En cada corte comercial que hacían en la tele, Mahe aprovechaba para besarme hasta que volviera a empezar la película, y me abrazaba nuevamente.
Era esto tan irreal, no podía creerlo, mi mejor amigo era el amor de mi vida y yo era el amor de su vida. Si es un sueño por favor quiero despertarme ya -me dije a mi mismo-
-Rubius, amor, ¿en qué piensas?
Mangel me sacó de mis pensamientos rápidamente, se había dado cuenta de que me había quedado pensando unos cuantos minutos.
-En...En nada, simplemente miraba la película. -me apresuré a hablarle antes de que sospechara algo y quizás pensaba que estaba dudando de todo lo que había pasado entre nosotros por la noche-
-Mhh... Bueno, sabes, quería decirte algo.
La he cagado, siempre metiendo la pata en todo, siempre tan yo.
-Dime, Mahe. -intenté sonar tranquilo-
Me tomó la cara y nuestras miradas quedaron conectadas, lo miré con preocupación.
-Rubius, -no dejaba de mirarme ni un segundo- quería decirte qué... Te amo.
Y antes de que yo pudiera decir una sola palabra, me besó. No puedo explicar ese momento, fue hermoso, único, tan perfecto como nuestra relación, si es que así puedo llamar a lo que tenemos.
NARRA MANGEL
Me levanté de la cama luego de haberle dicho eso, para darle un poco de seguridad lo hice, sabía que estaba dudando, y no quería que eso pasara.
Iba a entrar a bañarme cuando escuché la voz de Rubius.
-Mahe, ¿a dónde vas?
-A bañarme, tú y yo tenemos que ir a un lugar.
-Mhh.. Bien.
Entré a bañarme y largué una risa pícara, si tan solo supiera que dentro de unas horas le iba a pedir para ser novios.