólo quería salir de ese bosque y ya no me importaba la muñeca, tal vez ahora si me había logrado deshacer de ella para siempre, al menos eso deseaba mi torturado corazón.

La oscuridad se llenaba como neblina en el bosque, ya casi no podía ver nada y las aves se habían silenciado, ahora los grillos seguían el perturbador compás. Sentí entonces una desesperación profunda, en mi bolsillo aún guardaba mi teléfono celular, lo saqué y su escasa luz ayudó a iluminar un poco, pero no tenía señal y la batería se agotaba, esto empeoraba cada vez más y mis heridas me ardían mucho.

Sin esperanza y sin opciones, estaba caminando a la deriva cuando una luz pequeña pero brillante se me presentó de frente como un ángel, al mirarla con detenimiento supe que era la luz de una lámpara, una luz que provenía de una pequeña cabaña, sentí que estaba salvado, solo esperaba no encontrar a unos de esos leñadores asesinos como en las películas.