Capítulo 12

19.1K 1K 153
                                    


Roxanne

Estaba emocionado, feliz, asustado, aliviado, bueno no hay palabras para describir lo lo increíble que es tener por primera vez a tu bebé sano y salvo en tus brazos, fue un parto exitoso y Andrea estaba bien, algo cansada pero feliz de que al fin nuestra pequeña estaba con nosotros, sin duda nuestra pequeña Roxanne era más hermosa de lo que yo imaginé.

Todos llegaron a ver a la nueva integrante de la familia, todos estaban emocionados por lo hermosa y sana que era mi hija.

Lo difícil fue al llegar a casa, entramos y llevamos a la bebé a la habitación, esta dormía plácidamente en los brazos de Andrea con su mano en su mejilla, era adorable sin duda. Entramos a la habitación y Andrea colocó a Roxanne en su cuna, tomé una fotografía para el recuerdo, pero al voltearme ahí estaba la repisa llena de muñecas, había permitido sólo una pero luego vino otra, luego Alice le regaló dos muñecas más y luego Andrea apareció con otra, eran cinco macabras muñecas de porcelana que me ponían la piel de gallina, fue difícil aceptar esto ya que Andrea amenazó hasta con irse y divorciarse, dijo que estaba cansada de que nunca la dejaran decidir, obviamente no le podía decir mis poderosas razones, lo que menos quería era de que pensara que estoy loco o que estaba inventando esa tonta historia.

Ahora estas muñecas iban a vigilar constantemente a mi hija, ¿Como? ¿Como iba a poder dormir yo tranquilo sabiendo esto?

Cada noche era una pesadilla, cada vez que Roxanne lloraba me tiraba de la cama y corría como loco a su habitación, miraba la repisa y nada... Roxanne lloraba por que quería comer, por que le cambiarán el pañal o porque tenía frio, pero nunca era nada malo. A veces dormía en su habitación, esto estaba afectando mi relación con mi esposa, pero no podía dejar que nada malo le sucediera a mi hija y de hecho también mi suegra estaba muy preocupada, recuerdo exactamente el día que vio esas muñecas en la habitación de la bebé.

Andrea quería mostrarles a sus padres la habitación de la bebé, quería mostrarles lo hermosa que había quedado, ya las cinco muñecas estaban en la repisa, lo primero que hizo Julia fue verlas, la expresión de su cara fue algo que me consterno mucho, una expresión máxima de miedo y aflicción.

-Hija...

-Si mamá antes de que lo digas, mi hija va a tener muñecas, lo siento mucho.

-¡Derek! ¿Por qué lo permitiste?

-Suegra ya sabe como es ella, no puedo contradecirla yo tampoco estoy de acuerdo.

-¡Ya me cansé! ¡Ustedes dos estan locos! ¡Es mi hija! Soy su madre y yo decido que hacer o no con ella, ya me cansé de que quieras decidir por mi mamá.

Julia tenía los ojos vidriosos, sin dejar de mirar a la repisa cerró un momento los ojos y miró a Andrea.

-Tienes razón, Derek cuidala mucho, debemos irnos.

-Esta bien querida, dijo mi suegro y ambos salieron, Andrea les dio la espalda y se quedó mirando a la ventana, yo acompañé a mis suegros y Julia se veía muy mal.

-No se imagina lo difícil que ha sido, amenazó con irse, esta exagerando.

-No esta exagerando, esta poniendo en su lugar las cosas, no quiere que se repita en ella lo que nosotros hicimos, dijo mi suegro.

-Derek, cuida a mi hija y a mi nieta, tal vez exagero, quizás no todas las muñecas son malas, cuidate...

-Adiós, dije muy confundido y se fueron.

¿No todas las muñecas son malas? ¿De que habla? Era extraño...

Aún recuerdo esas palabras y tal vez debía ponerlas en práctica, pero sinceramente me daban miedo las muñecas, poseídas o no, daban mucho miedo...

Yo estaba en un estado psicótico, pero debía ser fuerte por mis dos amadas, Andrea todavía estaba muy afectada por esto de ser madre ya que estoy muy seguro de que no es fácil, yo me iba al trabajo y ella se quedaba sola en la casa con todo el trabajo, no dejó que Julia llegara, pensé en buscar a alguien que le ayudara pero insistió en que ella lo haría sola, pero pobre Andrea estaba tan sensible, se que lloraba constantemente porque ahora su tiempo ya no era solo suyo y porque el embarazo le había dejado algo de peso extra, encima de eso yo actuaba como idiota según ella... Esto debía cambiar...

En el trabajo me mantenía intranquilo, pendiente del teléfono por alguna llamada, llegaba a casa y todo estaba tranquilo ya que Andrea hacía un excelente trabajo.

A los 8 meses de edad, Roxanne ya estaba hermosa y activa, se sentaba sola y había desarrollado su gusto por los juguetes en especial... Las muñecas... Le gustaban mucho, se las llevaba a la boca y les jalaba el cabello, Andrea se sentaba con ella a jugar, era como si a través de Roxanne ella iba a cumplir su deseo de infancia, era la primera vez que Andrea jugaba con una muñeca a sus 27 años de edad...

Hacía los tres años ya todo era más tranquilo, bueno casi... Roxanne era tan activa y alegre y sus risas iluminaban la casa, ya nuestro trabajo como padres era casi bueno y Andrea se sentía mejor, yo por mi parte deje un poco mis miedos ya que nada malo le había pasado a nuestra pequeña por lo de las muñecas, ahora tenía más pero viendo que no le causaban daño decidí dejar que jugara con ellas, no todas las muñecas son malas... Ahora que lo pienso creo que de algún modo el rubí que encontramos en el patio tuvo algo que ver, pero no estoy seguro.

La que no estaba del todo tranquila era Julia, estaba aterrada al ver que su nieta tenía tantas muñecas y que yo lo hubiera permitido, además su relación con Andrea estaba mal, esto las había alejado mucho ya que Julia trataba de no llegar mucho a la casa y cuando llegaba siempre terminaba discutiendo con ella, era una situación triste pero al igual que yo Julia también debía aceptar que nunca íbamos a impedir que Roxanne creciera como una niña normal, a todas las niñas les gustan las muñecas y teniendo una madre que quisiera comprarle todas las del mundo, jamás íbamos a impedirlo... Excepto por esa noche...

Yo llegaba cansado del trabajo, había sido un día difícil y lo único que quería era dormir, Roxanne quería jugar ese pequeño terremoto se dormía más tarde y era difícil hacerla dormir, pero ahora yo no estaba para eso simplemente quería dormir, a veces Andrea se molestaba por eso.

-Estoy muy cansado fue un día agotador.

-¿Acaso crees que yo no me canso cuidando a la niña?

-Lo sé, pero tú estas aquí en la casa y...

-Olvidalo Derek ve a dormir yo me encargo de ella... Como siempre...

Más tarde me quede casi dormido y escuché a Andrea entrar a la habitación, se acostó y me dormí tranquilo, no paso mucho tiempo hasta que un fuerte estruendo nos despertó, era como si algo se hubiera caído, acto seguido se escuchó el llanto de Roxanne, ambos nos tiramos de la cama y fuimos corriendo a la habitación de la niña, encendí la luz y ella estaba sentada en el suelo al parecer había intentado escalar hasta la repisa y todas las muñecas le habían caído encima con todo y la repisa, levanté a Roxanne y miré furioso a Andrea.

-¡Vez! Esto pasa por tener esas muñecas en la repisa y yo te lo había advertido.

-Lo siento mucho es que yo...

-Esta vez se acabó ¡No más muñecas!

Andrea me miró seriamente y sus lágrimas caían al suelo, Roxanne se aferraba en mis brazos y lloraba, Andrea salió de la habitación y me quedé consolando a mi pequeña.

Miré a todas las muñecas en el suelo y una había caído sentada, la muñeca nos observaba con sus ojos de vidrio, esta vez me iba a deshacer de todas...

Maldita Muñeca 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora