Capítulo 30

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Desperté poco a poco, ya la luz del día había adornado hermosamente la habitación, aquella luz dorada había iluminado todo sacando atrás a todos aquellos demonios y espectros de la oscuridad, de por si los hospitales me daban mucho miedo y con lo sucedido de anoche mi seguridad y mi fuerza estaban un poco débiles.

Me llevaron mi desayuno y comer me hizo bien, pero no dejaba de pensar en esa figura de anoche, deseaba tanto olvidar eso y salir de aquí.

Más tarde entró Julia, Susi se había ido a su casa y vendría más tarde.

-Julia vaya usted también, debe descansar un poco.

-No los dejaré solos, además prefiero que mi hija vaya y se cambie y duerma, esa pobre no duerme me preocupa que termine en una cama de hospital también.

-No diga eso no pasará, ella es una mujer muy fuerte.

-Lo sé eso lo sacó de mi, es broma, dijo Julia entre risas.

-Es la verdad, no diga que es broma.

-Te creo, bueno me voy iré a decirle a Andrea que vaya a la casa un rato, espero que quiera.

-Yo también lo espero, dígale que me siento mejor, ya mañana me dan de alta.

-Que maravillosa noticia eso le va a alegrar, bien nos vemos después.

-Adiós y gracias.

-No agradezcas, nos vemos.

No me atreví a contarle a Julia lo sucedido, no quería que se asustara así como yo, todos debíamos estar fuertes y yo debía ser el mayor ejemplo de ello, aunque la verdad no me sentía tan bien, aún me dolía mucho el cuerpo pero debía fingir lo más que podía para que me dieran de alta mañana.

Me dormí un rato y después llegó la hora de visita, fue increíble ver a mi amigo Peter entrar por la puerta, me alegraba mucho verlo.

Peter! ¿Que haces aquí? Dije sorprendido.

-Vengo a ver como estas, me enteré de lo que te pasó, ¿Como te sientes?

-Ya mejor.

-¿Que fue lo que te pasó?

-Tuve un accidente en mi auto.

-Por Dios amigo, de verdad lo lamento mucho, también me enteré lo de tu hija.

-Si, mi pequeña esta en coma.

-Ten fe ojalá mejore y tú también.

-Gracias, por cierto, ¿Que ha dicho el jefe?

-Pues estaba molesto al principio, te estuvo llamando sin parar hasta que tu esposa le llamó para explicar lo sucedido, entonces comprendió bien y te dará tres meses de incapacidad para que te recuperes.

-Muchas gracias eso me alivia mucho, debo llamarle después y agradecerle.

-Si así que ya no te preocupes, espero todo mejore, estaré orando por ustedes.

-Gracias amigo.

-Debo irme, cuídate mucho, nos veremos pronto.

-Adiós cuídate mucho.

Fue un alivio saber que no había perdido mi trabajo, eso me tenía en el fondo muy preocupado, amaba lo que hacía y no me hubiera gustado dejar de trabajar ahí, esta buena noticia me había dado un poco de fuerzas para no verme derrotado.

Maldita Muñeca 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora