Llamé a Vegetta, era tarde y no sabía si me respondería; pero lo hizo.
-Rubius, ¿qué tal? -me dijo con un tono de voz tranquilo, como si no hubiera estado durmiendo-
-Vegetta, podría estar mejor, ¿tú? ¿Te desperté?
-No, tranquilo, estaba grabando unas cosas para tenerlas prontas. Otra vez Mangel, ¿no?
-Sí, ya sabes. Llegó a casa y me habló tan emocionado de Patrick que no sé, hasta creo que le gusta. Aunque hace unos minutos pasó algo, Mangel entró a mi habitación y yo me hice el dormido, me tapó ya que se me había olvidado y me dijo unas palabras hermosas al oído. Apenas se fue cogí el teléfono y te llamé.
-Oh, eso es lindo, Rubius. No creo que Patrick le guste, y si así fuera te lo hubiese dicho, ya que si no le gustas te ve como un mejor amigo, ¿no crees?
Las palabras de Vegetta me calmaron.
-Sí, tienes razón. Mañana le prepararé el desayuno como todas las mañanas, y todo será normal. Supongo.
-Claro que sí, solamente mantén la sonrisa en la cara, que el note que estés bien junto a él.
-Está bien, muchas gracias amigo. Que descanses, mándale saludos a Willy de mi parte.
-Jaja, está bien, el dice que te manda otros. Que descanses.
- ¿Está despierto también? Vaya...
-Sí, es que se quedó haciéndome compañía, no se duerme si no estoy yo junto a él. Así es el niño, consentido y todo.
-Oh, que lindos. Ojalá Mangel y yo... Bueno, mejor me voy, nos vemos.
-Claro, ve a descansar, mañana nos hablamos.
A la mañana siguiente, todo parecía normal. Le hice el desayuno, hablamos y tal, hasta que tuvo que nombrarlo.
-Salimos con Patrick hoy, ¿vamos?
-No, mm.. tengo dolor de panza, y me duele un poco la cabeza, creo que mejor me quedo aquí, pero ve tú y diviértete.
-¿Estás enfermo? No, me quedaré contigo.
-No quiero que dejes de ir por mi, Mahe. Ve y diviértete, es solo un dolor de estómago supongo.
-Así te duela un dedo, me quedo y punto.
Estaba tan preocupado por mí que ni yo lo reconocí. Le propuse alquilar películas y pasar una tarde tranquilos, que el se comprara pizza y yo tomaba té, es raro mirar películas tomando té; pero que más da.
Mahe puso la primera película, luego de unos minutos su celular vibró, un mensaje de Patrick por supuesto. Luego otro, y otro, y otro, y sí, otro. Lo miré furioso y le dije: Apaga el celular o te lo voy a romper y no es broma.
Tomó su celular y lo apagó, estaba enojado pero a la vez me dio ternura su gesto, si hubiese sido otro no me daba ni la mínima atención a lo que le había dicho.
Con un poco de vergüenza y sin saber como iba a reaccionar lo abracé. Y para mi sorpresa, el también lo hizo. Lo miré y me sonrió, le devolví la sonrisa y volví a mirar la televisión. Por mi cabeza pasaron mil cosas, ¿y si lo besaba? ¿qué pasaría?