En la hoguera...
Papá logró abrir la puerta y estaba furioso con Alice por actuar así, le quitó a la muñeca y ella gritaba como si estuviera loca, teníamos miedo de que los vecinos llamarán a la policía pero Alice se tiró a llorar en la cama ahogando los gritos en la almohada, sentí que no era bueno mostrar los dibujos pues la pobre ya había tenido demasiado...
Ni una sola palabra salió de la boca de Alice, estaba furiosa con todos y sus ojos estaban rojos de tanto llorar, nos miró a todos con odio y comió su cereal sin vernos a la cara, mamá y papá se miraron preocupados pero conscientes de que esto era necesario, me preocupaba la obsesión de mi hermana con esa muñeca.
Esa noche tras la pared escuché los llantos de mi hermana, probablemente estaba destrozada por la muñeca, el psicólogo le había recomendado a mamá quitarle la muñeca unos días para ver la reacción de Alice y ver que tan negativamente actuaba sobre ella, mi temor era que sólo serían unos días y yo quería deshacerme de esa muñeca para siempre.
Luego de un rato los llantos cesaron, me dormí rápidamente y un ruido extraño me hizo despertarme, escuché que alguien entraba y escuché los suaves pasos hacía mi cama, abrí los ojos lentamente y escuché como aquello corrió debajo de mi cama, aterrado mi respiración comenzó a hacer más rápida y escuché una suave risita, era la risa maniática que escuchaba en mis pesadillas cuando soñaba con esa muñeca, sentí que caería desmayado y tomé valor y corrí ha encender la luz, caminé lentamente hasta la cama y tomé uno de mis trofeos que gané el año pasado en un concurso de oratoria, lentamente me arrodille frente a la cama y alumbre con mi linterna y... Nada... No había nada más que mis zapatos, un balón de fútbol y unos calcetines, me tiré de nuevo a la cama y me quedé ahí sentado aferrando mis brazos en mis piernas temblando de miedo, era la muñeca que definitivamente venía a buscar los dibujos o a matarme...
El sol me regaló la calma que ansiaba, no había pegado ojo en toda la noche y estaba por desmayarme, salí rápidamente de la habitación y moría por contarle a mamá lo sucedido pero quizás iba a pensar que lo había soñado o algo así, me quedé callado y ni se di cuenta de mi terrible aspecto...
Noche tras noche mi locura incrementaba, tenía pesadillas constantes y sentía los pasos en mi habitación, escuchaba la risa y dormía con la luz encendida y un cuchillo que había agarrado de la cocina, me estaba volviendo loco pero sabía que papá tenía a la muñeca guardada, tenía la loca idea de que esta se escapaba de su escondite y llegaba a mi habitación para alterarme, estaba aterrado y a Alice parecía seguirle dañando la falta de la muñeca, entonces era obvio que no la visitaba a ella... ¿o si?...
Era una dulce mañana de sábado, probablemente sería un gran día pero no para mi, mis desvelos constantes me tenían en estado zombie, estaba muerto de miedo pero aún vivo...
-Hijo ¿Que te pasa? Te veo tan cansado.
-No puedo dormir bien últimamente.
-¿Por qué? ¿Alguna niña te roba el sueño? Preguntó papá luego de una risita burlona.
-¡Gerald! Esto podría ser serio, dice mamá molesta con papá.
-Yo sólo bromeo tranquila.
-No mamá estoy bien y no necesito un psicólogo por favor.
-No iba a sugerir eso pero tranquilo sólo evita pensar tanto de noche y no más televisión.
-Esta bien mamá...
Me dirigí al patio a ver al viejo Rufus, ya nunca entraba a la casa, se quedaba echado en su casa de madera, lo llevamos al veterinario y nos dijo que era la edad pero el no estaba tan viejo como para estar así, sabía que era por miedo, miedo de la casa y de lo que ahí había...
-Buenos días Alice.
-Buenos días... dice Alice sin ánimos de nada y mamá hace cara de preocupación.
Me fui a mi habitación, quería revisar si aún estaban los dibujos, hace días los había dejado esperando a que llegará el mejor momento pero tenía curiosidad de verlos nuevamente, para mi sorpresa los dibujos no estaban, los había guardado en mi cajón de ropa y ya no estaban, un escalofrío recorrió mi espalda y corrí a la habitación de Alice a buscarlos, efectivamente estaban ahí en su gaveta junto con nuevos dibujos, éstos eran más aterradores que los demás, en uno de ellos estaba la muñeca como atrapada en una caja, en otro estaban mis padres acostados en su cama y la muñeca encima de ellos, en otro estaba yo acostado y la muñeca arriba de mi cama con un cuchillo y le había escrito las palabras jajaja exactamente la risa que yo escuchaba, dejé los dibujos como estaban y salí corriendo a mi habitación, estaba espantado.
-Mario... ¿Crees que los muñecos puedan tener vida?
-Jajaja ¿De que hablas?
-Ya sabes, muñecas que se mueven por voluntad propia.
-¿Como Chucky?
-Algo así...
-No sé pero ya he leído historias así, en la Internet hay muchos creepypastas.
-¿Creepy que?
-Son como historias urbanas y dime ¿Las muñecas de tu hermana están vivas?
-Sólo una, estoy seguro y creo que quiere matarnos a todos.
-Es la novia de Chucky seguramente jajaja.
-No estoy bromeando es en serio ¿Que puedo hacer?
-Quemarla.
-¿Quemarla?
-Si, así no vuelve a molestar, hagamos una hoguera aquí en la barranca y quememosla como a una bruja será divertido.
-Brillante...
Sabía que Mario bromeaba, estaba burlándose de mi pero era obvio, con estar de miedoso y jugando a Sherlock Holmes no iba a ganar nada, había que quemar a la bruja... Regresé a casa para buscarla en lo que Mario preparaba la hoguera...
-Papá... ¿Dónde escondes a la muñeca de mi hermana?
-¿Para que quieres saber? Preguntó papá mirándome seriamente.
-Para... Por nada, sólo quiero saber obviamente no se la daría.
-En nuestro armario pero ni se te ocurra dársela, aunque odio ver a tu hermana así, parece de esas niñas locas y psicópatas de las películas, sabes últimamente escucho ruidos extraños en la habitación como pasos.
-¡Yo también! ¡Es la muñeca!
-No empieces hijo, seguro que es por la psicosis en la que nos tiene tu hermana, quizás todos debamos ir al psicólogo.
-¡No yo no!
-Es broma hijo, bueno ve a jugar que quiero leer el periódico.
-Si papá, le dije y salí corriendo a la habitación.
Estaba eufórico y emocionado, parecía como si buscara los regalos de navidad, ¡Bingo! Había encontrado a la muñeca, tomé la caja con todo y la muñeca y salí corriendo a mi bicicleta pero mamá me detuvo.
-¿A dónde vas?
-A la tienda...
-Me traes unos fósforos hijo, es que ya casi no hay, toma aquí esta el dinero y por cierto ¿Que llevas ahí?
-Este... unos zapatos que ya no uso se los daré a mi amigo Mario.
-Que lindo eres, no te tardes porque parece que va a llover.
-¡Mejor me doy prisa! Bye mamá.
-Ten cuidado.
Debía darme prisa o la lluvia iba a arruinar mis planes, por suerte ahora tendría fósforos conmigo y ni la lluvia iba a detenerme...
El cielo se oscurecia y mi asesino interno se activaba...
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Maldita Muñeca 2
TerrorSegunda entrega de la historia de Julia y Susi. Luego de muchos años la muñeca Kelly ha regresado y esta vez la venganza será su objetivo.