Capitulo 1

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Desconocía el lugar, no recordaba haberse quedado dormido ahí la noche anterior. Despertó hace poco, el compartimento estaba en penumbras, incluso podía ser un sótano. Era muy pequeño y no tenía ventanas, no era una habitación, tampoco recordaba haberse metido en una anoche.

Tras el inicio de la nueva gira, él y sus amigos habían salido a celebrar con toda su producción, compañeros y familiares más cercanos. Bebió mucho, es cierto, pero estaba seguro que no lo suficiente como para terminar en el sótano de otra persona. Recordaba no haber perdido el sentido de  razón solo, estaba acompañado de alguien. Bailó con una mujer, una hermosa morena que nunca antes había visto ¿Dónde estaba ella? Busco algún cuerpo desnudo junto al suyo, palpo el suelo y estaba vacío, las paredes presentaban grietas filosas se picó un dedo. Entre las sombras una delgada línea de luz apareció a un par de metros de distancia, una puerta empezó a abrirse y tras ella la silueta de un enorme hombre apareció.

 El alma del castaño volvió a su cuerpo

—Hombre, por un momento pensé que estaba solo —dijo por primera vez. Escuchó un temblor en su voz, era normal  pues sabía que se había llevado un gran susto. Cuando estuvo más tranquilo intentó ponerse de pie, cayendo en cuenta que su tobillo estaba atado una cadena y esta lo sujetaba firme. Palpo el suelo y descubrió que esta estaba adherida a la pared.

—Amigo estoy encadenado ¿Qué es esto?

La sombra, que había aparecido, lo acompañó en silencio. Sus asustados ojos empezaban a inspeccionar su entorno, de arriba a abajo.

—¡Busca ayuda! —gritó.

Volvía a palpar tembloroso, ahora golpeando y tirando de la cadena. Era pequeña pero resistente, a cuestas consiguió levantarse comenzando a perder la paciencia.  El hombre seguía en la puerta como si no hubiera escuchado nada.

¿Acaso estas sordo? ¡Ve por ayuda!
—volvió a gritar.

La silueta ni se movió.

Ese hombre no estaba para ayudar. comprendió.

—¡Ryan! Lil! ¡Chicos!

El eco de su voz era lo único que se oía, su respiración comenzó a tornarse dificultosa...tal vez era la claustrofobia, asomándose. — ¡Hayley! ¡Hayley! —entre gritos palpo sus pantalones. Los bolsillos estaban vacíos, no había teléfono, ni su billetera. Si fuera solo un robo no tendría una cadena a orillas del pie, se recordó. No podía entrar en pánico ahora, el sudor se incrementaría dentro de poco, sus nervios lo arrastrarían a un humillante espectáculo. Necesitaba aire, era un lugar muy pequeño, y a su vista todo se tornaba cada vez más y más pequeño.

— ¡¿Qué quieres?! ¡¿Dinero?!—preguntó.

Avanzaba y con esto la pequeña cadena ajustaba más su tobillo, cada paso lo obligaba a retroceder a costas de perder pedazos de piel. — ¡Suéltame! ¡No voy a levantar cargos pero déjame salir!

Tras el la sombra del desconocido, un carrito blanco ingreso al lugar, y con este una mujer lo venía empujándo, silenciosa, con el rostro escondido.

—¡Hey! ¡Hey! ¡Señora! ¡Sáqueme de aquí, por favor! ¡Busque unas llaves, ayúdame por favor! ¡Por favor! –Comenzó a rogar– ¡Por favor ayúdeme!

El dolor era lo que menos le importaba en este momento, escaseaba oxígeno a gran medida y sentía su garganta seca. — ¡Sáquenme de aquí, por favor!

La enorme silueta empezó a caminar  sin prestarle la más mínima atención, eso lo altero, era como si lo ignoraran.

—¡Sácame de aquí maldita perra! —los gritos se intensificaron.

E_scape // Larry Donde viven las historias. Descúbrelo ahora