E_scape // Larry

Capitulo 11

El blanco ha sido localizado, las coordenadas son correctas el individuo ingreso al Central Park solo, repitiendo a las unidades A8 y B3 el blanco se acerca, plan de ejecución 0034 solo solo, inicien.

Un pequeño grupo de turistas animadas se fotografiaban con el viejo cedro del parque, las tarjetas colgaban de su tronco y más de una garateaban en escartina sus nombres, sonrientes.

¡Es Shawn...!

¿Es Shawn?

¡ Shawn!

Dos, tres, cinco adolescentes caminaron hacía el joven, apresuradas acercaron lo más rápido posible al pobre muchacho sus bolígrafos, sumergidas en la ansia de conseguir alguna prueba de haberlo tenido cerca; lo fotografiaban y hablan todas al mismo tiempo. Era un descuido haber salido solo lo sabía. No creyó que llamaría tanto la atención dejo Vancouver ayer y todo estuvo muy relajado, esto no debía suceder.

–Estoy agradecido por esto, pero debo irme –si escuchaban no se lo hacían notar, estaban concentradas en que sus rostros salieran en las fotografías que le tomaban –Es suficiente por favor– La algarabía atrajo la atención de más personas en el parque, otros jóvenes y niños se acercaron curiosos, la vista profetizaba un día largo.

–Señor lo están molestando.

Un hombre estaba frente a él, vestía igual al chofer que lo trajo pero este era más alto de lo que recordaba, desconfió un poco de si lo conocía hasta que la placa con su nombre se cruzó por su mirar –¡Scott! –tenía que ser él. Apenado por lo sucedido y a cuesta de que sería regañado por su representante cuando las fotografías se filtraran decidió permitirle a su hombre de seguridad y chofer, liberarlo un poco de la presión social que estaba recibiendo, las personas fueron amables lo entendieron y solo con un par de fotografías extras se alejaron.

Agradecido por la repentina aparición de su hombre de confianza, camino seguro en su compañía lo que restaba de su paseo, fue corto pues la interrupción tomo más de lo que esperaba. Tenía ensayos y una pequeña entrevista en tres horas, no podía llegar tarde. Pidió a su chofer escoltarlo hacía el vehículo para ganarle al tiempo.

–Ese no es mi auto.

Antes de tan solo girar contra el rostro de su acompañante, un fuerte agarre lo tomo de improviso, su vista se nublo hasta desconocer su sentido de razón. Todo era tembloroso, sus piernas perdían fuerzas y su cuerpo se desplomaba, lo último que vio fue estacionarse un enorme vehículo rojo.

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La habitación era pequeña, oscura y el aire parecía filtrarse de la nada, no había ventanas ni puertas a la vista de donde provenir el oxígeno. Descubrió pronto que su tobillo estaba atado a una cadena, tenía un par de cirulos violáceos en el brazo que no recordaba haber visto en su ducha esa mañana, su cuello dolía, podía sentir pequeñas púas sobresalir de su piel, no era real tal vez estaba soñando todo. Lo entendía, últimamente dormir no era su mejor escapatoria, las noticias de lo sucedido con la muchacha lo tenían asustado, había sucedido ahí en New York a plena luz del día y aún con la ley de detener a cualquier transporte de color rojo. Sus largas caminatas lo distraían, ella fue importante para él y la había perdido en un abrir y cerrar de ojos. Lo último que supo fue que un saco con residuos cremados se hallaron fuera de su casa, se reconocieron restos de huesos, no había prendas tal vez se hicieron cenizas, que más daba la habían capturado. Tenía esos sueños desde entonces, este podía ser uno de ellos aunque a diferencia de los otros en este había algo que lo hacía sentir diferente, diferente como si fuera el mas irreal, mas tétrico.

La habitación tenía una puerta, lo descubrió cuando al abrirse tres mujeres ingresaron con batas negras hasta los pies, seguidas de estas una mujer empujando una mesilla plegable blanca. Silenciosa y muy lenta la dejo en el centro de la habitación y se retiró asegurando la puerta. Sin hacer más ruido que el de su pecho bajando y subiendo por el ritmo constante de su respiración, espero paciente a despertar.