Maldita Muñeca 2

Capítulo 27

Abrí mi corazón y mi mente tanto como pude, estaba en un sofá roto y mugriento en una cabaña en medio de la nada contándole a esta perfecta desconocida todas las cosas que había vivido, le conté desde el día que nos mudamos a esa casa y Alice encontró el rubi, todo lo que viví con esa muñeca de trapo y las cosas que recordaba, le conté como me deshice de ella y de como crecí con ese miedo, le conté de como conocí a mi esposa y tuvimos a nuestra hija, le conté de como evite que tuviera una muñeca y al final había accedido a aceptar la peor de todas, la muñeca que Alice le dio en su cumpleaños y como desde entonces todo se había vuelto una horrible pesadilla, le conté de todas las cosas que pasaban y de como mi familia se desmoronaba, le conté la increíble casualidad o destino llámese como se quiera, de que mi suegra y su hermana habían sido víctimas del mismo mal, Susi había tenido a la muñeca y Julia la había salvado pero ahora el demonio encerrado en la muñeca se quería vengar de nosotros con el único ser que nos conecta a ambos, mi hija Roxanne...

Le contaba cada detalle, mi voz se cortaba a veces pero seguía hablando, ella sólo me miraba y no decía nada, me miraba con atención y su mirada era de horror, pensaba que cualquier otra persona en su sano juicio me hubiera echado a patadas de su casa y hubiera creído que estoy loco, pero ella me prestaba su atención, jamás me sentí tan loco y tan cuerdo al mismo tiempo, hasta creía que esto en realidad era un sueño...

Terminé la historia y volví a llorar desesperadamente, ella se acercó y me toco la mejia sin decir nada, sólo me miró y seguí llorando, estaba sintiendo que ya no tenía más fuerzas para luchar hasta que su voz melodiosa volvió a romper el silencio.

-Debes ser fuerte... dijo y se quedó callada y pensé, ¿Es en serio? ¿Sólo me dirás eso?

Tres palabras que ya antes había escuchado y tratado de poner en práctica, pero tres palabras que de nada me servían, para que le había contado todo si no me diría nada nuevo ni nada que pudiera ayudarme, entonces de nuevo su voz melodiosa rompió el silencio.

-Si no eres fuerte no podrás con este, ese mal te esta ganando, eres un hombre fuerte, pero ese demonio te esta debilitando, aunque no lo creas yo cargué con los mismos males que tú...

La miré desconcertado, ¿Es en serio? ¿Tú también tuviste una muñeca maldita? Pero no dije nada solo la deje continuar...

-El mal se presenta de muchas formas y colores y cada una actúa a su manera, si dejamos que el miedo nos llene el alma jamás veremos la luz, ¡Tú tienes la luz! ¡Tú tienes la clave para vencer el mal!

Pensaba... Ok, esta chica me esta dando un discurso que de nada me servía o en realidad me iba a servir mucho, yo necesitaba ayuda, no unas palabras bonitas...

-Si usas la fuerza que hay en ti y la combinas con tu luz, no habrá mal que pueda contigo, sólo debes dejar de pensar tanto y actuar, es lo único que haces, haré esto, haré lo otro y nunca actúas, ¿Entiendes?

Ahora entendía un poco su mensaje, aún así no me servía de nada...

-Busca la clave dentro de ti, es tu hija la que corre peligro y como padre debes ser fuerte y ayudarla a salir de esa oscuridad, ¡Sólo tú puedes!

-¿Pero como? Eso es lo que quiero saber.

-Ya te dije se fuerte y...

-¡No! Tus palabras no ayudan, quiero hechos entiendes, algo o una clave para alejar a ese demonio de mi hija, ¡Entiendes!

Me exalte mucho y ella se quedó callada, se levantó y se fue a sentar a su banco de madera.

-Lo lamento, es que estoy tan desesperado que no se que hacer, no soy fuerte, estoy perdiendo toda esperanza que queda, se que ya no puedo más, mi hija esta en coma, no se que hacer ni como ayudarla, ¿Sabes lo que siento? Impotencia, eso es lo que siento, quiero agarrar a esa muñeca y destruirla en pedacitos, pero luego me da miedo de que eso nos ponga aún mas en peligro o el demonio se libere, ¿Entonces que hago? ¡Ayúdame!